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domingo, 31 de julio de 2011

Salvar a las plantas del cambio climático

La base de datos mundial TRY, en la que colaboran científicos españoles, intenta sacar del anonimato a miles de plantas y sus funciones. Uno de los objetivos es saber cómo les afecta el cambio climático.


Es habitual escoger al oso polar, las aves y los anfibios para hablar de las consecuencias del cambio climático sobre los seres vivos. Las plantas, por el contrario, gozan de un inmerecido anonimato, tanto en relación a este impacto como a otros. Decenas de científicos de 105 instituciones de todo el mundo están embarcados en el proyecto TRY. A global database of plant traits, para ayudar a dar más relieve a la diversidad botánica, las amenazas que sufre y la adaptación a esos cambios. De entrada, con cerca de tres millones de registros, han conseguido crear la mayor base de datos mundial sobre plantas silvestres.

Producen oxígeno, fijan carbono, favorecen la circulación de nutrientes en el suelo, son esenciales en el ciclo del agua...
Hasta 1.480 variables distintas sirven para conocer el estado de la flora actual, desde la estructura de las hojas a la tolerancia a la sequía

Producen oxígeno, fijan carbono, favorecen la circulación de nutrientes en el suelo, son esenciales en el ciclo del agua... Son muchas funciones para no darles el protagonismo que merecen. De momento, los científicos han ordenado esos tres millones de datos de 69.000 especies de plantas silvestres representativas de las 300.000 descritas en los cinco continentes. Pero no se trata de un mero listado de especies. Hasta 1.480 variables distintas sirven para conocer el estado de la flora actual, desde la superficie, dureza y ángulo de las hojas a la tolerancia a la sequía, pasando por el contenido en carbono, nitrógeno y fósforo, el espesor de la corteza o la forma de crecimiento.

"Reunir un conjunto de datos muy importantes de la vegetación mundial para facilitar la elaboración de grandes estudios". Así resume Jordi Sardans, uno los científicos españoles que ha colaborado en la base de datos, la finalidad de la compilación. Junto a él han trabajado Josep Peñuelas, Marc Estiarte, Romà Ogaya y Joan Llusià, todos de la Unidad de Ecología Global del Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (CREAF) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Algunas de las aportaciones de este equipo ven de nuevo la luz gracias a su introducción en TRY. Así, incluyen los resultados del estudio Introducción a los efectos del cambio climático sobre los ecosistemas forestales mediterráneos: observación, experimentación, simulación y gestión, publicado este mismo año en la revista Forêt méditerranéenne. En él, los investigadores concluyen que "la primavera biológica llega antes y el invierno se retrasa, por lo que el período vegetativo ha aumentado de 4 a 5 días por década durante los últimos 40 años y la vegetación mediterránea parece avanzar hacia el norte y también en altitud en las montañas". Esto puede sonar exótico, pero no lo es tanto si se piensa que el calentamiento también provoca una disminución de la absorción de CO2 por las plantas y la menor retención de nutrientes, lo que "afecta a los múltiples servicios ambientales, productivos y sociales que aportan los ecosistemas terrestres".

Parece necesario que los científicos conozcan a fondo el comportamiento de las plantas en varias partes del mundo, "sólo así podrán predecir de forma precisa el futuro de nuestros ecosistemas en el escenario actual de cambio climático y ayudar a mitigar sus efectos", afirman desde el CREAF. Según los científicos implicados, los modelos matemáticos no disponían de suficientes datos sobre las características funcionales y estructurales de las plantas silvestres y por tanto no aseguraban resultados fiables en la predicción de los efectos del cambio climático a escala regional o global.

Jordi Sardans valora la importancia de intercambiar esa información: "Gracias a TRY nos pueden llegar entre 50.000 y 60.000 datos de todo el mundo que nos sirven para nuestras investigaciones". Sardans valora especialmente que con TRY, "cuando analizas por qué en especies similares la hoja de una retiene un gramo de carbono por centímetro cuadrado y día, y la de otra cinco, te das cuenta que las variables que antes se daban como determinantes pesan menos que otras, como son la deposición de sustancias derivadas de la actividad humana".
La base de datos se ha desarrollado bajo los auspicios de dos programas internacionales de relieve: el International Geosphere-Biosphere Programme y Diversitas.

El bosque donde el tiempo se paraliza

El monteverde o laurisilva es una reliquia del periodo terciario que sobrevive en las islas Canarias. En él se encuentra el mayor número de endemismos de la Unión Europea. 


Fantasmagorico y mágico, con árboles inmensos cubiertos de líquenes, musgos y helechos gigantes, así era el bosque subtropical que tapizaba toda la cuenca mediterránea y el norte de África en el terciario, hace 20 millones de años. Las glaciaciones del cuaternario y el avance del desierto lo acorralaron hasta casi su desaparición. Casi. Una pequeña parte se agazapó en algunos reductos de las islas de la Macaronesia, en los archipiélagos de Canarias, Azores, Madeira y Cabo Verde, al abrigo del océano, donde encontró las condiciones óptimas de humedad y unas temperaturas templadas.

La lluvia horizontal que provoca la bruma es vital para su existencia
Las islas Canarias tienen el privilegio de contar con la mayor masa de esta reliquia de tiempos pasados. Bautizado como monteverde o laurisilva (bosque de laureles), es el ecosistema de la Unión Europea con mayor número de endemismos, debido al aislamiento de las islas, que hace muy esporádico el cruce con elementos del continente.

Tras sortear los embates del clima, el monteverde se topó con el hombre. Un encuentro del que salió muy malparado. Desaparecieron miles de hectáreas arrasadas por la agricultura, la ganadería y el aprovechamiento maderero. En la actualidad apenas perviven unas 20.000 hectáreas, el 20% de las 90.000 que se calcula que existían cuando arribaron a sus costas los primeros pobladores. La peor época llegó tras la conquista castellana en el siglo XV. El destrozo en Gran Canaria fue tremendo. A mediados del siglo XX solo quedaba un 1% de las 18.000 hectáreas que conformaban su selva primitiva. En otras islas menos pobladas, como La Gomera o La Palma, el retroceso fue menor. La laurisilva goza ahora de un merecido respiro, propiciado por el abandono del campo y el desarrollo de políticas de repoblación.

"Pequeño, muy pequeño, así te sientes cuando entras en un bosque de laurisilva. Es impresionante", describe Manuel Nogales, investigador del Instituto de Producciones Naturales y de Agrobiología. Más que pequeño, diminuto, porque en las zonas de mayor humedad y umbría, donde más inciden las brumas, crecen árboles que pueden superar los 30 metros, rodeados de helechos gigantes. Es la laurisilva húmeda, donde abundan especies como el tilo, el barbusano y el viñátigo, que ocupa las llanuras o los fondos de barranco.

El paisaje forestal cambia según se pierde la humedad y a lo largo de crestas, más castigadas por el viento, se extienden misteriosos bosques. En la flora se dan fenómenos de gigantismo, una característica propia de la evolución de las islas, que provoca el desarrollo de especies de gran tamaño cuyos parientes continentales, de los que se originaron, tienen porte de hierbas. Los árboles, de unas 20 especies, se asemejan al laurel, de ahí el nombre de laurisilva, aunque no son todos de la misma familia.

La captación de agua en las zonas más húmedas del bosque es vital para su existencia. A la lluvia normal (la vertical) se une la precipitación horizontal, provocada por la niebla que traen los vientos alisios y que vista desde lejos se asemeja a un espectacular mar de nubes que cae por las laderas de la montaña. La bruma está formada por pequeñas gotas de agua que al unirse forman otras mayores que resbalan por las hojas y troncos.

Gracias al fenómeno de la lluvia horizontal se duplica y hasta triplica la captación de agua. Los pluviómetros instalados en la laurisilva de Tenerife confirmaron que si habitualmente se recogen entre 700 y 1.000 litros por metro cuadrado al año, con la precipitación horizontal se alcanza una media de entre 1.400 y 2.000 litros por metro cuadrado. "Puedes ir por una carretera seca y si te metes debajo de los árboles, empieza a llover", relata Ángel Fernández, director conservador del parque de Garajonay, situado en la parte alta de La Gomera. La web del parque recomienda al visitante pertrecharse con un impermeable.

