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domingo, 18 de octubre de 2015

La superpoblación robará otro 20% de tierra y recursos al planeta

Los hábitats naturales de América Latina y África serán los más alterados por el desarrollo.

La población mundial alcanzó los 7.000 millones en 2011. En julio pasado ya éramos 300 millones más. Las previsiones de la ONU estiman que en 2050 la cifra llegará hasta los 9.700 millones de humanos sobre el planeta. Además, el crecimiento poblacional no es solo cuantitativo. En países emergentes como China, India o Brasil, la clase media no deja de crecer. A poco que se cumplan los objetivos de desarrollo del milenio, muchos más verán mejoradas sus condiciones de vida. Pero el desarrollo humano tendrá su coste: al menos otro 20% de los hábitats naturales que quedan tendrán que ser sacrificados.

Partiendo de la población actual y futura, un grupo de investigadores de la organización The Nature Conservancy y varias universidades norteamericanas han estimado el impacto que tendrá tanta nueva gente en los recursos naturales del planeta. Los científicos proyectaron hacia adelante los actuales niveles de urbanización, agricultura o uso de energía para determinar qué regiones y hábitats serán los más amenazados por las crecientes necesidades alimenticias, energéticas o de nuevos espacios urbanos de los humanos.

Descontando la Antártida, el 76% de la superficie terrestre aún se puede considerar en estado natural, según publican los investigadores en PLoS ONE. El porcentaje es optimista, ya que incluye al resto de extensiones heladas del planeta, como Groenlandia. Sin embargo, en las próximas décadas, los hábitats naturales tendrán una merma significativa. Según este estudio, 19,68 millones de Km2 de tierras hoy vírgenes o semivírgenes serán alteradas por los humanos. En una extensión así cabe casi toda Europa, incluida la Rusia europea.

Las áreas urbanas crecerán un 185% en 15 años y la agricultura un 50% en 30 años

El estudio analiza nueve grandes sectores cuyo crecimiento es inevitable si se quiere atender las necesidades de una población mundial en ascenso. Entre estos ladrones de tierras está el acelerado proceso de urbanización. Un fenómeno que tardó siglos en Europa y América del Norte, se está desarrollando en el resto del planeta en décadas. En 2030, las áreas urbanas habrán crecido en un 185%, según esta investigación.

Otro sector de impacto directo en la naturaleza es la agricultura. Ya sea por la extensión de los biocombustibles o para atender unas necesidades alimenticias al alza, para mediados de siglo, los cultivos habrán crecido un 50% respecto a su extensión actual. La minería presenta un porcentaje de crecimiento similar.

Los investigadores se detienen en particular en los recursos energéticos. Su análisis es más realista que alarmista. Parten de la suposición de que el consumo en los países ricos se estancará y será más eficiente. Pero el desequilibrio vendrá de aquellos que nunca tuvieron luz, calefacción o coches y quieren tenerlos. Sectores como el de los combustibles convencionales (petróleo y carbón) y los no convencionales (fracking) necesitarán crecer entre un 30% y un 50% para atender la demanda. Pero los crecimientos más espectaculares se darán en las energías renovables. En 2040, la producción eólica habrá aumentado en un 400% y la solar en un 1.000%.

Pero la gran aportación de este trabajo es la visión de conjunto. Sobre un mapa mundial, volcaron sus estimaciones para cada sector e identificar las regiones y ecosistemas más amenazados por esta acumulación de peligros. "En muchos lugares, solo se consideran los impactos del desarrollo con un enfoque de proyecto a proyecto, sin tener en cuenta los impactos medioambientales acumulados", dice en una nota el geógrafo de The Nature Conservancy y principal autor del estudio, Jim Oakleaf.

El mapa muestra el grado de amenaza (bajo en azul y alto en rojo) que el aumento de población tendrá para los hábitats naturales.

Su enfoque, con una resolución espacial de 50 kilómetros, les ha permitido determinar qué hábitats naturales corren más peligro. Por grandes áreas geográficas, la peor parte del desarrollo se la llevarán los ecosistemas de América Latina y África. Los biomas de la primera perderán hasta 4,32 millones de Km2 de extensión. Pero será el continente africano, con más de 8 millones de Km2, el que verá convertidas una mayor proporción de tierras en fuente de recursos para los humanos.

"Nuestro análisis muestra que las mayores amenazas acumuladas del desarrollo se solapan con la mayor cantidad de tierras naturales que hay en América del Sur y África", comenta Oakleaf. "Aunque muchos otros lugares, como en Asia, vemos grandes riesgos derivados del desarrollo, estas zonas están localizadas en regiones donde el desarrollo previo ya ha alterado los hábitats, por lo que no existe un peligro de conversión de la tierra", añade.

