El
volumen medio de agua que recogen los cauces fluviales españoles se
ha reducido en un 20 % en los últimos 25 años como resultado de la
escasez de precipitaciones y, muy especialmente, por la subida de las
temperaturas.
Esta
es una de las conclusiones del estudio “Consecuencias del cambio
climático sobre la disponibilidad de agua en España tras la firma
del Acuerdo de París”, difundido hoy por Ecologistas en Acción,
en el que se analiza la evolución de los recursos hídricos en
España durante el último cuarto de siglo.
El
estudio, que se presenta en vísperas del Día Mundial de Lucha
contra la Desertificación y la Sequía, refleja que los compromisos
en la reducción de los gases de efecto invernadero por parte de los
estados “nos condenan a un aumento de la temperatura superior a los
3 grados centígrados”, lo que se traducirá en un “continuo
agravamiento de la escasez hídrica” y, en este sentido, “se
espera, como mínimo, una reducción del 30 % en los próximos
decenios”.
Para
esta ONG España carece de unas medidas reales que frenen el
deterioro hídrico dado que, a pesar del evidente agravamiento de los
periodos de sequía, los planes hidrológicos “plantean un
incremento neto del 10 % de su uso debido, principalmente, a su
aumento en las superficies dedicadas a los cultivos de regadío”.
“Colapso”
en materia de agua
Todo
ello, a juicio de Ecologistas en Acción, lleva a “un auténtico
colapso” en materia de agua, así como a “gravísimas
consecuencias medioambientales, sociales y económicas que nos alejan
de las acciones que deberíamos tomar para frenar la
desertificación”, además de poner en riesgo a un considerable
número de poblaciones -junto a la agricultura y a la ganadería-
quienes “ya padecen los efectos de unas sequías cada vez más
intensas”.
Ecologistas
en Acción aboga por abandonar cualquier acción que conlleve un
incremento del gasto hídrico e incluso la reducción de superficies
destinadas a los cultivos de regadío hasta un máximo de entre 3 a
3,2 millones de hectáreas.
En
este sentido, “no debería crearse ni una sola hectárea más de
este tipo de cultivo en España” y se ha de apostar por la
“eficiencia hídrica” mediante la modernización de los regadíos,
la reutilización de aguas residuales depuradas o el fomento de
plantaciones con un consumo menor de este elemento.
Revegetación
para detener el avance del desierto
También
inciden en la limitación del gasto de agua en la costa mediterránea
tanto en el sector urbanístico como en el turístico: “un gran
consumidor y destructor de los recursos naturales”, como el agua,
dado que su retorno en este ámbito es de media del 50 % como
consecuencia de jardines, piscinas o campos de golf, entre otros,
frente al 80 % de los núcleos urbanos convencionales.
Desde
esta organización abogan por la revegetación o la reincorporación
de materia orgánica a los suelos para paliar la escasez de agua y
mejorar así la capacidad de los ecosistemas, con la intención de
detener el “avance del desierto”.
Sequía
frente a fuertes lluvias
En
el caso de España, detallan, se prevé que “los periodos de sequía
propios de nuestras condiciones climáticas se hagan cada vez más
frecuentes, largos y extremos”.
Además,
en buena parte de la Península “se espera que las precipitaciones
máximas se incrementen en un intervalo de 24 horas” y, por
consiguiente, las crecidas fluviales y las inundaciones.
Para
EA, el Acuerdo de París puede conllevar efectos colaterales que
desemboquen en “un fuerte impacto climático” porque la ausencia
de menciones a la descarbonización de la economía o la no
definición de un protocolo específico en la medición de las
emisiones asociadas a los cambios de uso en el suelo repercuten en un
“incremento de presión sobre los bosques”.
Este
ecosistema resulta “clave” en la regulación del agua en la
atmósfera y su pérdida “supondrá una mayor alteración en los
patrones de precipitación del mundo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu opinión. Siempre es importante aprender de los demás.