Encuentran
un insecto atrapado en ámbar con polen de plantas adherido a su
cuerpo.
Hace
unos 105 millones de años, en lo que ahora es Cantabria, una mosca
de la especie Buccinatormyia magnifica, ya extinta, se acercó en
vuelo batido a una planta, permaneció detenida en el aire delante de
ella como un colibrí y le introdujo su larga trompa para libar el
néctar que se le ofrecía. A cambio del regalo, la planta dejó su
polen adherido a la mosca que partió llevándoselo con ella en busca
de otras plantas a las que fecundar y en las que alimentarse. En
algún momento de su trasiego por los bosques de coníferas, como
pinos o abetos, que cubrían el planeta en aquel tiempo, la mosca
quedó atrapada en resina con todo su cargamento. La resina se
fosilizó convirtiéndose en ámbar y como una máquina del tiempo
transportó hasta el presente al desdichado insecto. Aquí, en el
yacimiento cántabro de El Soplao, entre muchos trozos de ámbar, lo
encontró hace dos años y medio un grupo de investigadores. Hoy, en
la revista Current Biology, cuentan su historia.
La
historia de la mosca es, además de la suya propia, la de los bosques
en que vivía. “Ahora, las plantas que dominan son las
angiospermas, plantas con flores, como las que podemos encontrar en
los trópicos”, explica Enrique Peñalver, investigador del
Instituto Geológico Minero de España (IGME) y autor principal del
estudio. “El momento en que vivió esta mosca dominaban plantas
gimnospermas, como las que podemos encontrar en los bosques del norte
de Siberia, pero aquel fue un periodo de inflexión”, continúa. El
cambio aún tardaría millones de años en completarse, pero la
revolución que cambió los ecosistemas del planeta ya se había
iniciado en aquel periodo.
La
mosca de nuestro relato fue, probablemente, una víctima de aquella
revolución. En su labor de polinización hacía un gran equipo con
las bennettitales, un tipo de plantas ya extinto. “El cambio que se
produjo en aquella época debió tener efectos profundos en la
dinámica de los bosques y posiblemente en la de la fauna”, apunta
Peñalver. “Si esas moscas estaban muy especializadas en el néctar
de este tipo de gimnospermas, que desaparecieron al final del
Mesozoico, es posible que desapareciesen con ellas”, concluye.
Al
enigma de la aparición de las plantas con flores, Charles Darwin, el
padre de la teoría de la evolución, se refería como el “misterio
abominable”. Su resolución puede encontrarse en objetos casi tan
misteriosos, como las trampas de ámbar de El Soplao.
Un espacio para opinar, conocer y estar informados de la actualidad ambiental.
Buscador Medio Ambiental
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ESPACIOS NATURALES DEL PLANETA
lunes, 13 de julio de 2015
El secreto de la cola del caballito de mar
Un
estudio revela las aplicaciones en ingeniería de la estructura
cuadrada de la cola de los hipocampos.
Vista
de cerca, la cola del caballito de mar se sale de la norma. Es
distinta de la mayoría de los peces, reptiles o mamíferos. En vez
de ser blanda y cilíndrica, es cuadrada y está dividida en
segmentos en forma de prisma rodeados de placas óseas. Este viernes,
la revista Science le dedica un artículo a la cola cuadrada del
caballito de mar. Resulta que la estructura del apéndice de estos
animales tiene posibles aplicaciones en robótica e ingeniería,
debido a que su forma única le confiere más resistencia a la
presión y el daño.
Los
científicos generaron un modelo digital de la cola cuadrada del
caballito y otro de una cilíndrica. La intención del equipo,
liderado por Michael M. Porter, profesor adjunto en la universidad de
Clemson (Carolina del Sur, EE UU), era la de someter dichos modelos a
distintas pruebas de resistencia y movilidad para entender el porqué
de la disposición de este órgano y las características mecánicas
derivadas de ella. El equipo dedujo de estos dos modelos que la
estructura cuadrangular no solo ofrece más resistencia a estas
fuerzas, según parece como mecanismo de protección de frágil
columna de estos peces, sino que además ofrece una mayor superficie
de contacto y, por tanto, resulta ser más útil como extremidad.
Además, tal y como se muestra en la animación que acompaña a esta
noticia, descubrieron que la mayor resistencia a la torsión y a la
deformación se debe a pequeñas estructuras, como juntas de
desplazamiento, que a modo de raíles conducen las fuerzas a las que
se somete la cola.
