Estos y otros
cambios estacionales en los patrones de salinidad de los océanos se revelan a
partir del análisis del primer año completo de mediciones de salinidad
superficial captadas por el instrumento Aquarius de la NASA.
"Con un
poco más de un año de datos, estamos ya viendo algunos patrones sorprendentes,
especialmente en los trópicos", dijo el principal investigador de la
misión Aquarius, Gary Lagerloef, del instituto Earth & Space Research de
Seattle. "Vemos que algunas características evolucionan rápidamente con el
tiempo."
Lanzado al
espacio a bordo de la nave argentina Aquarius / Satélite de Aplicaciones
Científicas (SAC)-D el 10 de junio de 2011, Aquarius es el primer instrumento
de la NASA diseñado específicamente para estudiar desde el espacio el contenido
de sal de las aguas superficiales del océano. Las variaciones en salinidad, las
cuales tienen gran impacto en la circulación oceánica, están estrechamente
relacionadas con el ciclo de agua dulce del planeta y proporcionan a los
científicos valiosa información sobre cómo el cambio climático global está
afectando los patrones de precipitación global.
El sensor de
salinidad detecta la emisividad en la franja de microondas de los primeros 1 -
2 centímetros de la superficie del mar: una propiedad física que varía
dependiendo de la temperatura y la salinidad de las aguas. El instrumento
recoge datos en franjas de 386 kilómetros de ancho, siguiendo una órbita
diseñada para obtener cada siete días una imagen completa de la salinidad de
las aguas oceánicas libres de hielo del planeta.
La versión
animada del primer año de datos obtenidos por Aquarius descubre un mundo de
cambiantes patrones de salinidad. El Mar Arábigo, acurrucado junto el seco
Oriente Medio, se muestra mucho más salobre que la vecina Bahía de Bengala, la
cual recibe intensas lluvias monzónicas y desembocaduras de agua dulce
provenientes del río Ganges. Otro gran río, el Amazonas, libera una descarga de
agua dulce de gran tamaño que, o bien se dirige al este hacia África, o bien gira
al norte hacia el Caribe, dependiendo de qué corriente marina estacional
predomine.
Aglomeraciones
de agua dulce, transportadas por las corrientes del océano desde zonas en el
centro del Océano Pacífico donde se dan fuertes lluvias, se apelotonan junto a
la costa de Panamá, mientras que el Mar Mediterráneo se distingue en los mapas
de Aquarius como un mar muy salado.
Una de las
características que se destacan con mayor claridad es una gran aglomeración de
agua salubre en el Atlántico Norte. Esta zona, la más salada del océano, es
análoga a los desiertos terrestres, donde se da muy poca lluvia y mucha
evaporación. Una expedición financiada por la NASA, llamada Estudio Regional de
los Procesos de Salinidad en la Superficie del Océano (SPURS, por sus siglas en
inglés), viajó al lugar más salado del Atlántico Norte el pasado otoño para
analizar las causas detrás de esta alta concentración de sal y a la vez validar
las mediciones de Aquarius.
"Mi
conclusión, tras pasar cinco semanas en alta mar y analizar cinco mapas
semanales de salinidad provenientes de Aquarius mientras estábamos allí, es
que, efectivamente, los patrones de variación de la salinidad vistos desde
Aquarius y desde el barco eran similares," dijo Eric Lindstrom, científico
del programa oceanografía física de la NASA y participante en la campaña de
investigación SPURS.
Más información:
http://aquarius.nasa.gov/concept_map.html
Más información:
http://aquarius.nasa.gov/concept_map.html
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