Simuladores en tiempo real que muestran
la propagación del fuego. Robots que distinguen a través del humo. La alta
tecnología gana protagonismo en la lucha contra esta catástrofe.
De
Australia a California y Brasil. De España, Portugal y Grecia a Suecia, Noruega
y Siberia. Los grandes incendios forestales se han convertido en una tragedia
global, muy vinculada a los efectos devastadores del cambio climático, que
arrasa vidas y bosques. La situación en España, el segundo país del sur de
Europa que más sufre estos siniestros (solo superado en los últimos años por
Portugal), es especialmente grave. Solo el año pasado, cerca de 11.000
incendios quemaron casi 84.000 hectáreas en España, más del triple que en todo
2018, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Las
situaciones de meteorología adversa, con olas de calor y sequía cada vez más
frecuentes, agravan las condiciones de propagación de las llamas y amplían el
periodo de riesgo de unos montes vulnerables y con insuficiente gestión
forestal, denuncian las organizaciones ecologistas. Incendios y fuegos masivos
que se suceden por los cinco continentes y cuya virulencia cada vez es mayor,
con consecuencias terribles para las personas, el medioambiente y el clima
global.
Más
allá del uso de drones o de imágenes por satélite, las nuevas tecnologías se
han convertido en un aliado indispensable en la lucha contra las llamas.
Robótica, 5G, big data e inteligencia artificial al servicio del planeta para
prevenir, anticiparse y actuar con eficacia cuando se desata la primera chispa.
Millones de datos con información precisa para combatir incendios cada vez más
peligrosos, rápidos e incontrolables. En este contexto, los proyectos e ideas
innovadoras se multiplican. Detrás de muchas de ellas se encuentran ingenieros
y startups españolas, con propuestas punteras a escala mundial e iniciativas
pioneras que se han exportado a otros países.
Es
el caso, por ejemplo, de Wastmote, una plataforma de sensores inalámbricos
desarrollado por la empresa aragonesa Libelium. Un dispositivo electrónico
detecta el riesgo de incendio mediante la combinación de varios parámetros de
medición, como la temperatura, humedad, presión ambiental y radiación solar, y
transmite la información a través de Internet. Estos sensores se han instalado
este año en distintos puntos del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en
el Pirineo aragonés. De esta manera, se puede saber al momento qué zonas del
bosque están más expuestas a un posible fuego. “Gracias al Internet de las
cosas, la inversión en tecnología al servicio de la sostenibilidad ambiental es
uno de los mayores legados que podemos aportar a la conservación de los
espacios naturales. Sin olvidar que estamos actuando sobre recursos de gran
atracción turística que generan un impacto favorable en la economía y el empleo
local”, explican en Libelium.
Anticiparse
es la clave
Los
expertos coinciden. En el ámbito de la prevención, la detección y extinción, la
recuperación de zonas quemadas y el análisis, las nuevas tecnologías son un
tesoro. “Gracias a modelos matemáticos muy precisos, el big data y la
inteligencia artificial permiten desarrollar herramientas y aplicaciones para
anticiparnos en el tiempo y saber qué va a pasar antes de que ocurra nada.
También ofrecen mayor capacidad de actuación y de planificación a la hora de
acometer trabajos de extinción, y son a su vez de gran ayuda en la
reconstrucción de masas boscosas”, apunta el ingeniero de montes José Ramón
González.
Es
lo que sucede con Wildfire Analyst, un software que proporciona análisis en
tiempo real del comportamiento de incendios forestales. El programa simula en
pocos segundos la propagación de estos siniestros y permite la toma de
decisiones con rapidez y precisión. El sistema se integra con la detección por
satélite cada cinco minutos y la lectura de datos en tiempo real de 80.000
estaciones meteorológicas. Además, hace un seguimiento de la vegetación y
severidad del fuego en colaboración con la NASA y Google. A su vez, integra
imágenes de drones y emplea la supercomputación. “Cada día simulamos 380
millones de incendios virtuales en California, computando los posibles impactos
a personas, casas y puntos críticos. Este mismo sistema lo usan las mayores compañías
eléctricas americanas para reducir su riesgo de incendios”, explica Joaquín
Ramírez, director general de Tecnosylva.
