Un
estudio revela las aplicaciones en ingeniería de la estructura
cuadrada de la cola de los hipocampos.
Vista
de cerca, la cola del caballito de mar se sale de la norma. Es
distinta de la mayoría de los peces, reptiles o mamíferos. En vez
de ser blanda y cilíndrica, es cuadrada y está dividida en
segmentos en forma de prisma rodeados de placas óseas. Este viernes,
la revista Science le dedica un artículo a la cola cuadrada del
caballito de mar. Resulta que la estructura del apéndice de estos
animales tiene posibles aplicaciones en robótica e ingeniería,
debido a que su forma única le confiere más resistencia a la
presión y el daño.
Los
científicos generaron un modelo digital de la cola cuadrada del
caballito y otro de una cilíndrica. La intención del equipo,
liderado por Michael M. Porter, profesor adjunto en la universidad de
Clemson (Carolina del Sur, EE UU), era la de someter dichos modelos a
distintas pruebas de resistencia y movilidad para entender el porqué
de la disposición de este órgano y las características mecánicas
derivadas de ella. El equipo dedujo de estos dos modelos que la
estructura cuadrangular no solo ofrece más resistencia a estas
fuerzas, según parece como mecanismo de protección de frágil
columna de estos peces, sino que además ofrece una mayor superficie
de contacto y, por tanto, resulta ser más útil como extremidad.
Además, tal y como se muestra en la animación que acompaña a esta
noticia, descubrieron que la mayor resistencia a la torsión y a la
deformación se debe a pequeñas estructuras, como juntas de
desplazamiento, que a modo de raíles conducen las fuerzas a las que
se somete la cola.
Foto
generado por ordenador de los dos modelos para la cola del caballito
de mar, uno que imita la estructura natural (cuadrangular) y otro que
recrea la estructura hipotética (cilíndrica). / MICHAEL M. PORTER,
CLEMSON UNIVERSITY (SCIENCE)
El
estudio hace hincapié en las posibles aplicaciones de esta
estructura en bioingeniería, entendida como la rama de la ingeniería
que se ocupa de la aplicación tecnológica de los sistemas
biológicos y organismos vivos, para la creación o modificación de
productos o procesos para un uso específico. Tal y como nos resume
Ramón Ceres Ruiz, profesor de investigación en el Instituto Cajal
del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y quien
forma parte del grupo de este organismo dedicado a la bioingeniería,
“la robótica trata fundamentalmente de realizar operaciones
esencialmente mecánicas inspirándose en modelos humanos o
animales”. En esta materia, se podría aplicar al desarrollo de
extremidades y, en general, de estructuras más ligeras y a la vez
más resistentes, concretamente podría suponer una excelente
aportación a la hora de desarrollar robots basados en silicona.
Este
joven y apasionante campo permite que los expertos en ciencias
naturales aporten ideas al desarrollo de nuevas tecnologías, así
como que se expliquen enigmas naturales mediante métodos y modelos
hasta ahora propios de los ingenieros. En este sentido, Ceres
recuerda otros avances tecnológicos importantes basados en animales
como “el sonar basado en la orientación y la navegación del
murciélago o los exoesqueletos que nos recuerdan funcionalmente a
las estructuras externas de algunos animales como los crustáceos”.
Más
información:
http://www.cajal.csic.es/index.html
http://www.cajal.csic.es/index.html
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