Foto
generado por ordenador de los dos modelos para la cola del caballito
de mar, uno que imita la estructura natural (cuadrangular) y otro que
recrea la estructura hipotética (cilíndrica). / MICHAEL M. PORTER,
CLEMSON UNIVERSITY (SCIENCE)
El
estudio hace hincapié en las posibles aplicaciones de esta
estructura en bioingeniería, entendida como la rama de la ingeniería
que se ocupa de la aplicación tecnológica de los sistemas
biológicos y organismos vivos, para la creación o modificación de
productos o procesos para un uso específico. Tal y como nos resume
Ramón Ceres Ruiz, profesor de investigación en el Instituto Cajal
del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y quien
forma parte del grupo de este organismo dedicado a la bioingeniería,
“la robótica trata fundamentalmente de realizar operaciones
esencialmente mecánicas inspirándose en modelos humanos o
animales”. En esta materia, se podría aplicar al desarrollo de
extremidades y, en general, de estructuras más ligeras y a la vez
más resistentes, concretamente podría suponer una excelente
aportación a la hora de desarrollar robots basados en silicona.
Este
joven y apasionante campo permite que los expertos en ciencias
naturales aporten ideas al desarrollo de nuevas tecnologías, así
como que se expliquen enigmas naturales mediante métodos y modelos
hasta ahora propios de los ingenieros. En este sentido, Ceres
recuerda otros avances tecnológicos importantes basados en animales
como “el sonar basado en la orientación y la navegación del
murciélago o los exoesqueletos que nos recuerdan funcionalmente a
las estructuras externas de algunos animales como los crustáceos”.
Más
información:
http://www.cajal.csic.es/index.html
http://www.cajal.csic.es/index.html
domingo, 12 de julio de 2015
REPORTAJE: El rey de los pájaros
Josep
del Hoyo lleva 37 años de su vida dedicados a la observación de
aves. Ha recorrido 111 países persiguiendo el rastro de los más
extraños ejemplares
Referencia
mundial en la materia, ha recibido este año el premio SGE de
investigación de la Sociedad Geográfica Española. Nos fuimos con
él a ver… pájaros.
Josep
del Hoyo es un hombre con pájaros en la cabeza. Pájaros, pájaros,
pájaros, miles de pájaros. Se lo dijeron públicamente el pasado
mes de febrero, cuando le entregaron el premio de investigación de
la Sociedad Geográfica Española, en Madrid, y no hay más que darse
un paseo con él por la ciudad, o por el campo, para comprobarlo. Se
diría que tiene desarrollada una suerte de antena virtual que le
hace conectar automáticamente con las aves en cuanto alguna
sobrevuela su testa.
–¡Cuidado!
–exclama.
El
mundo, de pronto, se detiene para Del Hoyo. Por un instante se podría
pensar que nos acechara algún peligro por estos caminos que
recorremos en esta nublada mañana del mes de abril, en pleno delta
del Llobregat, a las afueras de Barcelona, muy cerca del aeropuerto
del Prat. Pero no, no hay peligro. Simplemente, ha cantado un pájaro
raro de ver y poco importa lo demás, el mundo se para.
Del
Hoyo se curva ligeramente. Aguza el oído.
–Es
una tarabilla.
Silencioso
y atento, el ornitólogo y editor se desplaza lentamente,
sigilosamente, midiendo sus pasos. Lleva una mochila de camuflaje a
la espalda; el pesado trípode de su cámara de vídeo, apoyado en
sus hombros; un par de prismáticos cuelgan de su cuello. Su mirada
busca entre los juncos a ver si aparece por algún lado ese pequeño
pájaro de pecho anaranjado y vuelo veloz que hace chac-chac, su
característico sonido. Ni rastro de la tarabilla.
Escuchar
a las aves es fácil; verlas, no tanto.
Y
eso que estamos con un hombre que, a sus 60 años, ha visto 7.910
especies distintas de aves (de las más de 10.000 que existen). Un
estudioso que, en buena lógica, tendría que haber nacido en Reino
Unido, meca de los birdwatchers, de los observadores de aves, lugar
del mundo donde el ornitólogo es más que reverenciado. Pero Del
Hoyo nació en Barcelona y se crio en el barrio del Guinardó, cerca
del hospital de San Pablo, en el seno de una familia de clase media.
Su temeraria e iluminada apuesta editorial, el Handbook of the Birds
of the World (HBW), primer manual que ilustra todas las especies del
mundo, le ha convertido en una autoridad a escala internacional.
“Cualquier
ornitólogo serio del mundo le conoce y le respeta”, afirma sin
dudarlo, en conversación telefónica desde Londres, Robert
Prys-Jones, responsable de las colecciones de aves del Museo de
Historia Natural (NHM) de Tring (a 48 kilómetros de Londres), una de
las dos catedrales de la ornitología –junto al American Museum of
Natural History de Nueva York–; un espacio al que Del Hoyo ha
acudido más de quince de veces para llevar a cabo su titánico
trabajo de investigación, el que le ha convertido en referencia
mundial, la mayor enciclopedia de aves que existe en el mundo,
empresa que acometió en el año 1989, esa por la que le miraron como
si fuera un lunático, su gran hazaña, su gran legado.
