Una
levadura capaz de transformar los residuos de cultivos como los
tomates o el maíz en aceites permite convertir desechos en productos
con valor económico.
La
capacidad humana para transformar el mundo ha tenido resultados
fascinantes, pero también se ha convertido en un problema con la
generación de todo tipo de residuos. En los ecosistemas naturales,
con seres menos ambiciosos y con menos inventiva que las personas,
parece que todos los componentes encajan en un conjunto y entre todos
aprovechan los ciclos de los materiales. Lo que para unos son
residuos, para otros son valiosos recursos. Con esa referencia, los
biotecnólogos trabajan para acercar a los humanos a ese ejemplo de
economía circular.
Un
ejemplo es el trabajo de la compañía Neol Bio, con sede en Granada
(España). Conscientes de las grandes cantidades de residuos que
produce la actividad agrícola, en forma de paja o de frutas y
hortalizas no aptas para el mercado, se lanzaron a la búsqueda de
microorganismos capaces de transformar esos desechos en algo con
valor. José Luis Adrio, director científico de la empresa, cuenta
que el microbio elegido fue una levadura que encontraron en Riotinto
(Huelva). “Es un organismo que, igual que hacemos los humanos,
cuando se alimenta, acumula el material de reserva en forma de
grasas”, apunta. El 60% del peso de las células de esta levadura
pueden ser aceites, algo muy interesante desde el punto de vista de
la industria que los puede convertir en todo tipo de productos, desde
lubricantes hasta cosméticos.
El
motivo para buscar el organismo en Riotinto se debe a que hay un
precursor común para la síntesis de aceites y carotenos, unos
antioxidantes naturales. ”Pensamos que si íbamos a un sitio con
condiciones de oxidación altas como Riotinto, era probable que
pudiésemos aislar organismos que produjesen carotenos y que también
fuesen capaces de acumular lípidos”, explica Adrio.
Solo
en Almería la agricultura produce dos millones de toneladas de
residuos vegetales que se pueden reutilizar con métodos
biotecnológicos
La
levadura es capaz de aprovechar los azúcares que se encuentran en la
paja del trigo o el centeno o en hortalizas como los pepinos o los
tomates que tienen algún defecto y no se pueden vender. Según
estimaciones que ofrece la propia compañía, el valor de los
componentes básicos de los residuos de invernadero de Almería está
en torno a los 30 millones de euros anuales. Es lo que se podría
obtener de aprovechar los dos millones de toneladas de residuos
vegetales que genera la agricultura en esa provincia.
Una
vez seleccionado el microbio adecuado para este sistema de reciclaje,
los científicos de Neol lo modificaron mediante la clonación de un
gen para hacer que pudiese producir alcoholes grasos por
fermentación. Estos compuestos químicos son más interesantes desde
el punto de vista industrial. Una muestra de las posibilidades de esa
levadura es la utilización de los alcohóles grasos que genera como
aditivos para plásticos con los que obtener biopoliésteres. Con
ellos, se elaborarían mallas para envasar los productos
hortofrutícolas, un ejemplo de economía circular.
Tras
la publicación del estudio en el que explicaban las posibilidades de
su levadura, en Neol recibieron la llamada del Laboratorio Nacional
de Energías Renovables (NREL) del Departamento de Energía de los
Estados Unidos (DOE) en Golden, Colorado. Su interés se debía a la
gran cantidad de hojas y tallos de la planta de maíz que quedan como
restos inutilizables de este tipo de cultivos.
Hay
otras empresas que trabajan en este ámbito, así que Neol están
centrando en optimizar el rendimiento y la productividad de la
levadura, mejorando las cepas y las condiciones de cultivo. Dadas las
grandes cantidades y el bajo precio que se necesitaría para
utilizarlo como combustible, la posibilidad de utilizar este proceso
para producir combustibles parece lejana. De momento, el escalado
industrial podría llegar para productos que se pueden vender más
caros y no requieren cantidades tan importantes como biolubricantes o
incluso algunos productos con aplicación farmacéutica.
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