La mayor concentración
de agua glaciar de la península, amenazada por vertidos residuales
Científicos alertan de
que la contaminación podría ser irreversible
Estamos a
tiempo de remediarlo, aunque el lago de Sanabria podría convertirse “en una
enorme charca verde”. Un grupo de científicos liderados por la Estación Biológica Internacional Duero-Douro (EBI) ha
avisado de que el lago Sanabria, la mayor concentración de agua glaciar de la
península, está seriamente amenazado por el vertido de aguas residuales y las
deficiencias en las infraestructuras de depuración aledañas a este parque
natural ubicado en el noroeste de la provincia de Zamora, muy cerca de la
frontera con Portugal. “Sabemos lo que va a ocurrir porque ha ocurrido en otros
espacios. Hay que conseguir que se invierta en I+D+i”, ha reclamado Santos
Cirujano, especialista en ecosistemas acuáticos y científico del Real
Jardín Botánico de Madrid. El enclave turístico recibe 60.000 visitantes
cada año.
La depuración de las aguas, “donde
queda mucho por andar”, y la calidad del aire, con determinados picos en los
que las ciudades españolas superan los valores máximos de contaminación, ocupan
los primeros puestos en los desvelos medioambientales del ministro Miguel Arias
Cañete, según ha asegurado durante la presentación del Perfil Ambiental 2012,
una memoria que presenta la situación ambiental de España y que incluye datos
europeos y de las comunidades autónomas. Cañete recordó que España tiene tres
procedimientos de infracción abiertos por la Comisión Europea en materia de
agua y aseguró que se necesita el acompañamiento de las 17 comunidades y
municipios encargados de gestionar las depuradoras. “Con presupuesto es
relativamente fácil hacerlo. Este año se ha dado un impulso muy importante (…)
No es sólo construirlas, también hace falta que cuando se entreguen, a los
municipios o autonomía, se hagan cargo del funcionamiento, algo que comporta
costes”, explicó. En la calidad del aire destacó que los valores medios
establecidos no superan los máximos para los contaminantes (dióxido de azufre,
dióxido de nitrógeno y partículas de pequeño diámetro,inferior a 10 micras), pero
hay grandes ciudades como Madrid, Bilbao, Valencia, Barcelona, que en momentos
puntuales, los rebasan, sobre todo en partículas, debido a la climatología. “La
calidad del aire hay que trabajar sobre sectores difusos y es más complicado,
ya que intervienen ayuntamientos, regulación de tráfico, sistemas de incentivos
de modernización al parque automovilístico.”, detalló.
La EBI
mantiene una pugna con las administraciones competentes, la delegación
territorial de la Junta de Castilla y León y la Confederación Hidrográfica del
Duero (dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio
Ambiente), que han negado que las aguas estén contaminadas. El ministro de
Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha asegurado
que la autonomía le ha informado de que los datos aportados sobre la
contaminación no son "rigurosamente científicos". Arias Cañete ha
insistido en que no se trata de una competencia suya por lo que, de momento, se
ha ceñido a la información que le trasladan las autoridades autonómicas.El
delegado territorial de la Junta de Castilla y León aseguró a comienzos de
noviembre que el agua del lago de Sanabria es "excelente", según los
últimos estudios realizados en septiembre. Según sus datos el agua se encuentra
en baremos de 8,7 metros de profundidad de transparecia.
Contando con
esa negativa, un grupo de científicos ha hecho este martes una conexión en
directo con el lago para que los periodistas pudieran comprobar la turbidez de
las aguas, en las que a partir de 4,5 metros apenas hay claridad, así como la
realidad de los vertidos. El grupo denunciante reconoce que en los últimos días
han comenzado las labores de reparación de algunas depuradoras de la zona, a
pesar de ello, siguen reclamando la paralización de los vertidos y la
canalización de los residuos.
En los
últimos cinco años ha proliferado una especie de alga, denominada diatomea, que
se alimenta de los sedimentos de los vertidos. “Coloniza el ambiente y ahoga al
resto de especies que habitan allí (…) esto altera todas las propiedades
fisicoquímicas del lago”, explicó Antonio Guillén, doctor en Biología y
coordinador de la investigación sobre el lago Sanabria. Ese proceso se
desencadena por la acumulación de nutrientes y hace que el agua sea “menos
transparente, más verdosa y genere malos olores”.
A partir de
2010 la presencia de esta alga se disparó. “Se puede decir que el lago se
estaba indigestando”, explicó Guillén. “La turbidez podría ir en aumento y la
gente no se va a poder bañar a medio plazo”, explicó Cirujano.
Esos vertidos
contaminantes podrían obligar a España a devolver entre 15 y 20 millones de
euros de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (Feder), según cálculos de
los denunciantes. El lago está protegido por la Red Natura 2000 y cuenta con la
distinción de zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Hábitat de
interés comunitario.
Los vertidos
están prohibidos y sancionados por la Unión Europea en
cualquier ecosistema de la Red Natura 2000, por lo que España podría verse
obligada a devolverlos por “uso inapropiado”, dijo el coordinador de la
Estación Biológica Internacional (EBI), David de Salvador. 6 millones de esa
cantidad se destinaron a la construcción de una depuradora y el resto a “otros
proyectos Life” de la Unión Europea.
La EBI tiene
previsto entregar hoy en el Ministerio
de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, una investigación en la que
se advierten “irregularidades y graves contradicciones entre las posiciones
adoptadas por la Junta y la Confederación Hidrográfica del Ebro” con respecto
al ecosistema. El 4 de noviembre ya registraron en la presidencia de la Junta
de Castilla y León tres estudios científicos (de abril, junio y septiembre de
2013) y un manifiesto de conclusiones firmado por más de 20 científicos y
expertos de España, Portugal, Francia y Suiza. En los últimos días se ha sumado
el director del Real Jardín Botánico, además de otros científicos como la
doctora Josefina Castellví, pionera en investigación microbiológica y directora
de la Estación Biológica Juan Carlos I en la Antártida durante años.
Fuente:
El País
El País
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