“Cualquier
ornitólogo del mundo le conoce y le respeta”, dice Robert
Prys-Jones, del Museo de Historia Natural de Tring, ‘catedral’ de
las aves
Viendo
los 17 volúmenes que conforman el HBW alineados sobre la librería
de su despacho, uno toma conciencia de la magnitud del trabajo. Más
de 1.000 fotógrafos, 300 autores y 40 artistas han contribuido a
construir esta magna obra de la que él ha sido el impulsor. Del
Hoyo, de hecho, enfatiza el carácter colectivo del proyecto.
Dotado
de magníficas ilustraciones que representan a las aves y de mapas,
el Handbook recoge las distintas nomenclaturas de las aves,
descripción de familia, estado de conservación, bibliografía
científica asociada… “Nació de su obsesión de coleccionista”,
relata Jordi Sargatal, ornitólogo, compañero de largos viajes y uno
de los dos socios (el tercero es Ramón Mascort) que Del Hoyo tiene
en la editorial Lynx, el brazo ejecutor de su gran sueño.
Los
británicos reaccionaron con escepticismo cuando, recién arrancados
los años noventa, oyeron que había un español bastante desconocido
que se aprestaba a presentar un proyecto que parecía, sencillamente,
imposible: un tratado que recogiera de forma rigurosa todas las
especies de aves que hay en el mundo. Del primer volumen, publicado
en 1992 y dedicado a especies bien conocidas como patos y cigüeñas,
se vendieron 3.000 copias.
Nadie
se había atrevido a embarcarse por aquel entonces en una obra de
tamaña ambición. Existía el Birds of the Western Palearctic, que
recogía a las aves del norte de África y Europa, sí, pero nada
como lo que pretendía Del Hoyo. Las reseñas hicieron que el segundo
volumen, dedicado, entre otras, a las aves de presa, triplicara las
ventas hasta los 9.000 ejemplares. Veinticinco años más tarde, el
HBW ha facturado más de 240.000 volúmenes.
Lynx
Edicions, ubicada en Bellaterra (Cerdanyola del Vallès), está
enclavada en medio de un frondoso jardín. Hay 13 higueras, dos
cerezos, un albaricoque y un kaki para atraer pájaros. Las vistas
del despacho de Del Hoyo no pueden ser más verdes. El ornitólogo
catalán se sienta frente a su ordenador. Busca en su propia página
web un vídeo; el de una de las más de 5.000 especies que ha filmado
a lo largo de todos estos años, algo insólito –“que se sepa,
nadie ha hecho algo así”, dice, modesto–; una fiebre que empezó
en 1998 y se desató a partir de 2002. Hasta entonces hacía fotos.
En
pantalla, sobre la copa de un árbol, un pájaro de pico curvado y
patas naranjas sobre una rama. Este es tan solo uno de los 26.974
clips que ha subido a su web. “Es una grabación super emotiva”,
avisa.
Está
amaneciendo en la selva. Es el llamado dawn chorus, el coro del
amanecer, el momento en que los pájaros despiertan y empiezan a
cantar. Sobre una rama, majestuoso, un ibis gigante (Pseudibis
gigantea), ave de casi un metro de altura, especie que ocupa el
número uno en la lista de las 100 aves más singulares y amenazadas
del planeta según la Sociedad Zoológica de Londres.
En
el delta del Llobregat, los cantos de los pájaros se mezclan con el
ruido de los aviones que aterrizan en el aeropuerto del Prat.
Del
Hoyo recuerda perfectamente el momento en que captó esta imagen
histórica. Fue el 7 de marzo de 2011. Ya en los noventa, el ibis
gigante estaba considerado como una especie probablemente extinguida.
Y allí estaba, en aquella mañana brumosa al norte de Camboya, un
majestuoso ibis gigante posando para él.
Viajó
al país asiático acompañado de su amigo y socio Sargatal. Recuerda
que ese día se levantaron a las tres de la madrugada para llegar a
la selva antes del amanecer. A las cuatro estaban frente a un árbol,
apostados, atentos.
Estuvieron
dos horas quietos. Esperando el momento. Con las primeras luces,
Josep del Hoyo comenzó a grabar. Y ahí estaba el ibis. El ave
emitió su característico canto, que, más que canto, parece un
rugido. “Cuando tomé esta imagen, mi corazón estaba
taquicárdico”.
Del
Hoyo ha recorrido medio mundo buscando pájaros. Un gigantesco
mapamundi perforado con chinchetas, ubicado en la segunda planta del
sello editorial, da fe de ello. Las chinchetas de color azul son las
de los viajes de los años setenta-ochenta; las de color rojo, de los
noventa; amarillo para los 2000; naranja para la presente década. En
total ha visitado 111 países.