Garajonay guarda la mejor representación de este ecosistema de todas las islas, no por su extensión de 4.602 hectáreas, sino por ser una superficie sin fragmentar y con árboles de grandes dimensiones. La Palma conserva 5.242 hectáreas (el Canal y Los Tilos); en Tenerife quedan dos reductos separados de 4.027 hectáreas (los parques naturales de Anaga y Teno); en Gran Canaria, una superficie testimonial de 100 hectáreas, que ha aumentado a 600 con las repoblaciones, y en El Hierro, 2.445 hectáreas, estas poco evolucionadas por ser una isla más joven.

"El bosque en Garajonay se conserva mejor por las características peculiares de la isla y su historia. La primera oleada de destrucción, con los cultivos de caña de azúcar, se paró en la zona más baja. Además, se cortaba un árbol de aquí y otro de allí, no todos a la vez como pasó en en la mayor parte de los bosques del archipiélago, por eso se conservan ejemplares muy viejos", explica Fernández. Hay viñátigos y tilos que están en torno a los 36 metros de altura, y el 86% de los árboles de laurisilva mayores de 60 centímetros de diámetro a la altura del pecho de toda la isla se encuentran en Garajonay. "¿Cuántos años tienen? Es complicado saberlo, porque los más longevos se pudren por dentro y se mantienen por fuera, lo que impide conocer su edad exacta, pero son centenarios", responde.

Entre la vegetación habitan sobre todo aves. Son vitales para la dispersión del bosque. El mirlo y las dos palomas endémicas de la laurisilva, la turqué y la rabiche, se tragan los frutos carnosos de los árboles y regurgitan las semillas intactas y limpias. Perfectas para germinar. Junto a los pájaros, multitud de insectos y muy pocos mamíferos, entre ellos cuatro especies de murciélagos. En Garajonay, la fauna invertebrada, no bien estudiada hasta el momento, supera las 1.000 especies, de las que 150 son endémicas del parque, una concentración por unidad de superficie que no se alcanza en ningún lugar de Europa.

A pesar de estar protegido, el bosque tiene problemas. Para el director del parque nacional, el principal peligro son los incendios, que se suelen originar fuera del parque, en zonas abandonadas cubiertas de matorrales muy inflamables, y la ganadería descontrolada. Especies introducidas como la rata gris y negra y el gato también afectan al monte al comerse semillas y huevos de aves.


Conservar y repoblar

El responsable de la Fundación Global Nature en Tenerife, Jose Luis Savoie, muestra con orgullo los ejemplares de sauces, viñátigos, madroños, entre otras especies propias de la laurisilva, con los que han repoblado 10 hectáreas. Han contado con la ayuda de la Sociedad Ornitológica y el Cabildo de Tenerife, y con la financiación de la Fundación Banco de Santander. "Lo más complicado es proyectar toda la operación, porque cada árbol tiene que ir en un lugar, dependiendo de la especie. Hay que tener en cuenta que hemos plantado 9.500 ejemplares", explica. Llegar a los emplazamientos tampoco fue sencillo: "Los técnicos han tenido que descolgarse con arneses por zonas más abruptas". Esta actuación es un ejemplo de la política actual de recuperación del monteverde que se sigue en las islas. En Tenerife, la idea es unir los dos únicos núcleos de laurisilva que existen, en Teno y Anaga. Pascual Gil, jefe de proyectos forestales del Cabildo de Tenerife, destaca entre las intervenciones que han llevado a cabo, la sustitución por especies autóctonas de 500 hectáreas de un pino americano que se plantaron en los años setenta.

En Gran Canaria, el monteverde que existe es testimonial. A las actividades ganaderas y agrícolas se ha sumado la apertura de pozos, siendo el territorio de España con mayor prospección por metro cuadrado. El nivel freático ha bajado de tal forma que las raíces de los tilos centenarios de Moya solo pueden captar agua cuando llueve. También desaparecieron las dos palomas endémicas, la rabiche y la turqué, que dispersan las semillas de estas formaciones boscosas. La consejera de Medio Ambiente, María del Mar Arévalo, explica que se están llevando a cabo labores de repoblación de especies y reintroducción de las palomas en tres espacios: Los Tilos de Moya (95 hectáreas), Azuaje (61), El Arezal (103) y el Barranco de Osorio (35,2).
La paciencia y perseverancia en las repoblaciones es fundamental. "La recuperación es lenta, tienen que pasar generaciones. Son procesos que no se van a poder completar en todos los sitios", advierte Ángel Fernández, director conservador del parque nacional de Garajonay, en La Gomera, lugar con el bosque mejor conservado.



Solo 1 de cada 10 animales amenazados está protegido

España necesitaría al menos 23 áreas protegidas más para vertebrados terrestres y plantas, y alrededor de 70 nuevas reservas (o microrreservas) para los invertebrados amenazados, según un informe del Observatorio de la Sostenibilidad.


"Tan solo el 9,4% de las especies animales con peor estado de conservación poseen al menos un plan de actuación en alguna parte de su área de distribución". El resto, es decir la gran mayoría, no tiene ninguno, según revela el informe Biodiversidad 2010. La mitad de actuaciones aprobadas (53,5%), así como la mitad de las especies para las que se ha adoptado algún programa (48,4%), son aves; casi una cuarta parte, mamíferos; y solo seis especies de invertebrados, otras seis de peces, cuatro de anfibios y tres de reptiles. "La peor situación se da en Región de Murcia, Comunidad de Madrid y Andalucía, que no han aprobado ningún plan de actuación [ni para animales ni para plantas] durante los 20 años transcurridos desde que apareció el primer Catálogo de Especies Amenazadas", destaca este octavo estudio temático del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), que denuncia asimismo el caso de Cantabria y Galicia, donde "solo se ha aprobado el plan de recuperación del oso pardo".

España necesitaría al menos 23 áreas protegidas más para vertebrados terrestres y plantas, y alrededor de 70 nuevas reservas (o microrreservas) para los invertebrados amenazados. Es una de las recetas de este trabajo cuyas conclusiones, a la vista de los datos recopilados, no pintan nada bien para la fauna ibérica en peligro de extinción. "Para un conjunto de 96 especies, los modelos estiman que perderán condiciones climáticas favorables en un 13% de la superficie que ocupan actualmente, lo que provocará, probablemente, extinciones locales". Las mayores pérdidas se producirán "en el Sistema Central, Sierra Morena y Picos de Europa, así como las serranías de Cádiz, y las áreas comprendidas entre los límites de las provincias del País Vasco y Navarra, sur de Galicia y norte de Zamora".

Este análisis pone de manifiesto que la presión sobre el territorio debe disminuir también en las zonas no protegidas actualmente pero que pueden ser los refugios de mañana, teniendo en cuenta el previsible desplazamiento hacia el norte, y hacia las partes altas de las montanas, de las distribuciones de los árboles, como consecuencia del cambio climático. "Sería aconsejable una política de adaptación mediante, por ejemplo, la creación de corredores ecológicos que permitan huir en la dirección necesaria; la protección de áreas que vayan a ser fundamentales para conservar algunas especies en el futuro; o, incluso, la facilitación de propagación de las que no puedan moverse al ritmo que impondrá el cambio climático", recomienda.

"La conectividad y coherencia ecológica del territorio son dos aspectos fundamentales para conservar la biodiversidad que no están siendo tenidos suficientemente en cuenta", se lamentan los investigadores, que alertan del "peligro de eliminar los corredores ecológicos, creando guetos de hábitats protegidos aislados entre sí". Para evitarlo, resulta fundamental "aplicar una política agraria y de desarrollo rural eficaz, que potencie la agricultura extensiva y que promueva el pago a los agricultores y ganaderos por los servicios ambientales que prestan al resto de la sociedad, al conservar la biodiversidad con sus actividades".

España, que se caracteriza dentro de Europa por su riqueza de vida, está perdiéndola a marchas forzadas y, al igual que el resto de países del continente, tampoco ha sido capaz de alcanzar el objetivo europeo 2010 para detener su hemorragia. Causada principalmente por el cambio climático, los incendios forestales, las especies exóticas invasoras, el uso insostenible de los recursos naturales, la contaminación y los cambios de uso del suelo, entre los que destacan "la artificialización del territorio, la agricultura intensiva y el desarrollo de infraestructuras de transporte". El 20% de las nuevas zonas artificiales se han construido sobre bosques, matorrales y pastizales, según enfatiza la investigación, que sentencia: "En los últimos 20 años, las zonas donde habitan especies en peligro de extinción han sufrido el mismo grado de modificación por la actividad humana que el resto del territorio. Albergar poblaciones de especies amenazadas no parece, pues, "ser un factor decisivo capaz de detener la presión transformadora de nuestros usos económicos".


