No se congela en
invierno y tiene casi la extensión de Castilla-La Mancha
Bajo la capa
helada, en el suroeste de Groenlandia, hay una gigantesca bolsa de más de
140.000 gigatoneladas de agua dulce que se mantiene en estado líquido, a unos
cero grados, cuando los termómetros a la intemperie han caído hasta los 20 bajo
cero. Tiene una extensión de unos 70.000 kilómetros cuadrados (casi el tamaño
de Castilla-La Mancha) y los científicos que la han descubierto explican que se
alimenta del agua de la nieve fundida que se filtra por el hielo durante el
verano.
“En
lugar de acumularse agua en el espacio entre las partículas de roca del
subsuelo, como en los acuíferos subterráneos, en este caso se acumula entre
partículas de hielo, como un granizado, y lo sorprendente es que no se congela
nunca, incluso durante el oscuro invierno de Groenlandia, porque las grandes
cantidades de nieve que caen en la superficie inmediatamente aíslan la bolsa de
agua líquida de las temperaturas bajo cero del aire”, explica Rick Foster,
científico de la Universidad deUtah y líder de esta investigación que se presenta en la revista Nature Geoscience.
El
primer indicio del sorprendente hallazgo surgió con unas perforaciones
realizadas en la zona: un par de muestras de hielo que tomaron los
investigadores salieron a la superficie chorreando agua. Fue en 2011, y el
equipo tuvo que interrumpir el muestreo al no tener maquinaria adecuada para perforar
en un medio con agua líquida.
Los
científicos se volcaron en los datos de radar obtenidos tanto desde el aire con
los aviones del programa Operation IceBridge, de la NASA, como rastreando la misma superficie helada
con motos de nieve. Así pudieron delimitar la bolsa subglacial.
Regresaron a
la zona en la primavera de 2013 con equipos de perforación adecuados y pudieron
extraer cilindros de hielo (nieve compactada antigua) e introducir sensores de
temperatura por los agujeros hasta el agua líquida, que resultó estar a cero
grados. El acuífero está a unos doce metros de profundidad desde la superficie
y llega hasta los 37 metros en el fondo.
Si las
140.000 gigatoneladas métricas de agua acumulas descargaran de repente en el
océano, el nivel de este aumentaría 0,4 milímetros, señala la NASA en un
comunicado.
El
descubrimiento permite ahora conocer más profundamente la estructura y los
mecanismos de los glaciales de Groenlandia y mejorar los modelos de proyección
de su evolución e impacto en el océano. Foster explica que, al parecer, el
acuífero no es un fenómeno reciente, que lleva ahí bastante tiempo.
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