Científicos de la
Universidad de Huelva y de centros de investigación de Portugal han analizado
los perfiles químicos –como los ácidos grasos, pigmentos y contenido mineral– y
la resistencia térmica de las cinco cepas de microalgas de mayor uso en
alimentación: Spirulina maxima, Chlorella vulgaris, Haematococcus
pluvialis, Diacronema vlkianum eIsochrysis galbana.
El objetivo
del estudio, publicado en la revista Algal Research, es proporcionar una
información bioquímica rigurosa para ayudar a la industria a elegir las
microalgas que mejor se adaptan a aplicaciones a la carta. Por ejemplo, cuál es
la más idónea para suplementar alimentos ricos en proteínas, o las que mayor
contenido tienen en ácidos grasos poliinsaturados.
"Se
trata de un estudio que puede ayudar a la industria a posicionar mejor sus
productos funcionales", aclara José María Franco, investigador de la
Universidad de Huelva.
De las cinco
microalgas, Chlorella vulgaris y Spirulina son las que
presentan la tasa más alta de proteínas –38% y 44%, respectivamente– y un bajo
contenido en grasa –5% y 4%, respectivamente–.
En el caso de C.
vulgaris y H. pluvialis mostraron una alto contenido de
carotenoides – por encima de los porcentajes de grasa obtenidos–, bajo en
proteínas y una mejor resistencia al tratamiento térmico.
Por su parte, D.
vlkianum e I. galbana presentan un alto contenido de proteínas
(38-40%) y grasas (18-24%) ricas en ácidos grasos poliinsaturados, principalmente
EPA y DHA. En cuanto a los compuestos minerales, S. maxima presenta
un alto contenido en minerales, principalmente sodio y potasio (31%). Y
respecto a C. vulgaris –verde–, se trata de una microalga con un
contenido mineral de 24%, de los que un 4,7% es calcio, manganeso y hierro.
Microalgas a escala global
Las
microalgas se encuentran presentes en el agua, suelo y la mayoría de los
ambientes terrestres incluso en los más extremos, lo cual permite encontrarlas
ampliamente distribuidas en la biosfera adaptadas a una gran cantidad de
condiciones.
Estos seres
vivos utilizan la energía solar para transformar, por ejemplo, las aguas
residuales en CO2 y biomasa rica en lípidos, azúcares, proteínas o hidratos de
carbono. Son una extraordinaria fuente potencial de compuestos naturales.
La industria
farmacéutica o agroalimentaria se enfrenta a diario a un rosario de
microespecies para introducirlas en sus modelos de negocio, y su investigación
–enfocada a conocer su metabolismo principalmente– es una valiosa guía para
orientar la producción de forma selectiva a mercados cada vez más exigentes.
"Por
ejemplo, añadir biomasa procedente de microalgas a productos alimenticios
proporciona nuevo valor en forma de antioxidantes, ácidos grasos
poliinsaturados –omega-3– o proteínas. En consecuencia, una buena selección de
especies con perfiles nutricionales definidos es la clave para el desarrollo de
productos innovadores", subraya José María Franco.
Una de las
características más interesantes de este nicho biológico es que, “al igual que
sucede con cualquier planta superior”, su status bioquímico varía en función de
factores exógenos. Por ejemplo, la temperatura, la salinidad, la primer paso
para determinar las más adecuadas atendiendo a futuras aplicaciones.
Spirulina (o Arthrospira) maxima
Es una
cianobacteria utilizada como suplemento alimenticio. Crece en lagos alcalinos
en México y África formando floraciones masivas. De ser un alimento esencial y
casi exclusivo de las poblaciones indígenas, su cultivo está extendido –Hawai,
California, China, Taiwán, Japón– desde finales de la década de los 70.
Probablemente, su producción en seco ronde los 3.000 toneladas/año, y su rango
de utilización es amplio por su alto contenido en proteínas, ácido γ-linolénico
y vitamina B12. Se utiliza en complementos alimenticios y piensos.
Chlorella vulgaris (verde y
naranja) y H. pluviales
Son algas que
tienen la capacidad de acumular altas concentraciones de carotenoides para
protegerse de la oxidación en situaciones de estrés –escasa iluminación, pocos
nutrientes y alta salinidad–. La primera se ha utilizado en Asia como medicina
alternativa. La producción comercial de Chlorella, unos 2.000
toneladas/año, arrancó en Japón en la década de los 60, y actualmente se
comercializa en China, Europa y Estados Unidos. Por su parte, H.pluvialis se
ha identificado como el organismo que puede acumular el más alto nivel de
astaxantina de forma natural –1,5-3,0% peso seco–. Durante la década los 90 en
los EEUU y la India comenzó su producción a gran escala. La astaxantina es un
potente antioxidante comparable con la vitamina E que combate el estrés
oxidativo y es muy beneficioso para la piel, vista, y la salud celular.
D. vlkianum e I. galbana
Son
microalgas marinas muy extendidas. I. galbana es ampliamente
utilizada como alimento para especies comerciales y el cultivo de moluscos en
fase larvaria y juvenil, crustáceos y peces. Acumulan altas cantidades de
ácidos grasos poliinsaturados –omega 3–. D. vlkianum ha sido menos
estudiada, aunque destaca por aportar ácidos grasos poliinsaturados,
principalmente el ácido eicosapentaenoico y el ácido docosahexaenoico como
alternativa a los aceites de pescado.
Referencia bibliográfica:
Ana Paula
Batista, Luísa Gouveia, Narcisa M. Bandarra, José M. Franco, Anabela Raymundo. “Comparision
of microalgal biomass profiles as novel functional ingredient for food
products”. Algal Research 2 (2): 164–173, marzo de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu opinión. Siempre es importante aprender de los demás.