Las
poblaciones de tiburones en el Mediterráneo y el Mar Negro han disminuido
notablemente en los últimos dos siglos y corren ahora riesgo de extinción, con
graves consecuencias para todo el ecosistema marino y las cadenas alimentarias
de la región, según advierte un nuevo estudio de la FAO.
"Los
tiburones del Mediterráneo han disminuido en más del 97 por ciento en número y
peso de las capturas en los últimos 200 años. Están en riesgo de extinción si
la presión pesquera actual continúa", concreta el estudio.
Por su parte,
en el Mar Negro --aunque la información es escasa, según denuncia la
organización - las capturas de las principales especies de tiburón también han
disminuido a casi la mitad respecto a las capturas de principios de la década
de 1990.
Los expertos
de la Comisión General de Pesca para el Mediterráneo (CGPM), uno de los órganos
regionales de la FAO dedicados al sector pesquero, han alertado de que
"esta pérdida de grandes depredadores podría tener serias consecuencias
para todo el ecosistema marino, lo que afecta gravemente las redes alimentarias
en la región".
En este
sentido, el estudio advierte que las especies cartilaginosas de peces --como
tiburones y rayas--, "son, con mucho, el grupo más amenazado de peces
marinos en el Mediterráneo y el Mar Negro", donde se conoce la existencia
de hasta 85 especies distintas.
Mientras, de 71 especies estudiadas en el Mediterráneo en 2007, se comprobó que 30 --el 42 por ciento-- estaban amenazadas, incluyendo un 13 por ciento en grave peligro, un 11 en peligro de extinción y un 13 por ciento consideradas vulnerables. Otro 18 por ciento se clasificó como a punto de estar amenazadas.
DEGRADACIÓN DEL HÁBITAT
La
situación se ve agravada por los daños o alteración de sus hábitats, provocado
por el transporte marítimo, la construcción y la minería submarina o por
contaminantes químicos, el ruido y la contaminación electromagnética, según
apunta el texto.
Entre las
medidas más recientes adoptadas por la Comisión Europea (CE) para proteger a
tiburones y rayas se encuentra la prohibición del 'finning' --cercenamiento de
las aletas en el mar y descarte de la carcasa-- y la limitación de la pesca de
arrastre a menos de 3 millas náuticas de la costa para aumentar la protección
de los tiburones costeros.
La Comisión
también ha recomendado a los países ribereños del Mediterráneo y Mar Negro
invertir en programas de investigación científica destinados a identificar
zonas potenciales de cría y considerar las vedas temporales y zonales para
proteger a tiburones y rayas juveniles de las actividades pesqueras.
Otras
iniciativas llevadas a cabo por la CE incluyen la organización de varias
reuniones y cursos destinados a una mejor comprensión de dichas especies y sus
hábitats y la creación de una base de conocimientos regionales para orientar a
los Miembros la CGPM en el desarrollo de planes nacionales para proteger a
estas especies clave.
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