Emplea
unos tres meses al año, de media, a viajar; incluido el de
vacaciones, que siempre dedica a ir a ver pájaros –durante años,
acompañado de su mujer y sus dos hijas –. “Ya que vivo de los
pájaros, tendré que ver dónde viven ellos”, bromea. “Los
pájaros son el escaparate de la naturaleza”.
Su
periplo vital-profesional está plagado de aventuras y momentos
emocionantes. El viaje de agosto de 2004 a la selva en Perú, cuando
fueron a observar la tangara golinaranja, y su expedición se vio
rodeada por 15 guerreros en la reserva indígena de los indios
araguaya; o el que hicieron a México a principios de los noventa,
para ver a la coqueta de Guerrero, y 20 tipos subidos a una tanqueta,
como en las películas de Pancho Villa, les obligaron a bajarse del
coche a la salida de una curva. Situaciones ambas que fueron
superadas dialogando y siguiendo consejos de las poblaciones locales.
En
algunos casos, los viajes dejaron cicatrices. Una de ellas corona el
dedo meñique de su mano derecha. Corresponde a aquel periplo por la
Papúa Occidental que realizó en 2008, también junto a su socio
Sargatal. “Uno de los más duros que hemos hecho”, recuerda su
amigo. Estuvieron allá 30 días, subiendo y bajando valles. Tan solo
durmieron en una cama tres o cuatro noches.
Un
día, perdidos en el corazón de Nueva Guinea, cuando acababan de
hacerse una foto con unos nativos ataviados con camisetas del Real
Madrid, bajaban por una cuesta empinada, por una ladera, en una zona
de rocas verticales, cuando, de pronto, Del Hoyo estuvo a punto de
caer por un barranco. Su amigo Jordi, de manera instintiva, le agarró
por los dedos.
–¡Me
has roto los dedos! –exclamó Del Hoyo.
–¡Sí,
pero te he salvado la vida! –respondió Sargatal.
No
se atrevió a ponerse en las manos de un chamán –“me hubiera
estirado los dedos a lo bestia”, estima Del Hoyo– y
transcurrieron cuatro días hasta que lo atendieron. Ruptura con
luxación completa.
Habían
acudido a Papúa Occidental para observar a los pájaros más bellos
del planeta: las aves del paraíso; familia cuyo proceso evolutivo en
un ambiente con alimento ilimitado y sin enemigos ha conducido a
cotas impensables de belleza.
Los
machos aves del paraíso se dedican a desplegar sus bellas alas y
otras plumas ornamentales en el cortejo; se cuelgan de las ramas boca
abajo y abren su plumaje espectacular. “La vida de los machos está
centrada en exhibirse”, explica. Existen 45 especies en el planeta.
Dos en Molucas del Norte, dos en Australia y el resto en Nueva
Guinea. En el siglo XVII predominaba la creencia de que estos
animales vivían en el cielo y, cuando morían, caían sobre la
tierra directamente desde el paraíso.
“Josep
es el ornitólogo con más conocimientos del mundo”, se aventura a
decir su socio, Sargatal, “es una guía ambulante, se acuerda de
todos los nombres, de las especies. Es muy obsesivo, sobre todo
filmando. Ya puede llover, nevar, que ahí está él, todo el rato,
con su cámara, dispuesto a filmar lo que pille”.
Josep
del Hoyo planta su cámara de vídeo, una Panasonic GH4, en medio del
observatorio ubicado en la maresma Remolar Filipines. Hoy toca día
de observación y estamos en pleno delta del Llobregat. Ataviado con
su forro polar gris, su pantalón de aventura marrón y sus náuticos,
también marrones, lleva el kit de observación completo: los
prismáticos, la guía de campo, la libreta para apuntar y la cámara
de vídeo. En medio del humedal, tarros blancos, ánsares comunes,
flamencos y ánades azulones comen y duermen ajenos a la presencia de
siete aficionados a la fotografía apostados en esta cabaña de
madera. Todos ellos, hombres de más de 50 y 60 años, cámara al
cuello. “También existen bastantes subespecies de observadores:
fotógrafos y pajareros”, dice con media sonrisa Del Hoyo.
“Pelea,
pelea”, avisa uno de ellos. Los siete se movilizan, empuñan la
cámara, enfocan. Pero la trifulca es poca trifulca, todo vuelve a su
curso. Tranquilidad, paz, ligera bruma, cielo nublado. Los cantos de
las aves se funden con el lejano rugido de los aviones que aterrizan
en El Prat.
De
pronto aparece en la charca un pájaro de pico largo, tonos pardos y
plumas verdes. “¡Morito, morito!”, exclama Del Hoyo, y señala a
lo lejos, a la derecha. Su cara se ilumina, amplia sonrisa. El morito
común era muy raro de ver cuando él era joven, su aparición sigue
siendo un acontecimiento, conserva su pasión intacta.
