Este año han muerto más
de un millón en España por los fríos primaverales, lo que viene a acentuar su continuo declive en España. De seguir así, esta especie podría desaparecer de nuestra geografía en los próximos 50 años. Para intentar estudiar el problema, la SEO realiza un proyecto que ha permitido estudiar su recorrido y vida en Africa y España.
La golondrina
común podría perder su “apellido” (forma parte de su nombre como especie) si
continua la tendencia observada en los últimos censos realizados. En una década ha
perdido el 40% de su población en España y puede pasar de común, con más de
veinte millones de ejemplares, a en peligro de extinción, con escasos miles a
comienzos del siguiente siglo.
Justo ahora,
cuando han partido las últimas golondrinas camino de sus lugares de invernada
en África, la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) da a conocer un
método de seguimiento de la especie que intenta conocer mejor dónde, cuándo y
porqué descienden sus poblaciones. Entre la primavera y el verano, técnicos de
esta asociación recogieron de la espalda de dos ejemplares sendos
geolocalizadores que permiten conocer el periplo migratorio de estas aves. Es
la primera vez que se lleva a cabo una investigación con este tipo de
tecnología en España y una de las pocas en Europa.
Ruta
migratoria de la golondrina común.
Las lluvias
en el Sahel y la caza masiva de golondrinas en dormideros de países como
Nigeria, Camerún y República Centroafricana (en algunos caen más de un millón
de aves) no se ven del todo como factores con un impacto negativo importante.
En SEO/BirdLife apuntan más hacia las sequías en las áreas de invernada, la
dureza de las migraciones por el Sahara y el Sahel y “las prácticas agrícolas
poco compatibles con la conservación de la biodiversidad en toda Europa:
intensificación agraria y fuerte uso de pesticidas”.
Juan Carlos
del Moral, responsable del Área de Estudio y Seguimiento de Aves de
SEO/BirdLife, alerta también sobre las consecuencias del cambio climático. “Es
cierto que para pequeñas poblaciones les viene bien porque se quedan en el sur
de España, no migran y así evitan la dureza del viaje, pero el problema son los
períodos anormales de muchas lluvias, sequías, calor o frío”. Del Moral pone
como ejemplo la ola de frío y lluvias que se dio en España entrada la
primavera, que “provocó la muerte de más de un millón de golondrinas, porque
les cogió con poca grasa y fuerzas tras la migración y se encontraron muchas
muertas, algunas con pollos ya en los nidos”.
“El empleo de
pequeños geolocalizadores de menos de 0,6 gramos de peso dispuestos en la
espalda de estas pequeñas aves de menos de 20 gramos ha permitido conocer sus
movimientos, rutas migratorias y zonas de invernada, necesarios para conocer su
biología y facilitar su conservación”, recalcan desde SEO/BirdLife. Las
golondrinas se capturaron en el aparcamiento de coches de la Universidad
Autónoma de Madrid, entidad que apoya el estudio dentro del programa Migra http://www.migraciondeaves.org/ .
Jorge
Fernández, biólogo encargado de analizar la información recogida por los
geolocalizadores y miembro del grupo SEO-Monticola, resume el viaje de las
aves. “Abandonaron el campus universitario en la primera quincena de septiembre
de 2012 e invirtieron unos cuarenta días en su viaje migratorio hasta la área
de invernada, zonas de sabana y bosque tropical en Burkina Faso, Costa de Marfil,
Ghana y Malí; y a mediados de febrero iniciaron el viaje de vuelta hasta el
estrecho de Gibraltar, volviendo al campus universitario madrileño a mediados
de marzo”. Cada golondrina completó 3.500 km de distancia en cada viaje
migratorio.
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