La guerra de los envases

La propuesta de introducir en España un sistema de depósito para algunos envases ha desatado la guerra en el sector de los residuos. La asociación Retorna propone que los consumidores tengan que pagar un depósito de 25 céntimos de euro por cada botella o lata que compren de agua, cerveza y refrescos, de forma que se les reembolse solo si devuelven el envase vacío para su reciclaje. Sin embargo, las empresas que se ocupan hoy en día de la recogida selectiva de estos residuos, Ecoembes y Ecovidrio, rechazan por completo este cambio. Desde hace semanas se cruzan los comunicados en contra de uno y otro sistema. Y, mientras tanto, se ultima la tramitación de la nueva Ley de Residuos en el Congreso.

Este post ha sido elaborado a partir de la información y argumentos aportados por cada una de las partes en un debate organizado hoy por la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA), en el que también han participado el Ministerio de Medio Ambiente, y las organizaciones de consumidores Asgeco y UCE.

¿Impone la nueva Ley de residuos un nuevo sistema de depósito para envases en España?
La nueva Ley que está a punto de aprobarse en el Congreso no instaura ningún nuevo sistema de depósito para los envases en el país, pero sí abre la puerta a que se pueda introducir en el futuro si se demuestra antes que es viable económica y técnicamente, y mientras se garantice "el correcto funcionamiento del mercado interior"(1). “Sería impresentable que la Ley no hiciera mención a esta herramienta, pero eso no quiere decir que se vaya a aplicar”, comenta Jesús Huertas, director general de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente. Según asegura este representante del Ministerio, para que se instaurase luego un sistema de depósito para envases en España, se tendría que aprobar con un Real Decreto para el conjunto del país, lo que no significa que no se puedan llevar a cabo experiencias piloto en algunos lugares.

¿En qué consiste el sistema de depósito para envases propuesto por la asociación Retorna?
Como ya ocurre en otros países europeos o como se hacía en España en el pasado, Retorna propone que cada vez que se compra una botella o lata de agua, cerveza, zumo o refrescos se tenga que pagar un depósito de 25 céntimos de euro que solo se recupere al devolver el envase vacío. Los establecimientos comerciales que venden esos productos estarían obligados a recoger los envases, ya sea de forma manual o con máquinas. Y, en principio, las botellas y latas recuperadas irían destinadas al reciclaje. Aunque Retorna plantea que este sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) fuese avanzando hasta conseguir reutilizar algunos de los envases, en lugar de tener que destruirlos para fabricar nuevos. Todo esto funcionaría a la vez que se sigue con el sistema actual de contenedores de colores para los otros residuos (briks, latas de conserva…).
¿Quiénes son los que están en la asociación Retorna?
Retorna es una asociación en la que participan grupos ecologistas como Greenpeace, Ecologistas en Acción o Amigos de la Tierra, el sindicato CCOO, la organización de consumidores CECU o empresas del sector de residuos de Cataluña (listado completo). Además, esta asociación no oculta que cuenta con el respaldo económico de fabricantes de máquinas de recogida de envases, como el grupo noruego Tomra.
¿Qué cantidad de residuos de envases se tiran en España?
Según datos de Ecoembes, en España se producen al año unos 400 millones de toneladas de residuos de todo tipo (ganaderos, industriales…). Los residuos sólidos urbanos representan un 6% de esta cantidad, unos 24 millones de toneladas al año o, lo que es lo mismo, unos 556 kilos por habitante (más que la media europea). La mayor parte de la basura generada por las ciudades es materia orgánica, unos 19 millones de toneladas. El resto, unos 4,8 millones de toneladas, son envases. Y de estos, 3,6 millones son envases domésticos. Ecoembes calcula que la propuesta de depósito de Retorna afectaría a unas 320.000 toneladas de envases.

¿Qué tasa de reciclaje se consigue con el sistema actual de contenedores de colores?
Hoy en día, los fabricantes pagan para que empresas como Ecoembes o Ecovidrio se hagan cargo de la recuperación de los envases que ponen en el mercado a través de los contenedores de distinto color. Según Ecoembes, en 2010 se reciclaron el 66% de los envases de plástico, papel y cartón, metal o briks que pagan el punto verde para ser recuperados (un 80% del papel, un 80% de los briks, un 70% de los metales y un 45% de los plásticos). Por su parte, Ecovidrio explica que el pasado año se reciclaron el 63% de las botellas, botes y tarros.  Sin embargo, la asociación Retorna pone en duda estas cifras. “El sector de los residuos es uno de los menos transparentes; en la basura casi lo más limpio es la basura”, asegura Domingo Jiménez Beltrán, presidente de Retorna y ex director de la Agencia Europea de Medio Ambiente, que considera que no se llega a reciclar el 40% de los envases que incluiría el SDDR. Las organizaciones Ecoembes y Ecovidrio no sólo defienden sus datos (que aseguran que deben pasar una auditoría), sino que consideran que hay que felicitarse por el funcionamiento del actual sistema. En medio de esta guerra de cifras, los grupos ecologistas han presentado una queja a la Comisión Europea para que investigue las estadísticas de reciclaje de los envases en España.

¿De qué forma puede mejorar la recuperación de envases el sistema de depósito?
Retorna pone como ejemplo a Alemania para mostrar cómo el sistema de depósito permite recuperar más del 90% de los envases puestos en el mercado. La gente no está dispuesta a perder dinero. Además, insiste en que también mejora de forma sustancial la calidad de los materiales reciclados, al no juntarse con otros residuos en la basura y no haber impropios. La prueba de ello serían los precios a los que se pagan los materiales reciclados en Alemania. El plástico reciclado procedente del sistema de depósito se paga entre 700 euros la tonelada (plástico transparente) y 500 euros la tonelada (plástico de color). Mientras que el plástico del punto verde similar al español está a 300 euros la tonelada.

¿Cuánto costaría la implantación del sistema de depósito?
Melchor Ordóñez, director general de Ecoembes, reconoce que con un sistema de depósito se pueden alcanzar tasas de recuperación de envases cercanas al 90%. Sin embargo, considera que el coste de implantación de este sistema es demasiado alto para mejorar el reciclaje de solo una pequeña proporción del conjunto de los residuos. Ecoembes ha calculado que para poner en marcha el SDDR en España harían falta un mínimo de 20.000 máquinas de recogida y unas 70 plantas de conteo, lo que supondría una inversión inicial de 470 millones de euros. Además, estima que a esto habría que sumar unos 470 euros anuales de mantenimiento. En comparación, para gestionar todos los materiales de los contenedores amarillos y azules, Ecoembes necesita cada año unos 400 millones de euros. “El sistema de depósito tiene un coste muy elevado que tendrá que pagar el consumidor”, defiende Ordóñez, que cuenta también que el país con mayor tasa de reciclaje de Europa es Bélgica, que no tiene sistema de depósito. Por su parte, Retorna asegura no contar por ahora con ninguna evaluación económica.

¿Puedo perjudicar esto a los comerciantes?
Uno de los sectores que han criticado la propuesta del sistema de depósito ha sido el de los comerciantes, ya que serían ellos los que deberían ocuparse de recoger los envases, ya sea de forma manual o con máquinas. No obstante, la organización Retorna asegura que serían de los principales beneficiados, al ser compensados económicamente por el trabajo realizado. Este dinero saldría de tres fuentes distintas: lo que pagan los fabricantes de los envases (como ocurre ahora con el punto verde), lo que se consigue por la venta de los materiales reciclados y lo que queda de los depósitos no devueltos.
Para saber más:
¿Hay que importar el sistema de recogida de envases de Alemania?

(1) El texto actual del proyecto de Ley de Residuos (artículo 30.3) especifica que para la implantación de un sistema de depósito para residuos de envases “se valorará además con carácter previo el grado de cumplimiento de los objetivos mínimos de reutilización y reciclado establecidos por las directivas europeas para envases en general, y el cumplimiento de otras normas de la Unión Europea, así como las expectativas viables de superarlos, y se tendrán en cuenta con especial consideración las circunstancias y posibilidades reales de las pequeñas y medianas empresas”.