Ha
filmado a más de 5.000 especies con su cámara de vídeo. Emplea
tres meses al año a viajar; incluido el de vacaciones, que siempre
dedica a ver pájaros
“Hace
20 años éramos capaces de tirarnos de un coche en marcha si veíamos
a un morito”, explica Jordi Sargatal. “Nos queda el gen de
tirarnos del coche en marcha, mantenemos el instinto”.
Ese
instinto, esa pasión de la que habla su socio, es la que llevó a
Del Hoyo a abordar un proyecto tan ambicioso como el Handbook a la
vuelta de un viaje a África: al regresar a España, año 1981, buscó
un catálogo de aves. Para su sorpresa, nadie lo había hecho. “Lo
hago yo”, se dijo.
Su
obra ha cobrado en estos últimos años una nueva dimensión al
trasladarse al mundo digital: 3.494 personas están registradas en
HBW Alive y suben, desinteresadamente, vídeos a la plataforma. En
Lynx, donde trabajan 20 personas, se supervisa el material.
Además,
en estos días están embarcados en la edición del segundo tomo del
Illustrated Checklist of the Birds of the World (Lista ilustrada de
las aves del mundo), obra en la que actualiza el Handbook con los
avances taxonómicos que se han producido en los últimos 15 años:
hay 462 subespecies de la obra madre que ya son consideradas
especies.
“Pero
yo no he descrito ni una sola especie”, se apresura a aclarar Del
Hoyo. Es decir, él es un observador, un clasificador de la
información, un ornitólogo, una referencia mundial. Pero no es un
científico. Eso sí, ha ayudado a poner nombre en español a cerca
de 10.000 especies, como miembro de un comité creado en 1991 junto a
la Sociedad Española de Ornitología. Muchas de sus propuestas de
nombre –más de un 80% tal vez, señala– salieron adelante.
Viaje
a viaje, avistamiento a avistamiento, el tiempo ha ido transcurriendo
y el conocimiento enciclopédico de Del Hoyo no ha hecho otra cosa
que crecer. En paralelo, ha ido aumentando el reconocimiento a la
labor de este loco entusiasta de las aves, melómano y gran
aficionado a la poesía. Existe incluso una subespecie de busardo
blanco bautizada con su apellido por el taxónomo alemán Norbert
Bähr: el Buteo albicollis delhoyoi.
Más
información y documentación del
autor:
Catálogo de publicaciones del autor
Catálogo de publicaciones del autor
jueves, 9 de julio de 2015
El CENEAM organiza un programa de “Cuentacuentos” para promover la sensibilización ambiental en el público infantil durante el verano
El área de Uso Público del MAGRAMA, a través del CENEAM, ha organizado para este
verano el programa “Cuentacuentos en el CENEAM” (Centro Nacional
de Educación Ambiental). Una actividad destinada a promover entre el
público infantil la sensibilización sobre el medio ambiente y la
educación en valores, así como fomentar el interés por la lectura
y la naturaleza.
La
programación va a ser muy variada y amena, con el objetivo de lograr
la concienciación ambiental entre los niños de 3 a 12 años de una
manera lúdica.
Las
funciones, que comenzarán a las 12:00 horas, tendrán lugar en el
Centro de Educación Ambiental de Valsaín (Segovia), lo que
permitirá conocer los importantes recursos disponibles en el centro
para todos los públicos: exposiciones, excursiones, programas
educativos, boletín digital, web, fototeca, biblioteca…Además,
los niños podrán llevarse en préstamo libros y vídeos una vez
finalizada la actividad.
La
programación de este verano es la siguiente:
JULIO
Los
jueves del mes de julio, la asociación cultural “Trotaldeas
cuentacuentos”, con Rocío de Blas y Ruth Martín, nos ofrecerá
una versión muy entretenida de los siguientes libros:
2
de julio: El búho que quería ser gallo,escrita por Mick Manning y
Brita Granströn.
9
de julio: Las damas de la luz,escrito por Adoración y Antonia
Santolaya.
16
de julio: Margarita metepatas, escrito por Maite Carranza.
23
de julio: Lula, Tula y las bellotas (Adaptación de Jaime y las
bellotas),escrito por Tim Bowley e Inés Vilpi.
30
de julio: La verdadera historia de Caperucita Roja,escrita por Agnese
Baruzzi y Sandro Natalini
AGOSTO
En
el mes de agosto, el Vivero Escuela Río Guadarrama organizará un
teatro de títeres con las siguientes historias:
6
de agosto:Gaspar el espantapájaros
13
de agosto: La semilla Carapilla
20
de agosto: El Huerto de Luisa
Para
asistir a estas representaciones no es necesario realizar reserva
previa.
Se
puede acceder a más información en el Centro de Documentación del
CENEAM.
