Un tribunal falla en
contra de los Estados que alegaron que no estaba científicamente demostrado que
las emisiones contribuyeran al calentamiento global
Un tribunal
federal de Washington dictaminó este martes que la Agencia de Medio ambiente de Estados
Unidos (EPA en sus siglas en inglés) puede imponer por ley a la
industria recortes en sus emisiones de gases de efecto invernadero que pongan
en peligro la salud y aumenten la contaminación atmosférica. Los tres jueces
desestimaron por unanimidad las alegaciones de los 14 Estados y varias
compañías que se opusieron a esta posibilidad argumentando que la EPA no había
demostrado científicamente que las emisiones contribuyeran al calentamiento
global.
Esta es la decisión judicial en
materia medioambiental más importante en EE UU desde que, en 2007, el Tribunal
Supremo obligara al Ejecutivo a controlar la emisión de gases de efecto
invernadero
En su
resolución, los magistrados establecen que la EPA “puede hacer uso” de la Ley de Aire Limpio -que
autoriza al Gobierno federal a limitar las emisiones tóxicas- para imponer
restricciones en la irradiación de gases contaminantes a la industria y a los
automóviles. Los analistas coinciden en que esta es la decisión judicial en
materia medioambiental más importante en EE UU desde que, en 2007, el Tribunal Supremo obligara al Ejecutivo a controlar la emisión
de gases de efecto invernadero.
En 2009, la
EPA prohibió a las centrales eléctricas, a los complejos industriales y a las
empresas automovilísticas sobrepasar un determinado nivel en sus emisiones de
gases de efecto invernadero por suponer un riesgo para la salud y acelerar el
calentamiento global. Catorce Estados, entre ellos Virginia y Tejas, además de
varias empresas, decidieron denunciar esta imposición ante los tribunales. La
resolución llega tres años después, enplena
campaña por la presidencia de EE UU, en la que el Partido Demócrata y el
Republicano han evidenciado el abismo que separa sus respectivas políticas
medioambientales. En 2009, la Cámara de Representantes autorizó que se regulara
por ley las emisiones de dióxido de carbono, pero la iniciativa se quedó
atascada en el Senado. Desde que en 2010
los republicanos recuperaran la mayoría en la cámara Baja del
Congreso, todas las iniciativas medioambientales propuestas por la
Administración Obama han sido abortadas.
La industria
estadounidense también se encuentra dividida sobre la regulación de los gases
contaminantes. Las compañías petrolíferas, de gas y de carbón y la mayoría de
las eléctricas se oponen a la imposición de límites, mientras que las automovilísticas
han hecho grandes esfuerzos económicos para adaptarse a las nuevas normas sobre
emisiones de dióxido de carbono.
Las
asociaciones ecologistas han recibido con satisfacción la resolución judicial
que, consideran, supone un respaldo a las políticas a favor de mitigar los
efectos del cambio climático y un varapalo para el Partido Republicano, que se
ha opuesto a ellas en los últimos años. “El tribunal ha confirmado que las
decisiones de la EPA para luchar contra la polución estaban sustentadas en la
ley y en la ciencia”, indicó en un comunicado Fred Krupp, presidente del Fondo de Defensa del Medio ambiente. Las empresas
concernidas por la sentencia, sin embargo, ya han anunciado que están
considerando nuevas acciones legales, alegando que el fallo perjudica la
creación de puestos de trabajo.
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