España firma hoy el Protocolo de Nagoya

El Protocolo de Nagoya (Convenio sobre la Diversidad Biológica) fue adoptado en la décima reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio en octubre de 2010 con el objetivo principal de asegurar la participación justa y equitativa en el reparto de beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos.

España firma hoy el Protocolo de Nagoya sobre acceso a los recursos genéticos y participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de su utilización al Convenio sobre la Diversidad Biológica, convirtiéndose en el 40 país firmante.

El Protocolo de Nagoya fue adoptado en la décima reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio en octubre de 2010 con el objetivo principal de asegurar la participación justa y equitativa en el reparto de beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos. Con la adopción de este instrumento se refuerza el tercer objetivo del Convenio que junto con la conservación y uso sostenible de la biodiversidad suponen el marco general de la política global en materia de biodiversidad.

El Protocolo prevé fortalecer el cumplimiento de las normas nacionales de acceso de los países proveedores de recursos genéticos mediante la exigencia de medidas de cumplimiento y seguimiento en los terceros países donde se utilicen dichos recursos genéticos. Ello permitirá lograr una mayor transparencia en los sectores que utilizan recursos genéticos y una más fluida y constante transferencia de beneficios a los países proveedores con la consecuente mejora de la conservación la biodiversidad.

Se trata, por tanto, de un instrumento de gran valor para conseguir ingresos e incentivos para la conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica, la reducción de la pobreza y la sostenibilidad ambiental, contribuyendo por consiguiente a alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

España, que por su riqueza en diversidad biológica, tiene el doble perfil de país proveedor y usuario de recursos genéticos, considera que la firma de este Acuerdo es un paso decidido y responsable en la lucha contra la pérdida de biodiversidad, que debe protegerse y valorarse tanto por cuestiones éticas como por su contribución al desarrollo sostenible y al bienestar humano.
Más información:
http://es.wikipedia.org/wiki/Convenio_sobre_la_Diversidad_Biol%C3%B3gica
Fuente oficial (varios idiomas):
http://www.cbd.int/

 

Estadísticas para combatir el fuego

Cada vez que se produce en España un siniestro con fuego en superficie forestal, sea considerado un conato o un incendio,  hay que cumplimentar un parte. Lo deben rellenar las Comunidades Autónomas, que lo remiten luego al Ministerio de Medio Ambiente. Se trata de una ficha estándar de dos hojas con más de cien campos que completar sobre las características del suceso y del área afectada. Desde 1968, se han escrito ya medio millón de estas fichas. Esto supone mucho bosque quemado, pero también una de las mejores bases de datos del mundo sobre incendios forestales, una información muy valiosa para luchar contra las llamas. Con las estadísticas también se puede combatir el fuego.


La base de datos EGIF (Estadística General de Incendios Forestales) se gestiona desde la calle Río Rosas de Madrid, en el Centro de Coordinación de la Información Nacional sobre Incendios Forestales. Las cifras pueden variar mucho de un año a otro, por ello lo más interesante consiste en buscar tendencias en periodos más largos. Según la información más actualizada, en la última década, de 2001 a 2010, se han producido de media unos 17.000 fuegos(1) al año en superficie forestal. Son menos que los registrados en la década anterior, pero siguen siendo demasiados siniestros. De media, equivalen a unos 40 fuegos que atender cada día. Aunque, como explica José Ramón González, director de Programas de este centro, desde donde se movilizan también los medios de extinción estatales para apagar fuegos en cualquier punto del país, “ha habido días con 400 incendios, la mayoría en la cornisa Cantábrica y Galicia”.

Una de las claves en la lucha contra las llamas es el tiempo de reacción de los servicios de extinción ante un aviso de fuego y en esto resultan muy útiles las estadísticas. Los datos acumulados permiten identificar las zonas con mayor frecuencia de incendios, una información de gran ayuda para distribuir sobre el mapa los medios antiincendios disponibles. ¿Cuál es la localización con más probabilidad de que surja un incendio en España? Las estadísticas señalan hacia un punto del país: Ourense.

Claro que la mejor forma de combatir el fuego es evitando que aparezca para no tener que apagarlo. Puede parecer extraño, pero no fue hasta 1993 que empezaron a investigarse de forma exhaustiva las causas de los incendios forestales. De hecho, por aquellos años, en el 70% de los partes de incendios lo que figuraba como origen del fuego era: desconocido. En la última década, este porcentaje se ha reducido a 15,38%. Ahora se tiene una idea mucho más clara de lo que hace prender el fuego, pudiéndose actuar directamente contra las causas (aunque en los partes de incendios las causas se clasifican todavía como ciertas o supuestas).

De forma global, de 2001 a 2010, el 4,3% de los incendios comenzaron por un rayo, el 2,1% fueron reproducciones de fuegos ya apagados, el 23,3% se debieron a negligencias y accidentes, y el 54,7% fueron intencionados. Resulta evidente que la principal explicación de que ardan los bosques en España son los seres humanos. Sin embargo, se puede profundizar mucho más en el análisis de las causas y existen algunas ideas erróneas que aclarar.

Una equivocación habitual es considerar que la mayoría de los incendios provocados son obra de pirómanos, cuando en la última década los fuegos atribuidos a este tipo de enfermos representan un 9,7% del total de los intencionados. Es cierto, que estos fuegos suelen ser especialmente dañinos para la superficie arbolada, pero incluso sigue pareciendo mucho el responsabilizar a esta patología de estar detrás de 4.381 conatos y 1.212 incendios en los últimos diez años.

En realidad, en las fichas de incendios entre 2001 y 2010 aparecen escritas una gran variedad de motivaciones para los fuegos intencionados, ya sea para obtener beneficios, para producir daños a terceros o para cosas realmente raras. La lista es larga: vandalismo (3,8%), caza (3,4%), venganzas (1,6%), daños a animales (1,2%), delincuentes para distraer a la Policía (0,18%), disputas de titularidad (0,17%), animadversión contra repoblaciones (0,17%), rechazo a espacios protegidos (0,15%), venganzas por multas (0,13%)… Se han contabilizado hasta 58 conatos y 4 incendios por ritos pseudoreligiosos (0,11%) o 48 conatos y 11 incendios por querer contemplar las labores de extinción (0,10%).

“El análisis de las causas rompe algunos mitos, como que el fuego se provoca fundamentalmente por maderistas o para cambiar el uso de suelo para urbanizar”, incide González. A tenor de lo escrito en los partes, bajar el precio de la madera estaría relacionado con el 0,09% de los incendios provocados en los últimos diez años y la modificación del uso del suelo para construir con el 0,60%.

Con todo, la suma de toda esta larga lista de motivaciones no supone más que un pequeño porcentaje de los incendios catalogados como intencionados. Las estadísticas apuntan mayoritariamente a otras dos causas principales: regeneración de pastos (25,69%) y quema agrícola ilegal (42,71%). Esto es así porque se considera también como intencionados las negligencias en las que no se han tomado las precauciones necesarias sabiendo el riesgo existente: “La gente no es consciente de que la maldad también puede estar en la negligencia”, recalca el director de Programas del centro, que explica que un incendio causado por una quema para la que se había pedido permiso en época de riesgo es incluida en la base de datos como negligencia, pero esto mismo se convierte en intencionado cuando se hizo sin avisar a las autoridades.

Estos son porcentajes para el conjunto del país, pero cada región suele tener unas peculiaridades muy marcadas. En el noroeste, el 70,26% de los incendios de la última década fueron catalogados como intencionados. En la zona mediterránea, fueron las negligencias, con un 46,14%, la causa principal de los fuegos. En las comunidades interiores, los rayos provocaron el 14,43% de la superficie quemada. Y en Canarias, la categoría que más aparece todavía en la causa de los incendios en la última década, con un 34,81%, sigue siendo “desconocida”.

(1) Estos 17.000 fuegos anuales son la suma de conatos (siniestros que afectan a menos de una hectárea) e incendios (que afectan a más de una hectárea). Esta distinción es muy muy relativa, pues hay hectáreas que tienen un valor mucho más alto que otras.