Esta
empresa de León trabaja desde hace siete años en EE UU y sus desarrollos
tecnológicos la han convertido en una referencia mundial. Tecnosylva es también
la responsable de fiResponse, una multiplataforma que permite seguir y
gestionar incidentes relacionados con los fuegos. Distintas organizaciones y
usuarios puedan utilizar esta herramienta de forma sincronizada y compartir la información
mientras sucede el siniestro. Ocho Estados de EE UU ya emplean este
dispositivo, al igual que varias comunidades autónomas de España.
El
hombre tiene la última palabra
Pese
a todos estos avances, los expertos coinciden en que las nuevas tecnologías no
pueden suplir nunca al factor humano. “Jamás deben suponer una excusa o una
coartada para la inacción ni para apoyar las justificaciones de una mala
decisión o una gestión inadecuada de una emergencia”, advierten Pablo Gárriz y
José Manuel Peribáñez, miembros de la Asociación Española de Lucha Contra el
Fuego (Aself). “Si se pretende una automatización de las decisiones sin la
intervención humana basándose en elementos tenidos en cuenta en inteligencia
artificial, estaremos ante un escenario de robotización de las decisiones y de
dejación de funciones con graves consecuencias, incluso legales”. De lo que
nadie duda es de que los procedimientos y técnicas de aprendizaje y
capacitación basándose en simuladores, plataformas de teleformación, realidad aumentada
y herramientas en 3D han favorecido la toma de decisiones a la hora de afrontar
un incendio forestal.
Aquí,
los algoritmos y los modelos matemáticos son fundamentales. La clave pasa por
hacer visualmente sencillo lo numéricamente complejo, lo que ayuda a una rápida
comprensión de lo que está pasando y a actuar con más acierto. Esta es la base
de Wuiview, uno de los proyectos más innovadores financiados por la Comisión
Europea cuyo objetivo es crear una plataforma que ayude a evitar incendios en
la interfaz urbano-forestal. Es decir, en aquellas zonas donde la vegetación
del monte está en contacto con viviendas, naves industriales, carreteras,
líneas de teléfono y electricidad… El resultado finalserá una herramienta para
el análisis de riesgo de incendio basada en código abierto para que pueda ser
utilizada por ingenieros y arquitectos.
En
esta especie de laboratorio virtual en 3D se utilizan sofisticadas herramientas
de simulación numérica que estudian cómo se inicia y progresa la combustión de
los elementos que hay en el entorno forestal que rodea a las viviendas y en las
propias construcciones. “Para ello hemos extraído un número concreto de
situaciones-tipo, lecciones aprendidas de incendios que ya han ocurrido y sobre
los que hemos hecho un importante trabajo de investigación forense”, explica el
ingeniero de montes David Caballero. “Después estas situaciones se ensayan en
el laboratorio del fuego para observar los factores y fenómenos que las
gobiernan, y finalmente procedemos a su simulación numérica en tres
dimensiones. Este proceso nos permite poder ver por adelantado lo que puede
ocurrir en caso de incendio”, ilustra. Para construir estos modelos
tridimensionales se utilizan drones y tecnología líder, basada en sensores que
emiten rayos de luz.
Datos
y más datos
La
lista de proyectos e iniciativas que ya están en marcha son casi infinitas.
Robots que ven a través del humo, drones que transmiten mapas en tiempo real
con imágenes aéreas georreferenciadas, tanquetas robotizadas capaces de
penetrar en las llamas y aguantar las altas temperaturas… En el futuro, la
tecnología cada vez ayudará más a los humanos en esta tarea. “Tendremos un
acceso inmediato y visualmente más intuitivo a datos que son relevantes. Una
comunicación eficiente en caso de incendio nos permitirá conocer rápidamente
nuestras oportunidades para la evacuación o para el confinamiento. Podremos ver
las rutas más seguras, el progreso que tendrá el frente de llamas y el humo y
saber si estos elementos amenazarán las carreteras por las que vamos a pasar”,
vaticina Caballero. Y los medios de intervención controlarán con mayor
facilidad todos los elementos desplegados en estos escenarios de la emergencia:
población y movimiento, infraestructura amenazada, posible evolución de la
meteorología, propagación esperada del incendio, posibles efectos dominó… Un
futuro no tan lejano en el que la tecnología será de nuevo protagonista.
Autor:
Ramiro
Varea (Retina País)
Más
información:
http://www.libelium.com/products/waspmote/
https://tecnosylva.es/wildfire-analyst