Telf.:
921473869 / doc.ceneam@oapn.es
Centro
Nacional de Educación Ambiental - CENEAM
Paseo
José Mª Ruiz-Dana, s/n
40109
Valsaín (Segovia)
Tel:
921 471711 / 471744
Fax:
921 471746
Correo-e:
ceneam@oapn.es
Más
datos del
centro:
http://www.magrama.gob.es/es/ceneam/quienes-somos/contacto-ceneam.aspx
http://www.magrama.gob.es/es/ceneam/quienes-somos/contacto-ceneam.aspx
El MAGRAMA ofrece este verano 25 paseos guiados por 10 rutas para descubrir la Sierra de Guadarrama
El
paisaje, la naturaleza, la historia y la cultura popular son los
hilos conductores de estas rutas gratuitas, organizadas por el CENEAM
y dirigidas a todos los públicos.
Todos
los paseos se desarrollan en un entorno privilegiado, por la
vertiente norte del Parque Nacional Sierra de Guadarrama y por su
Zona Periférica de Especial Protección.
El
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, a través
del Centro Nacional de Educación Ambiental (CENEAM) ofrece este
verano un nuevo programa de paseos guiados por la Sierra de
Guadarrama. La oferta se compone de 25 paseos, con un total de 10
rutas diferentes, que se realizarán a lo largo de los meses de julio
y agosto.
El
paisaje, la naturaleza, la historia y la cultura popular son los
hilos conductores de estas rutas gratuitas y dirigidas a todos los
públicos, organizadas por el CENEAM.
Todos
los paseos se desarrollan en un entorno privilegiado por la vertiente
norte del Parque Nacional Sierra de Guadarrama y por su Zona
Periférica de Especial Protección.
Los
recorridos tienen una duración media de 4 horas y unas distancias
que oscilan entre 1,5 y 8 km, siendo la mayoría de aproximadamente 5
km. Estas actividades no tiene un carácter deportivo sino didáctico,
y su objetivo primordial es trasmitir a los participantes la
importancia de los valores naturales y culturales de este espacio y
la necesidad de su conservación.
Con
objeto de garantizar la calidad de la comunicación entre el guía y
los participantes, así como para minimizar los posibles impactos
sobre el entorno, los grupos estarán compuestos por un máximo de 15
personas.
DIEZ
RUTAS POR LA SIERRA
El
paseo que abrirá el programa, el jueves 9 de julio, será “El
puente del Anzolero”, un recorrido por las orillas del río Eresma
en el que se podrán observar puentes, presas, acequias y un tramo
del camino histórico conocido como las Pesquerías Reales, que mandó
construir Carlos III para practicar la pesca. Se repetirá el 28 de
agosto.
El
viernes 10 de julio tendrá lugar el paseo “Peña Citores”, en
el que se interpretarán los restos de construcciones de la Guerra
Civil que se conservan en las cumbres de la zona de Dos Hermanas –
Peña Citores. Con este recorrido se intenta mostrar la gran
incidencia que tuvo este acontecimiento en el paisaje de la Sierra,
un enclave que ha tenido gran valor estratégico a lo largo de la
historia. El lunes 3 de agosto habrá una nueva salida.
El
programa proseguirá el lunes 13 de julio con “Huellas y señales”,
que servirá para aprender a interpretar las huellas, rastros, marcas
y otras señales, y conocer detalles de la vida y costumbres de las
especies que habitan en un determinado lugar. Se repetirá el 27 de
julio y 21 de agosto.
La
ruta “El cerro del Puerco” conducirá hasta una pequeña colina,
así llamada, adosada a la pradera de Navalhorno, que resulta una
magnífica atalaya sobre el valle de Valsaín. En el paseo se podrá
contemplar el paisaje del valle y un conjunto de construcciones
defensivas de la Guerra Civil. Se realizará el viernes 7 de agosto
“Los
Siete Picos”propone un recorrido por una de las montañas más
emblemáticas de la Sierra de Guadarrama, por su singular belleza
paisajística, su interés geológico y su historia. Fechas de
realización:viernes 3 de julio y miércoles 12 de agosto.
El
viernes 17 y miércoles 29 de julio y el miércoles 19 de agosto se
ofrecerá “El Esquileo de Santillana”, paseo por el entorno de
la Cañada Real Soriana Occidental, conocida como Cañada de la Vera
de la Sierra, y las ruinas del Esquileo de Santillana, donde se
respira historia y cultura tradicional.
Otra
de las propuestas es “De bolo a bolo”. Se trata de un recorrido
paisajístico cuyos hitos simbólicos son los bolos graníticos que
abundan por las laderas de Valsaín y la vegetación que acompaña a
los emblemáticos pinos de este valle. Tendrá lugar el miércoles 15
de julio, viernes 14 y miércoles 26 de agosto.