Voluntariados Ambientales Internacionales

Año tras año son más las personas que deciden pasar sus vacaciones en el extranjero. Para este tipo de personas, amante de la naturaleza va estos enlaces. Si tu filosofía es la de colaborar con algún espacio natural y conocer nuevos rincones, os dejo aquí los diferentes Campos y Grupos de Voluntariado Ambiental en el Extranjero.

Podreis encontrar en este enlace ciertas organizaciones, especialmente en Reino Unido, Irlanda, España y Grecia (en Europa), Perú, Ecuador y Chile (en Sudamérica), India y Nepal (en Asia) y Canadá (en Norteamérica) encaminadas a este tipo de actividades.
Más información en:
http://www.globalifexperience.com/web/es/actividades/voluntariado/voluntariado.htm
 Versión en inglés:
http://www.globalifexperience.com/web/uk/index.htm


Voluntariado Ambiental en Andalucía 2011

A pesar de la fecha en la que estamos, os dejo el enlace de los diversos voluntariados ambientales que aún quedan por ejecutar en la comunidad Andaluza y por tanto, aún podeis optar a su inscripción.
Más información en:

http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/site/web/menuitem.a5664a214f73c3df81d8899661525ea0/?vgnextoid=1884bb766fd30310VgnVCM1000001325e50aRCRD&vgnextchannel=b46e7635036a0110VgnVCM1000000624e50aRCRD&lr=lang_es

sábado, 30 de julio de 2011

Un nuevo modelo predice cómo los fármacos afectan al medio ambiente

La mayoría de los productos químicos sintéticos incorporados en bienes de consumo terminan su ciclo vital inalterados en el entorno. Ante los riesgos que presentan para el medio ambiente y la salud humana, investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han desarrollado una nueva herramienta para predecir, de forma eficaz, el destino de fármacos actuales y futuros.

Miles de productos farmacéuticos, cada vez más diversos y consumidos, son “parcialmente” metabolizados por el organismo humano. Aquellos fármacos que quedan inalterados llegan al agua residual tratada en depuradoras, que no siempre están diseñadas para eliminar compuestos orgánicos sintéticos.
“A veces incluso determinados sustratos pueden revertir al fármaco original dentro de la misma planta de tratamiento e incrementar la concentración de fármaco en la salida del efluente de la planta, como es el caso de la carbamazepina (fármaco antiepiléptico psicótropo)”, explica Xavier Domenech, coautor e investigador en el departamento de Química de la UAB.

El resultado es que llega al medio ambiente una gran diversidad de fármacos que pueden ser nocivos para la vida silvestre. “La preocupación aumenta cuando hablamos de la potabilización del agua para consumo humano, donde cada vez más se detecta la presencia de un cóctel de fármacos a baja concentración (nanogramos por litro), cuyo efecto a la larga se desconoce”, manifiesta Domenech. 

Determinar el efecto del fármaco
El estudio, que se ha publicado en Water Air and Soil Pollution, ha permitido desarrollar una nueva herramienta que determina la posibilidad de que los fármacos acaben en el medio ambiente y a qué concentración, cumpliendo así la obligación de la Agencia Europea de Medicamentos (EMEA, por sus siglas en inglés) de evaluar el riesgo ambiental de los nuevos fármacos que se quieran comercializar.
La nueva herramienta, desarrollada por Marc Ribera, autor principal de la investigación, utiliza unas pocas propiedades fisicoquímicas y del ritmo de consumo de fármacos en España entre 1999 y 2006 para determinar su comportamiento ambiental. Los fármacos analizados y que son los más consumidos en España (más de 1 mg de sustancia activa por persona y año) han sido, entre muchos otros, el ibuprofeno, el diazepam, el naproxeno, el omeprazol, el paracetamol.

Para validar el modelo, el equipo de investigadores comparó los resultados de la predicción del modelo en agua, con valores medidos por otros autores en ríos y lagos. “El modelo aplicado predice bien los datos experimentales y puede erigirse en un buen modelo de predicción aplicable a la evaluación de riesgos ambientales de fármacos actuales y de aquellos que pretendan ser comercializados”, concluye Domenech.

Referencia bibliográfica:
Domenech, Xavier; Ribera, Marc; Peral, José. “Assessment of Pharmaceuticals Fate in a Model Environment” Water Air and Soil Pollution 218(1-4): 413-422, junio de 2011.  
http://www.springer.com/environment/journal/11270


Año Internacional de los Bosques: Sabinares albares, testigos del pasado

Enraizados en la cultura rural tradicional española, las sabinas albares (Juniperus thurifera) han resistido el paso del tiempo y los cambios térmicos para ocupar en la actualidad amplias superficies de España. A pesar de haber sufrido los cambios estructurales del campo español a finales de los ’50 y la dificultad para regenerarse, los sabinares albares, relictos testimoniales de los bosques esteparios pre-glaciares, logran sobrevivir.

La gran extensión de estos bosques centenarios en territorio español es la principal característica de los sabinares albares, que se encuentran sobre todo en las zonas más frías entre los 700 y 1.800 metros de altitud, aunque algunas poblaciones pueden localizarse a partir de los 140 metros.

“Las sabinas aprovechan las condiciones de intenso frío creadas por las frecuentes inversiones térmicas que se producen en los sectores sobre los que se instalan, y que les permite competir ventajosamente con especies más sensibles al frío como el pino carrasco (Pinus halepensis) y la sabina mora (Juniperus phoenicia subsp. phoenicia)”, señala a SINC Juan Carlos Guerra Velasco, investigador en el departamento de Geografía de la Universidad de Valladolid.

Pero su capacidad de sobrevivir a las bajas temperaturas invernales y a las sequías estivales actuales se debe a su herencia esteparia. “Muchas de estas masas forestales tienen un carácter relicto, y son indicadores de condiciones fitoclimáticas pasadas en las que esta conífera competiría favorablemente frente a otros taxones”, asegura Guerra Velasco.

Los bosques de sabina representan el testimonio de un paisaje vegetal de hace miles de años. Por esta razón, sus principales masas arbóreas se encuentran en zonas con un duro clima continental.

Sin ganado no hay sabinas
Sin embargo, a pesar de que ahora su estado de conservación es bueno, “hay excepciones”, recalca el científico. “La disminución de la carga ganadera que soportaban ha provocado que las masas de sabina albar se hayan reconstruido estructuralmente”, manifiesta.

La razón es simple. Las explotaciones de ganado doméstico en el pasado impedían la entrada a los sabinares de especies más competitivas y más “palatables”. Por ello, “hasta hace unos cincuenta años, los sabinares se habían mantenido en masas monoespecíficas controlados por la ganadería extensiva y limitados a áreas de baja productividad o a los espacios entre cultivos”, señala a SINC Lucía De Soto, investigadora postdoctoral en el Centro de Ecología Funcional de la Universidad de Coimbra (Portugal).

Pero en la actualidad, como el pastoreo tradicional se ha reducido de forma considerable, otras especies arbóreas han ido colonizando muchos de los sabinares, que “ahora ya no se componen únicamente de sabina albar, sino de varias especies arbóreas”, apunta a SINC Daniel Montesinos, también investigador postdoctoral en el Centro de Ecología Funcional de la Universidad de Coimbra (Portugal).

A esto se añade la existencia de muchos “bosques nuevos” que evolucionan hacia condiciones de madurez y estabilidad, aunque su germinación y lento crecimiento a veces lo impidan. El abandono de muchos pequeños cultivos ha permitido así “el establecimiento y expansión de la sabina en estos antiguos campos”, indica Montesinos.

Con este cambio en el uso del suelo, los científicos subrayan que los sabinares podrían incrementar su superficie pero en coexistencia con otras especies. “Mantenerlos como los conocemos en la actualidad supondría la recuperación de la ganadería extensiva”, explica el investigador postdoctoral.

La reconquista de la sabina
Antiguamente, la madera de la sabina albar era utilizada para la construcción y para alimentar al ganado, sobre todo en las zonas demográficamente más deprimidas, como Albacete, Guadalajara, cuenca, Teruel, Soria, Segovia y Burgos. Pero este uso de la madera “provocó que se perdieran las sabinas de mayor tamaño y edad, y que la superficie y densidad de los sabinares resultara drásticamente reducida”, certifica De Soto.