No tenemos que elegir entre desarrollo y los recursos naturales, podemos tener ambos"
Jim Oakleaf, geógrafo de The Nature Conservancy

En la actualidad, el 21% de todos los biomas tienen al menos la mitad de sus hábitats naturales convertidos y un 57%, más de una cuarta parte. El desarrollo futuro podría provocar que la mitad de todos los biomas del mundo sufrieran una alteración de más de la mitad de sus hábitats y todos, a excepción de los bosques boreales y la tundra, tendrán al menos un 25% de sus tierras en riesgo de conversión, estiman los autores en su estudio.

Huyendo del catastrofismo, los autores creen posible balancear las necesidades de los humanos que vendrán con las políticas de conservación. Y su trabajo solo pretende identificar los riesgos y las zonas más amenazadas por el desarrollo. Como dice Oakleaf: "No tenemos que elegir entre desarrollo y los recursos naturales, podemos tener ambos. Sin embargo, las medidas en pro de la conservación deben incluir planes estratégicos del uso de la tierra y para una mitigación proactiva que anticipen los conflictos e impactos que permitirían beneficiarnos del desarrollo manteniendo al tiempo unos sistemas naturales en buen estado tanto para los humanos como para la naturaleza".

sábado, 3 de octubre de 2015

Los incendios precisan hasta 100 años para la plena recuperación

Es lo que puede tardar un bosque en volver a ser el que era. ¿Qué se hace con el monte tras un incendio?

Casi 71.000 hectáreas se han quemado en España en 2015 hasta el 6 de septiembre, según datos del ministerio de Medio Ambiente. Está por debajo de la media de otros años. Hace tres, en 2012, se quemaron más de 200.000 y a mediados de los noventa medio millón de hectáreas. Se considera un gran incendio forestal cuando el fuego arrasa más de 500 hectáreas.

¿Qué se hace con un bosque tras un incendio?
Lo primero que debe hacerse es una monitorizar de la zona incendiada y observar cómo responde el ecosistema. Tras esta primera identificación hay que proteger el suelo con residuos, paja, cobertura vegetal e incluso semillas. También hay que cortar la madera quemada que se ha mantenido en pie. Al cabo de un año, hay que llevar a cabo un estudio para comprobar cómo está evolucionando la vegetación y ver en qué zonas hay que llevar a cabo la repoblación y en cuáles no "hay zonas que se regeneran solas muy fácilmente y otras necesitan la ayuda del hombre. Sólo hay que hacer repoblaciones en zonas en las que no hay regeneración natural", asegura Daniel Moya profesor de la universidad de Castilla La Mancha e investigador de FuegoRed.

Hasta 100 años para recuperar un bosque
Depende del tipo de vegetación. Una zona de alta montaña, donde no hay incendios, si llegase a producirse la respuesta será mala y la vegetación no volverá a aparecer. Sin embargo, las zonas con vegetación Mediterránea tienen adaptaciones a incendios y la repoblación no sería necesaria salvo en casos muy concretos. "Los ecosistemas pueden tardar entre 25 y 100 años en recuperarse, teniendo en cuenta la zona de la que estemos hablando", asegura Ricardo Vélez, portavoz del Colegio de Ingenieros de Montes de Madrid.

¿Utilizar el mismo tipo de vegetación?
Hay que estudiar los objetivos forestales. Lo normal es que sí. En las zonas más naturales, en las que tengan baja producción de madera se tiende a utilizar las mismas especies y que pueden dar una buena respuesta ante un incendio e incluso poner al lado otras acompañantes que pudieran ayudar a proteger a otras especies ante un nuevo incendio.

Ante el fuego, prevención
Expertos e investigadores coinciden en que, a pesar de que 2015 haya sido un año "bueno", la próxima temporada los bosques están a merced del clima y de la mano del hombre. Por eso, la mejor solución es la de la prevención. "En España tenemos un sistema de exttinción de los mejores del mundo. Se consiguen resultados excelentes, de los mejores del sur de Europa. En lo que no somos los mejores del mundo es en prevención. Existe un déficit en educación y en tratamiento de los montes", afirma Ricardo Vélez, representante de los ingenieros de Madrid. Si la labor de prevención se realiza, el próximo año es posible evitar la mayor parte de los incendios.

3 y 4 de Octubre. Día Mundial de las Aves

Los días 3 y 4 de octubre BirdLife International celebra el Día Mundial de las Aves, actividad que en España coordina SEO/Birdlife y que siempre coincide con el primer mes de octubre del año. Se trata de una jornada para concienciar sobre los problemas de conservación de las aves.

En esta edición SEO/Birdlife quiere dar a conocer la importancia de la biodiversidad urbana.