Según
Montserrat Zamorano Toro, una de las responsables del proyecto, el nuevo
hormigón, por su plasticidad y cohesión, no requiere compactación alguna
durante su uso en la construcción, y presenta ventajas respecto a los
hormigones convencionales, lo que se traduce en un considerable ahorro
económico y de tiempo.
Los
resultados preliminares, que han sido publicados en la revista Construction
and Building Materials, explican el uso de las cenizas volantes
procedentes de la combustión, en calderas domésticas, de pellets elaborados con
residuos procedentes de biomasa de olivo, como sustituto del fíller, en la
fabricación de hormigón autocompactante.
Zamorano
señala que el nuevo hormigón presenta una resistencia a compresión ligeramente
superior a los del hormigón tradicional, y superior al mínimo establecido por
el Real Decreto 1247/2008, de 18 de julio, por el que se aprueba la “Instrucción de
hormigón estructural”.
Tradicionalmente,
para conseguir un hormigón autocompactante se requería el empleo, junto a los
tradicionales áridos, agua y cemento, de un material granular inerte de fina
granulometría, llamadofiller y de un aditivo superplastificante que mejore
la fluidez del hormigón en estado fresco.
Desde la
aprobación de las políticas europeas y españolas para el fomento del uso de
energías renovables, ha tenido lugar un creciente uso de la energía de la
biomasa en diferentes ámbitos, con importantes ventajas medioambientales.
El problema de las cenizas
“Sin embargo
su combustión implica, en contrapartida, la producción de subproductos de la
combustión de biomasa, las cenizas, que deben ser gestionadas atendiendo a los
principios básicos de la gestión de residuos establecidos por la legislación
europea y española”, añade la investigadora. En la actualidad, estas cenizas se
eliminan en vertederos o se utilizan en la agricultura. Con todo, el incremento
en su producción hace necesario buscar otras alternativas, entre las que se
encuentran su aplicación en el sector de la construcción.
El uso de
cenizas volantes en el sector de la construcción, obtenidas como residuo de la
combustión de carbón en las centrales termoeléctricas, está suficientemente
demostrado e incluso normalizado. No ocurre lo mismo con el de las cenizas de
la biomasa del olivo, objeto de este estudio, cuyas características químicas y
físicas mostraron unos resultados muy diferentes a los contrastados en las
cenizas tradicionales (fundamentalmente, debido a su inactividad durante los
procesos de fraguado del cemento y a que son más finas).
Zamorano
indica que, a la luz de los resultados de este trabajo, “la utilización de
cenizas volantes de biomasa como fíller en hormigón autocompactante
es factible”, si bien es necesario realizar un estudio a mayor escala y con un
alcance más amplio para garantizar la fabricación de alta calidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu opinión. Siempre es importante aprender de los demás.