La
'Montsechia vidalii' es la angiosperma más antigua del registro
fósil, con 130 millones de años.
Hace
130 millones de años, la Sierra del Montsec, en Lleida, y la
Serranía de Cuenca eran tierras bajas con abundantes lagos de agua
dulce. En ellos se desarrollaron las que, según un nuevo estudio,
serían las primeras plantas florales o angiospermas. No tenían las
flores más vistosas ni el aroma más embriagador, pero con ellas el
planeta empezó a llenarse de colores. ¿Su nombre? Montsechia
vidalii.
Los
primeros ejemplares fosilizados de la Montsechia fueron encontrados
hace más de 200 años en el Montsec, de ahí su nombre. Pero, en
todo este tiempo, la ciencia la ha ninguneado. Que si no era una
planta, que si era una especie de liquen, que si un musgo o una
pariente lejana de los pinos. Sin embargo, tras un trabajo muy
laborioso y usando la última tecnología en microscopios, un grupo
de investigadores estadounidenses, franceses y españoles ha
determinado que la Montsechia es la primera angiosperma o plantas con
flores del registro fósil.
"La
Montsechia es la angiosperma más antigua encontrada en el registro
fósil que conocemos por sus partes vegetativa (tallos y hojas) y
reproductora (frutos y semillas)", dice el paleobotánico de la
Universidad de Lyon (Francia) y coautor del estudio, Bernard Gomez.
Usando unos 1.000 fósiles tanto del Montsec como del yacimiento de
Las Hoyas (Cuenca), los investigadores han datado los ejemplares
situándolos en el Barremiense, edad del periodo Cretácico, hace
entre 130 y 125 millones de años. Gomez aclara que se ha encontrado
polen de angiosperma anterior, pero podría proceder de una
protoangiosperma o ser una muestra contaminada, ya que no han
encontrado nada más que polen.
Hace
130 millones de años, la 'Montsechia' crecía en lagos de lo que hoy
son las sierras de Cuenca y Lleida.
Millón
de años abajo o arriba, la edad de la Montsechia ya había sido
establecida. Pero no estaba tan claro su carácter de angiosperma.
Hoy, este tipo de plantas son las que dominan el manto vegetal
terrestre, tanto que Charles Darwin definió su explosiva propagación
como un "misterio abominable". Para ser una angiosperma,
una planta tiene que estar organizada en tallos y hojas y ser
vascular (tiene células vegetales). Además, debe producir semilla
(espermatofita). Pero lo que las termina de definir es el imbricado
sistema de reproducción que es la flor, formado por sépalos,
pétalos, estambre o carpelos.
"La
gente piensa en las flores como cosas de gran tamaño y variados
colores de pétalos, estambres y carpelos", comenta Gomez. Pero,
para un botánico, "la flor es un órgano reproductor al menos
con un carpelo o con un estambre. En este sentido, Montsechia cumple
el requisito de tener carpelo", añade. Y esta hoja femenina
cerrada sobre sí misma es la que esconde el óvulo. "Se ha
descrito que la evolución de la flor pasó por una etapa sin
sépalos, sin pétalos y sin nectarios. Ese es el estado que
observamos en Montsechia. Así que sí, Montsechia es la planta con
flores más antigua conocida hasta ahora", afirma el
paleobotánico galo.
Para
descubrir las semillas de esta planta, los investigadores tuvieron
que separar los fosilizados tallos y hojas de la piedra usando
minúsculas gotas de ácido clorhídrico. La cutícula, o piel
vegetal, se obtuvo aplicando una mezcla de ácido nítrico y clorato
potásico. Tal y como explican en la revista PNAS, las muestras
fueron, al final, pasadas por el microscopio electrónico.
Además
de su datación en el Barremiense, lo que hace a esta planta coetánea
de dinosaurios como el iguanodon, los investigadores pudieron
confirmar el carácter subacuático de la Montsechia. También han
comprobado que no tenía raíces, aunque pasara su vida pegada al
fondo del lago. Tampoco encontraron polen, pero la Montsechia bien
podría recurrir a la hidrofilia, usando el agua como medio
polinizador, como otras flores usan el aire o insectos. Todo esto la
relaciona con las ceratofiláceas, unas angiospermas primitivas de
las que aún quedan algunas especies en el planeta, como el milhojas
de agua o cola de zorro, muy usadas en los acuarios caseros.
Esta
recreación muestra los tallos de la 'Montsechia', a la derecha y un
detalle de sus hojas y semillas, a la izquierda.
Para
el paleobotánico de la Universidad de Barcelona y coautor del
estudio, Carles Martín-Closas, si su hipótesis que vincula a la
Montsechia con el milhojas de agua es cierta, "debían de tener
unas flores muy pequeñas". Y añade: "no serían vistosas,
tenían órganos sexuales pero sin el atractivo de las flores
actuales". La obra de la selección natural se encargaría en el
futuro de multiplicar los colores, las formas y los aromas, para
promover la polinización que antes facilitaba el agua.
A
ojos de un profano las flores de la Montsechia podrían ser hasta
vulgares. Pero esas flores vulgares encontradas en la serranía
conquense y los montes ilerdenses podrían obligar a reescribir la
historia de las plantas en este planeta. Aunque no hay registros
fósiles de sus ancestros, la reciente secuenciación del genoma de
la Amborella trichopoda, un arbusto terrestre endémico de Nueva
Caledonia, la colocaba como la sucesora de la angiosperma más
primitiva, algo así como la madre de todas las flores. En paralelo,
las Nymphaeales (nenúfares) más antiguas datan de hace 115 millones
de años. Y la Montsechia es acuática y muy anterior a los
nenúfares.
Como
dice Gomez, esto implica "o un desarrollo/adaptación más
temprano de las angiospermas al ambiente acuático o una filogenia
diferente de las angiospermas, donde la rama Ceratophyllum,
incluyendo Montsechia, tendría un papel más primigenio".
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