“Pimpollos,
pinos y pinazos”lleva a través del monte de Valsaín, dónde el
visitante podrá ver el equilibrio entre las actividades humanas y la
conservación del bosque. Durante el paseo se realizarán prácticas
sencillas para conocer la altura, el diámetro y el perímetro de los
árboles. Tendrá lugar el martes 14 y viernes 31 de julio, y el
lunes 10 y 31 de agosto.
Asimismo,
el programa incluye “Paisajes de Guerra”, un itinerario que
muestra cómo fueron las construcciones de la Guerra Civil Española
en la Sierra de Guadarrama y en los Montes de Valsaín. Podrá
disfrutarse el jueves 23 de julio y el lunes 17 de agosto.
La
última de las propuestas es “Un paseo por el bosque”, en el que
podremos observar diversos aspectos naturales y algunos
aprovechamientos tradicionales del Monte de Valsaín.
Se
hará especial hincapié en el mundo de los insectos y su importancia
para el equilibrio del ecosistema. La actividad se complementará con
la visita a la exposición temporal “Abejas y apicultura” y una
charla a cargo de los responsables de la Fundación Amigos de las
Abejas, durante la cual los participantes podrán observar una
colmena viva protegida por cristales. Se celebrará los días 7 de
julio y 6 y 24 de agosto.
RECOMENDACIONES
Dada
la altitud de la zona, aunque sea verano, es conveniente equiparse
con calzado de campo, ropa adecuada, gorra, además de traer agua y
alimentos. No se permite la presencia de animales de compañía.
Para
participar en la actividad de paseos guiados es aconsejable reservar
plaza con antelación. También se puede acudir al punto de salida
antes de la hora de inicio fijada en el calendario, aunque no se
tenga reserva. En este caso se podrá participar siempre que existan
plazas libres. El orden de llegada será el único criterio válido
para cubrir estas plazas.
Las
reservas se pueden realizar: Llamando al 921473880, en horario de
9:00 a 14:00 (de lunes a viernes). Mandando un correo electrónico a
paseos.ceneam@oapn.es (El CENEAM confirmará la recepción del correo
y la disponibilidad de plazas).
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El nitrógeno atenúa el impacto del cambio climático en los suelos
Un
equipo internacional creado por expertos de las universidades Pablo
de Olavide y Coimbra, el CSIC y un instituto de Nueva York constatan
el efecto modulador de las deposiciones de nitrógeno en suelos
sometidos a procesos de secado y humedecido similares a los que
imprime el cambio climático en el ciclo hidrológico.
Investigadores
de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, en colaboración con
investigadores de la Universidad de Coimbra, en Portugal, el Museo
Nacional de Ciencias Naturales (CSIC, Madrid) y el Cary Institute of
Ecosystem Studies de Nueva York han publicado un artículo en Global
Change Biology en el que se destaca el papel modulador de la
deposición de nitrógeno sobre las respuestas de los suelos de
bosques templados al cambio climático.
Una
de las consecuencias del cambio climático es la intensificación del
ciclo hidrológico, es decir, más sequías y tormentas más intensas
y frecuentes, lo que provoca un aumento en la frecuencia de los
ciclos de secado y rehumedecido del suelo. Siendo la humedad uno de
los principales factores que controlan los procesos biogeoquímicos
del suelo, estos cambios pueden afectar de manera importante a los
ciclos del carbono y del nitrógeno, los microorganismos del suelo y
la emisión de gases de efecto invernadero como dióxido de carbono
(CO2), óxido nitroso (N2O) y metano (CH4).
Otro
de los factores del cambio global que afecta al planeta es la alta
deposición atmosférica de nitrógeno proveniente del uso de
combustibles fósiles y la agricultura. Un exceso de deposición de
nitrógeno puede afectar gravemente a los ecosistemas provocando
desbalances de nutrientes, acidificación del agua y del suelo,
eutrofización y/o mayores emisiones de N2O, de acuerdo con este
trabajo en el que han participado Lourdes Morillas y Javier Roales,
de la Universidad Pablo de Olavide.
A
pesar de su importancia como parte del cambio global, la interacción
entre la deposición atmosférica de nitrógeno y los cambios en el
patrón de precipitaciones no ha sido suficientemente estudiada, por
lo que hay una gran incertidumbre sobre cómo el aumento de nitrógeno
afectará a la capacidad del suelo de resistir al cambio climático.
Para
responder a esta cuestión, los investigadores sometieron tanto
suelos tratados con nitrógeno durante 15 años como suelos no
tratados a diferentes frecuencias de ciclos de secado y rehumedecido,
midiendo un amplio conjunto de variables que caracterizan el estado
nutricional del suelo y su comunidad microbiana. Los resultados
señalan el importante papel de la deposición de nitrógeno como
modulador de las respuestas de los suelos de bosques templados al
cambio climático.
