El venenoso pez león,
originario de los arrecifes del Océano Índico y el sur del Pacífico, se ha
convertido en un invasor de las aguas costeras de Florida y un depredador
temible de numerosas especies nativas que las habitan.
En los
últimos años, la población del pez león se ha extendido de forma imparable a lo
largo de la costa sureste del estado, incluidos los cayos de Florida, en el
extremo sur de la península floridana, advirtió hoy la Comisión para la
Conservación de la Pesca y la Vida Salvaje de Florida (FWC, en inglés).
"Hoy
vemos al pez león en lugares donde nunca antes se le había visto, como en zonas
del norte del Golfo de México, mientras su población crece rápidamente",
señaló el FWC en un comunicado.
El problema,
según este organismo, radica en que el pez león "altera significativamente
las dinámicas de la población de las especies marinas nativas", lo que
"daña" el ecosistema de los arrecifes.
Además este
pez depredador de llamativas aletas pectorales y rayas rojas y blancas
"puede afectar también negativamente a la industria pesquera y el
comercio, así como a la pesca deportiva", agregó.
"Cualquier
cosa que dañe la pesca y el submarinismo" afectará a los restaurantes, el
sector hotelero, el pequeño comercio y, por consiguiente, "la economía de
Florida".
La FWC evitó
ser alarmista, pero aseguró que esta "grave situación reclama nuestra
completa atención", especialmente la de quienes practican el submarinismo
y esnórquel (buceo de superficie) en aguas de la costa floridana.
Por ello, a
partir de agosto de 2013 se eliminará toda restricción a la pesca de este
depredador marino que expulsa veneno a través de sus dieciocho aletas dorsales
punzantes y caza peces y camarones gracias a su camuflaje y a sus rapidísimos
reflejos.
La picadura
de este pez, que se ha extendido a océanos cálidos del todo el mundo es muy
dolorosa para los humanos y puede llegar a causar náuseas y problemas
respiratorios, aunque normalmente no es mortal.
Fue a
mediados de la década de 1980 cuando el pez león comenzó verse en aguas de
Florida y, a partir de entonces, se fue extendiendo paulatinamente a aguas del
Caribe y de la costa atlántica y Bermudas.
Las
autoridades exhortaron a los submarinistas a que cacen este pez depredador
foráneo y advirtieron de que sus aletas son venenosas y pueden causar heridas
si no se toman medidas de precaución.
También las
autoridades de Puerto Rico han alertado sobre el pez león y el peligro que
supone para la biodiversidad de la costa.
El mayor
problema que implica su presencia es la amenaza que supone para la
biodiversidad, al tratarse de una variedad cuyas presas no lo reconocen como
predador por no pertenecer al hábitat de la zonas amenazadas.
Más
información:
http://myfwc.com
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