Estas pérdidas se suman a la muy baja tasa de germinación y a un crecimiento muy lento, por lo que “no es una especie propicia para realizar grandes proyectos de reforestación”, recalca la investigadora. Esta es una de las razones por las que, en ocasiones, requieren de planes de gestión para su conservación y la regeneración de masas de sabinar envejecidas y defoliadas.

Además, el abandono de usos tradicionales y el aumento de las temperaturas ha facilitado también el crecimiento de especies especies de sotobosque competidoras que están afectando seriamente la supervivencia de algunos sabinares. Pero la remoción de este sotobosque por medios mecánicos (desbroce) está mejorando las sabinas tratadas, que están rápidamente recuperándose y están brotando nuevas hojas a gran velocidad”, anuncia Montesinos.

Para que los sabinares albares mantengan su estatus de relictos del pasado en el futuro sus usos tienen que cambiar. Ahora se extraen muy pocos pies de sabina albar para leña y construcción tradicional, y entre sus aprovechamientos forestales actuales destacan su uso cinegético, recreativo y educativo. Sin olvidar su principal función: albergar una gran diversidad de flora y fauna a través del tiempo.

PERFÍL DE LA SABINA ALBAR

-       Características: La sabina albar es una conífera longeva. Los individuos adultos presentan una altura de entre cuatro y trece metros y prolongan su vida durante más de 300 años, aunque pueden vivir más de 500 años.

-       Reproducción: Es una especie dioica, con pies masculinos y femeninos independientes, los primeros sólo producen polen, y las segundas, unas estructuras parecidas a un fruto que en el caso de las sabinas se llaman gálbulos. Además es una especie vecera: se reproduce poco o nada durante varios años para luego concentrar la reproducción en un solo año, de forma sincrónica entre todos los individuos de la población, produciendo miles de frutos por árbol de una sola vez.

-       Distribución: Los bosques se extienden desde los Alpes italianos y franceses hasta el centro de Argelia, con una pequeña representación en la isla de Córcega (Francia). Pero el grueso de las masas de sabina se hallan situadas en la mitad este de España y en el norte de Marruecos.

-       Hábitat: Juniperus thurifera ocupa, por regla general, espacios de montaña, en un rango altitudinal que abarca desde los excepcionales 140 metros de algunas localidades españolas a los 3.400 metros del Alto Atlas marroquí.

-       Tipos: Desde una perspectiva fitoecológica es posible distinguir cuatro tipos básicos de sabinares: sabinares de páramos, sabinares termófilos, sabinares acidófilos y sabinares cantábricos.

-       Amenazas: La ausencia de ganadería extensiva, la presencia de especies competidoras, la difícil regeneración natural y sexual, y su lento crecimiento destacan entre sus principales amenazas.

Autores:
Adeline Marcos y Daniel Montesinos

El hielo de la Antártida es más inestable de lo que se pensaba

Hace unos 125.000 años, durante el último periodo interglaciar, el nivel del mar era al menos cuatro metros más elevado que en la actualidad, pero en ese periodo las temperaturas eran similares a las que se prevén a finales de siglo XXI. Un equipo estadounidense ha analizado el estado y el comportamiento de los casquetes de hielo de ambos polos en el pasado y concluye que el hielo de Groenlandia es más estable de lo que se pensaba y el de la Antártida más inestable.

Un equipo de científicos estadounidenses revelan en la revista Science los patrones del derretimiento del hielo durante el último período interglaciar: el hielo de Groenlandia podría haber sido más estable de lo que muchos pensaban, y el hielo de la Antártida más inestable.

“La región occidental de la Antártida probablemente fue mucho menor de lo que es ahora, con una mayor subida del nivel del mar de lo que pensaban los científicos. Si la región occidental de la Antártida se desmoronó, significa que es más inestable de lo que esperábamos”, afirma Anders Carlson, coautor e investigador en Ciencias Geológicas de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE UU).

Pero, ¿qué proporción de hielo se fundirá y contribuirá a subir el nivel del mar a finales de siglo? Para los científicos siguen existiendo grandes variaciones, de unos centímetros a varios metros.

“El casquete polar de Groenlandia se funde cada vez más rápido”, explica Carlson. “Está claro que necesitamos desentrañar cómo funcionaron las cosas anteriormente y cuál ha sido la respuesta del hielo en épocas pasadas ante veranos más calurosos que el actual”, añade.

¿Cómo se comportaron los casquetes?

Dónde se funde el hielo, y a qué velocidad es la mayor fuente de incertidumbre para predecir las subidas del nivel del mar causadas por el cambio climático. La razón: existen variables desconocidas y restricciones físicas para calcular las masas de hielo.

El equipo de investigación intentó encontrar una forma de delimitar dónde permaneció inalterado el hielo en Groenlandia durante el último período interglacial para definir con más precisión el comportamiento de los casquetes de hielo y mejorar las previsiones para el futuro.

Los investigadores analizaron muestras del fondo oceánico extraídas de una región situada al sur del extremo meridional de Groenlandia, que recibe sedimentos arrastrados por las corrientes de aguas formadas por la fusión del casquete polar.

Utilizaron distintos patrones de isótopos radiogénicos para identificar los orígenes de los sedimentos, cuyos patrones muestran qué terrenos seguían bajo el hielo en aquellos momentos.

“Si la tierra se deshiela, se pierden esos sedimentos”, señala Carlson. Sin embargo, todos los terrenos seguían aportando sedimentos durante el último período interglaciar, por lo que aún tenían encima una cubierta de hielo.

“La extensión del casquete de hielo se redujo hasta ocupar una extensión menor a la actual, y el nivel del mar subió con toda seguridad, y siguió fundiéndose durante el período más caluroso”, apunta el científico. Pero el análisis de los sedimentos indica que “el casquete de hielo parece ser más estable que algunos de los parámetros de retroceso más elevados presentados por los expertos”.

El equipo evaluó además varios modelos ya elaborados de la fusión del casquete de hielo de Groenlandia durante el último período interglaciar. Los modelos con los nuevos hallazgos indican que el derretimiento del hielo de Groenlandia causó un aumento del nivel del mar de entre 1,6 y 2,2 metros. El resto se debe al deshielo del casquete polar antártico.
Fuente:
http://www.agenciasinc.es/


El Gran Muro Verde

Planean atravesar África con un cinturón vegetal para combatir la desertificación y la pobreza.

Un muro de árboles y vegetación de 15 kilómetros de ancho y 7.775 kilómetros de largo, que atraviese once países africanos al sur del Sahara para luchar contra la desertificación y la pobreza. Propuesto en los años ochenta, el Gran Muro Verde cuenta ahora con el respaldo económico de varias organizaciones internacionales para convertirse en una realidad. No sería el primer proyecto de estas características en el mundo, como lo demuestran diversos cinturones verdes en China, Canadá o Estados Unidos.

El gran muro verde africano

La desertificación y la sequía ganan la batalla en África. El Sahel, una zona de transición entre el Sahara y las sabanas, ve cómo la arena invade su territorio a una velocidad de hasta un kilómetro al mes. El lago Chad, ubicado en la frontera de esta franja natural, ha pasado de cubrir más de 15.000 km2 en los años sesenta a no superar los 325 km2 en la actualidad.

Pero la guerra no está perdida. Así lo piensan al menos los impulsores del Gran Muro Verde (GMV). La idea, propuesta en los años ochenta por Thomas Sankara, en aquella época jefe de estado de Burkina Faso, consistiría en levantar un muro de árboles y arbustos de 15 kilómetros de ancho, que atravesaría de punta a punta el continente. En concreto once países, desde Senegal, en el oeste, hasta Djibouti, en el "cuerno de África", y en medio, Mauritania, Mali, Burkina Faso, Nigeria, Níger, Chad, Sudán, Eritrea y Etiopía. Una distancia continua de 7.775 kilómetros que se desviaría en caso de tener que hacer frente a obstáculos como ríos, lugares rocosos y montañas o para unir las zonas habitadas.

