El
22 de abril se celebra en todo el mundo el Día de la Tierra, una
expresión tan sencilla como llena de contenido, ya que hace
referencia al planeta que habitamos y lo que estamos haciendo con él
para las futuras generaciones.
El
origen de esta conmemoración se sitúa en 1970, año en el que se
inició un movimiento medioambiental en Estados Unidos que sacó a la
calle a 20 millones de personas para luchar por un entorno más
saludable.
Tras
esta manifestación se logró concienciar a los políticos sobre la
importancia de la naturaleza y el cuidado del medio ambiente, y se
creó la Agencia de Protección al Medio Ambiente de Estados Unidos.
Esta asociación se encarga de las leyes para conseguir aire limpio,
agua potable y conservar especies en peligro de extinción.
Hoy
se homenajea el Día de la Tierra para que todos reflexionemos sobre
su cuidado, invitándonos a preocuparnos más por la contaminación,
los animales, las plantas y el medio ambiente.
Día
de la Tierra: más llamada de atención que celebración. El blanqueo
de corales en la Gran Barrera de Coral de Australia empeora
El
planeta que habitamos tiene 4.543 millones de años de edad y
continúa siendo el único objeto conocido en el universo capaz de
albergar vida. También es el planeta más denso del Sistema Solar,
pero en los últimos 35 años se ha perdido un tercio de la vida
silvestre... y además de ser muchísimo es difícilmente
recuperable.
Naciones
Unidas decidió designar el 22 de abril como el Día Internacional de
la Madre Tierra al reconocer que nuestro planeta y sus ecosistemas
son el hogar de la humanidad y que si queremos conseguir un justo
equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales
de las generaciones presentes y futuras es necesario promover la
armonía con la naturaleza.
En
esta jornada es cuando de alguna manera todos los países,
instituciones y ciudadanos tomamos conciencia de que tenemos que
celebrar, pero sobre todo de que debemos cuidar el planeta.
Si
nos preocupáramos más por compartir información medioambiental,
nos solidarizáramos con el reciclaje de envases, nos
comprometiéramos con el ahorro de agua, con la utilización de
energías limpias o conociéramos la lista de los animales en peligro
de extinción, sin duda contribuiríamos a mejorar lo que nos rodea y
lo que dejaremos a las futuras generaciones.
Y
para que no todo se quede en la teoría, ¿qué puedes hacer tú por
la Tierra?
Aquí
van unos sencillos consejos para cuidarla con poco esfuerzo y grandes
resultados:
-
Utilizar bombillas de bajo consumo.
-
Apostar por las energías renovables.
-
Aportar vida a la naturaleza plantando al menos un árbol.
-
Reciclar y conocer qué es biodegradable y qué no.
-
No utilizar bolsas de plástico, y si se tienen que usar,
reciclarlas.
-
Calcular la huella de Carbono. Con la ayuda de un calculador de
carbono se puede conocer cuál es la contribución personal al
calentamiento global y de este modo poner remedio y reducir la propia
contaminación.
Pero
quizá el consejo más simple es hacer que todos los días sean el
Día de la Tierra, y nada mejor para conseguirlo que comprometernos a
diario con nuestro planeta.
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