El muro verde proporcionaría una nueva fuente de alimentos y de energía

La falta de apoyos, sobre todo económicos, dejó aparcado el proyecto hasta que hace seis años la Unión Africana empezó a buscar adhesiones para su puesta en marcha. El trabajo parece dar sus frutos: la organización internacional Global Environment Facility (GEF) ha confirmado que destinará hasta 115 millones de dólares (unos 81 millones de euros) para apoyar su construcción, que también cuenta con el respaldo institucional de la Convención de Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (UNCCD). Otras organizaciones de ayuda al desarrollo también han prometido inversiones de hasta tres mil millones de dólares. El Gobierno de Senegal es uno de sus más firmes valedores y ha creado una página web sobre el proyecto.

Sus defensores destacan varias ventajas. Además de detener la desertificación y la erosión, el muro protegería los recursos hidrológicos de la zona y contribuiría a restaurar o crear hábitats de apoyo a la biodiversidad. Gracias a esta gigantesca masa forestal, se contaría con una nueva fuente de alimentos y de energía, proveniente de la biomasa, y constituiría un aliado contra el cambio climático.
Desde la UNCCD creen que los beneficios del GMV irían mucho más allá de los ecológicos. Al recuperar la zona, se ayudaría a luchar contra la pobreza, se detendría la emigración y se atraerían otros programas económicos y medioambientales. La cooperación internacional y entre los países involucrados mejoraría la inestabilidad política de la zona, un factor clave en la actualidad tras las revueltas en los países árabes.

La gran muralla china verde y otros proyectos similares


África no sería el primero en poner en marcha un proyecto de estas características. Parece lógico que China, el país de la famosa gran muralla, se les adelantara. En 1978, el gigante asiático comenzó el levantamiento de una "fortificación verde" en el norte del país, paralela a la milenaria construcción, con el objetivo de alcanzar n 2050 una longitud de 4.500 kilómetros, desde Xinjiang, en el oeste, hasta Heilongjiang, en el este.
La idea sería la misma: detener la pérdida de vegetación, en este caso por el avance del desierto del Gobi. Se calcula que cada año las tormentas de polvo alcanzan hasta 2.000 km2 de tierra vegetal y su severidad va en aumento. Sus efectos sobre la biodiversidad, la producción agrícola o los problemas respiratorios no solo afectan a China, sino a otros países cercanos, como Japón y las dos Coreas.

En 1978, China comenzó una "fortificación verde" paralela a la milenaria Gran Muralla
La muralla verde china se compone de un cinturón de árboles y de vegetación resistente para estabilizar las dunas. Junto con estos elementos, una capa de grava lucha también contra la arena y para estimular la fertilidad del suelo. La siembra de las plantas se realiza con el lanzamiento de semillas desde el aire y de forma manual.

Los chinos no han sido los primeros en proponer un cinturón verde. En 1934 se puso en marcha en Estados Unidos el proyecto Shelterbelt WPA. Su objetivo era hacer frente a las tormentas de polvo que acababan con las cosechas de las denominadas Grandes Llanuras, una franja en la parte central del país que abarca desde Canadá a México. Ocho años más tarde, sus responsables habían plantado 220 millones de árboles.
En Canadá, el Gobierno creó el Departamento de Rehabilitación Agrícola para mitigar la erosión del suelo y la degradación de la tierra sufrida desde los años treinta. En 2008 se habían plantado unos 600 millones de árboles. Y en la antigua Unión Soviética se instauraba en 1948 el denominado "Gran Plan para la Transformación de la Naturaleza", con el objetivo de crear una enorme red de muros verdes a lo largo de las estepas del sur del país.

Desafíos de las murallas verdes


Diversos expertos han recordado los elementos de los que depende el éxito o fracaso de estos proyectos de muros verdes. Las especies deben aguantar las condiciones de sequía y adaptarse al lugar sin consumir grandes recursos. Diversos estudios han mostrado que en la región china de Minquin los árboles del gran muro verde habían reducido varios metros los niveles de agua subterránea. En el caso del proyecto africano se ha pensado en 37 posibles especies.

La reforestación se debe hacer no solo en cantidad, sino también en calidad. En 2008, las tormentas invernales destruyeron el 10% de los nuevos árboles plantados en el muro verde chino. La plantación de árboles de crecimiento rápido reduce la diversidad biológica de las áreas forestales, al crearse áreas que no son adecuadas para las plantas y animales de esos hábitats. El proyecto debe contar con la participación de los habitantes de la zona y, en especial, de los agricultores. De lo contrario, el sistema tendrá grandes dificultades para continuar a largo plazo.
Por su parte, algunos expertos consideran que estos muros son un parche que no ataca el fondo del problema, es decir, la sobreexplotación de los recursos naturales o el desarrollo insostenible.
Más información (francés e inglés):
http://www.grandemurailleverte.org/ 
http://www.durable.com/actualite/article_le-pari-fou-de-la-grande-muraille-verte-du-sahara_1242


El fracking amenaza el medio ambiente

Esta técnica para extraer gas natural daña el medio ambiente y la salud, según diversos estudios

El consumo de gas natural es cada vez mayor, y las empresas del sector buscan todos los yacimientos posibles. Una de las técnicas para acceder a las reservas menos accesibles es el "fracking". Este sistema, muy utilizado en Estados Unidos (EE.UU.), ha sido cuestionado por diversos estudios, que resaltan su impacto en el medio ambiente y la salud. Un motivo más para concienciarse de que la energía no se debe malgastar y de la necesidad de otras fuentes más ecológicas.

Qué es el fracking

El consumo de gas natural ha crecido en los últimos años. En España es ya la principal fuente de generación eléctrica y se prevé una tendencia al alza para los próximos años. El cada vez mayor gasto de energía y la necesidad de no depender tanto del petróleo juegan a su favor. Además, sus defensores señalan que contamina menos que el petróleo (emite menos gases de efecto invernadero o GEI).
Por ello, las empresas del sector buscan todos los yacimientos posibles, incluidos los no convencionales. Una de las técnicas para acceder a estas reservas menos accesibles es el denominado "fracking" o "hydro-fracking" (fractura hidráulica). EE.UU., con extracciones en 32 estados, es el principal país del mundo en utilizarlo (su producción no convencional supone casi la mitad del total).
El sistema utiliza varios miles de litros de agua mezclados con productos químicos y arena, que se inyectan a alta presión en los yacimientos encerrados en roca densa del subsuelo profundo para liberar el gas natural.

Cómo daña el medio ambiente y la salud

Diversos estudios científicos y grupos ambientalistas destacan las consecuencias negativas del fracking sobre la salud y el medio ambiente.
Veintinueve de los productos químicos son probados o posibles carcinógenos humanos
Un artículo de la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) ofrece pruebas de contaminación del agua potable por metano asociadas a este tipo de extracción. Sus autores, un equipo de la Universidad de Duke, analizaron 68 pozos de agua subterránea en cinco condados de Pensilvania y Nueva York. Por su parte, un estudio de la Universidad de Cornell apunta que el proceso global del fracking produce más GEI de lo que se esperaba (el metano es más potente que el CO2).
El Comité de la Cámara de Servicios Financieros de EE.UU. (una institución de la Cámara de Representantes) indica en un informe que se utilizan sustancias muy tóxicas como el benceno y el plomo. Veintinueve de los productos químicos son probados o posibles carcinógenos humanos, según la Ley de Agua Potable, y se encuentran en la lista de contaminantes peligrosos de la Ley de Aire Limpio, indica el informe.

La cuestión ha suscitado incluso un documental, Gasland (ver video), que muestra las reacciones de ciudadanos afectados frente a las posibles consecuencias.
La industria del sector niega que sea una amenaza para el medio ambiente o la salud pública y solicita más estudios. La Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA), dependiente del Gobierno estadounidense, trabaja en un informe cuyos resultados no se esperan hasta 2012. El estado de Nueva York ha bloqueado la controvertida práctica en espera de sus conclusiones.

¿Es necesario el fracking?

Además de las posibles consecuencias negativas sobre el entorno o la salud, se cuestiona la necesidad en si misma de esta práctica. Matthew McDermott, de Treehugger, afirma que el fracking no va a hacer a EE.UU. más independiente energéticamente, al menos no en un grado significativo, y no sin grandes cambios de infraestructura. McDermott destaca un reciente estudio del Instituto Post Carbon que arroja serias dudas sobre la capacidad de gas natural de sustituir al petróleo como combustible de transporte, una de las posibles vías de desarrollo que defienden sus impulsores para las próximas décadas.
Greenpeace duda de que en España se pueda extraer gas natural con el fracking. Aunque tuviera éxito, solo lograría prolongar la dependencia de los combustibles fósiles y frenar a las energías renovables, "recursos que tenemos en abundancia", aseguran desde esta ONG ecologista.


jueves, 28 de julio de 2011

Casi 30% de España es hábitat protegido por la Unión Europea

España ocupa las primeras posiciones de la Unión Europea en número de hábitats protegidos, con casi 150.000 héctareas de zonas de especial importancia comunitaria, lo que representa el 27,2% de todo su territorio nacional.
Durante la última década, la Unión Europea ha hecho grandes esfuerzos para seleccionar las áreas más apropiadas para la conservación de los tipos de hábitats y especies más raras o amenazadas protegidas por las directivas (leyes europeas) de Aves y de Hábitats.

Resultado de ello, unos 26.000 lugares han sido incluidos en la denominada Red Natura 2000, que es considerada como la mayor red coordinada de áreas protegidas del mundo.
Los países con más territorio protegido

Junto a España, los países con un mayor porcentaje de superficie nacional bajo el paraguas de Natura 2000 son Eslovenia (35,5%); Bulgaria (33,9%) y Eslovaquia (29%).

Sin embargo, en todos estos casos hay que tener presente que sus respectivos territorios son muy inferiores en relación al de España y, en consecuencia, el esfuerzo de conservación no es comparable.

La designación de estas zonas, que pueden ser de Protección Especial para las Aves (ZEPAs) o Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), exige la adopción de medidas para garantizar el mantenimiento o reestablecimiento de su adecuado estado de conservación.

Los datos del último barómetro Natura 2000 de la Unión Europea, que se basa en la información transmitida por los Estados miembro, apunta a que la superficie total protegida en la Red alcanza casi el millón de hectáreas (949.910).

De ellas, 715.150 son terrestres y 198.760 marinas, y en conjunto suman el 17,5% del territorio de los 27 países miembro.
Entornos poco protegidos

Como la fase de puesta en marcha de Natura 2000 está ya muy avanzada, la atención se va desviando cada vez más hacia la gestión y restauración eficaz de los lugares dentro de la Red.

La obligación de aplicar las medidas de conservación necesarias está formalmente vinculada a la designación de lugares como Zonas de Especial Conservación (ZECs) dentro de los seis años que siguen a la adopción de los Lugares de Importancia Comunitaria (LICs).

La mayoría de los LIC fueron aprobados a finales de 2007, por lo que el plazo para la selección de las Zonas de Especial Conservación es cada vez más apremiante, y en algunos casos ya ha expirado.

Ello implicará la adopción de medidas positivas de conservación, no sólo, como hasta la fecha, medidas de salvaguarda con objeto de prevenir el deterioro de estos hábitats, así como el procedimiento de autorización de nuevos planes o proyectos que pudieran tener un efecto apreciable en los mismos.

Esto último es especialmente importante dado que hoy muy pocas especies o tipos de hábitats están en un estado de conservación favorable, de acuerdo con el estado de salud publicado por la Unión Europea en 2009.

Un caramelo esculpido en el corazón del Pirineo

Comienza el verano en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Con las primeras luces del día, la figura dorada de un quebrantahuesos otea las cumbres de las Tres Sorores, pico emblemático del parque. Mientras, mil metros por debajo, un grupo de sarrios se despereza entre manchas de pino negro y mantos de vistoso rododendro. En el fondo del valle, la corriente del río Arazas se desploma en la mítica cascada de la Cola de Caballo, que aguarda la llegada de montañeros avezados y excursionistas.

Circo de Soaso y las Tres Sorores: Cilindro, Monte Perdido y Soum de Ramond o Pico Añisclo
(de izquierda a derecha) desde la Faja de Pelay. 

Escalada al centenario

Las expediciones del botánico y geólogo francés Ramond de Carbonnières, que holló por primera vez la cima de Monte Perdido en 1802; el trabajo divulgador del fotógrafo y escritor Lucien Briet y las andanzas de otros pirineístas contribuyeron a que en 1918 el valle de Ordesa fuera declarado Parque Nacional. Es el segundo más longevo de España, tras Picos de Europa, y fue ampliado en 1982 hasta las 15.608 hectáreas que hoy conforman el macizo de Monte Perdido y los valles de Ordesa, Pineta, Escuaín y Añisclo.
Últimas luces sobre la cima de Monte Perdido (3.348 metros) desde el refugio de Góriz.
Punta y paredes de Mondarruego desde Torla.

Conocer y sentir la montaña

La mejor toma de contacto con el Parque oscense tiene lugar en el centro de visitantes de Torla. El reto, la sabiduría y la fuerza que representan las montañas se dejan sentir en la combinación de paneles informativos, maquetas y piezas audiovisuales que están a disposición del público. Este punto de información y exposición permanente recoge aspectos de la flora, fauna, geología, etnografía y hasta la mandíbula fósil de un cocodrilo que habitó en Ordesa hace 57 millones de años.
El Gallinero sobre un tupido bosque mixto desde la pradera de Ordesa
Centro de Visitantes de Torla. Panel introductorio al espacio "La vitalidad"
Pantalla de proyección y detalle del diván "Sensaciones"
Pantallas cilíndricas y escultura de cuerda.
Carteles informativos en la pradera de Ordesa. 

Sin temor pero con respeto

Varias decenas de rutas señalizadas surcan todas las vertientes del Parque Nacional. Hay que acudir a la montaña en compañía, sin temor pero con respeto y con la experiencia y la forma física que exige el itinerario que se desea realizar. La ropa y el equipo debe ser el adecuado, ya que que puede variar el tiempo y la temperatura durante la marcha, y siempre hay que consultar los partes meteorológicos que proporciona el personal del Parque. En los puntos de partida hay carteles con consejos, la normativa vigente y las características y duración aproximada de cada ruta. El recorrido más transitado de Ordesa es el que conduce hasta la fotogénica cascada de la Cola de Caballo. El trayecto salva un desnivel de 550 metros. La senda atraviesa un tupido bosque mixto y descubre a su paso las cascadas de Arripas, La Cueva y El Estrecho. Superado el desnivel se accede al circo de Soaso, un inmenso cuenco tapizado de hierba donde se forma el salto de agua más fotografiado del Parque.
Río Arazas a contraluz desde las cercanías de la pradera
Hojas de haya (Fagus sylvatica)
Hayedo
Calzadas de la Cueva (izquierda) y del Estrecho (derecha)
Cascada "Cola de Caballo".
Esqueleto de pino negro (Pinus uncinata), y Cascada de Cotatuero desde la Senda de los Cazadores. 

Una senda hacia el cielo de Ordesa

Los más preparados pueden tomar desde la pradera de Ordesa la exigente Senda de los Cazadores. La subida salva un desnivel positivo de 650 metros en algo más de una hora y  media y va trazando un excalestric por el hayedo hasta alcanzar los dominios del pino negro (Pinus uncinata), un auténtico equilibrista de los roquedos que crece a partir de los 1.600 metros de altitud y que pace acompañado de rododendros. Durante el ascenso fascina el Circo de Cotatuero rasgado por su interminable cascada y las vistas, cada vez más lejanas, del aparcamiento y la pradera. En el alto espera el mirador de Calcilarruego, un anfiteatro de vértigo con vistas frontales al Racón, el Gallinero y la Faja de las Flores. Con las reservas de oxígeno restablecidas, se llanea a continuación por la Faja de Pelay, un cinturón bajo la Sierra de las Cutas desde el que se obtiene una vista casi aérea del valle de Ordesa. Un encuadre privilegiado del surco que deja el río Arazas entre las hayas, del Circo de Soaso, Sierra Custodia y las figuras dominantes de las Tres Sorores.
Mirador de Calcilarruego con vistas al Gallinero y la Faja de las Flores. Bajo las nubes, a la izquierda el Casco, 
en el centro el pico Descargador y a la derecha La Torre.
Pino negro (Pinus uncinata) desde la Faja de Pelay. Al fondo el Pico de Otal y la Sierra de la Tendeñera.
Sierra de las Cutas sobre la Faja de Pelay.
Rododendro (Rhododendron ferrugineum). Arbusto perenne de alta montaña que florece en verano.
Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus). Rapaz osteófaga con una envergadura media de 2,5 metros.