De esta forma, la deposición de nitrógeno
tendría la capacidad de atenuar los impactos producidos por el
esperado aumento de los ciclos de secado y rehumedecido sobre
importantes procesos del suelo, sugiriendo una clara interacción
entre estos dos componentes del cambio global.
Fuente
y más
información:
http://www.upo.es/diario/ciencia/2015/05/respuestas-suelos-cambio-climatico/
http://www.upo.es/diario/ciencia/2015/05/respuestas-suelos-cambio-climatico/
El mundo se queda sin abejorros
Los
insectos, vitales para cultivos como el tomate, desaparecen por el
cambio climático.
Expertos
proponen una insólita gran migración asistida por el ser humano
para salvarlos.
“Un
mundo sin abejorros sería silencioso, triste y más pobre”,
lamenta el biólogo Jeremy Kerr. “Muchas especies de plantas
entrarían en declive, y los jardines y la agricultura de
Norteamérica y Europa sufrirían pérdidas económicas. No creo que
nadie sea capaz de imaginar cuántos daños habría”, continúa.
“Los tomates, por ejemplo, dependen de los abejorros”.
Kerr,
de la Universidad de Ottawa (Canadá), no está preparando un libro
de ciencia ficción. Su equipo acaba de constatar que el planeta se
queda poco a poco sin abejorros, esos insectos polinizadores que
pululan por el campo en busca de néctar y en su periplo intercambian
polen entre las partes femeninas de una flor y sus partes masculinas.
Sin esta polinización, y la llevada a cabo por las abejas y otros
animales, no habría reproducción vegetal. No habría frutos ni
semillas. El 35% de la producción mundial de alimentos procede de
cultivos que dependen de los polinizadores.
El
biólogo y sus colegas han investigado 423.000 observaciones de
abejorros pertenecientes a 67 especies de Europa y Norteamérica,
tomadas por diferentes expertos e instituciones durante más de un
siglo. Su estudio revela que el calentamiento global está expulsando
a los abejorros de muchas de sus zonas históricas. Los insectos se
esfuman del sur de su antiguo rango de distribución, pero no se
mudan hacia el norte, como sí ocurre con otros animales afectados
por el cambio climático, como las mariposas. El hábitat de los
abejorros, simplemente, mengua.
“Las
regiones en las que estos efectos son peores, con pérdidas en el
rango de distribución de hasta 300 kilómetros, están en el sur de
Europa y de Norteamérica. Lugares como España, Italia y el sur de
Francia”, alerta Kerr. Su estudio se publica hoy en la revista
Science.
Los
abejorros han desaparecido en las tres últimas décadas de la franja
sur que ocupaban entre 1901 y 1974, cuando el clima era menos cálido.
“Tan solo en los últimos 35 años, las áreas que hemos estudiado
se han calentado entre dos y tres grados”, incide el biólogo.
“Nuestros resultados sugieren que especies como los abejorros
simplemente no son capaces de adaptarse a estos cambios. Están
desapareciendo”, advierte.
“Estos
efectos son independientes de los cambios de uso de la tierra y los
pesticidas”, subrayan los autores en Science. La desaparición se
ha detectado también en zonas sin agricultura ni polémicos
insecticidas como los neonicotinoides. Donde han podido, explican los
científicos, los abejorros han escalado a zonas más altas, unos 300
metros de media.
España
es uno de los países más afectados, con pérdidas del rango de
distribución de 300 km por el sur
En
España, el equipo de Kerr ha empleado datos de Leopoldo Castro, un
profesor de inglés de un instituto de Teruel que, en sus "ratos
libres", se ha convertido en uno de los principales estudiosos
de los abejorros en la península Ibérica. Tiene unos 2.000 en su
casa, pertenecientes a las 40 especies presentes en la península.
Castro, además, es coautor del libro Riesgo climático y atlas de
distribución de los abejorros europeos, un volumen recién publicado
que también alerta de la amenaza sobre estos polinizadores.
“Un
bicho que solo se encuentra a partir de los 2.000 metros de altitud
en área mediterránea tiene muy poco margen de supervivencia. Si
sube por el calor, se queda sin territorio”, apunta Castro.
Kerr
hace una propuesta osada para salvar a los abejorros, más allá de
reducir las emisiones de CO2 para detener el calentamiento global. El
profesor canadiense propone “una migración asistida”, extraer
las colonias amenazadas de su hábitat natural y llevarlas a regiones
menos cálidas en el norte. “Esto nunca se ha intentado a escala
continental ni para un grupo grande como este, pero hemos llegado al
punto en el que es necesario discutirlo”.
El
caso de los abejorros, no obstante, es difícilmente extrapolable a
otros insectos, según José Ramón Obeso, catedrático de Ecología
de la Universidad de Oviedo. “Los abejorros son muy particulares,
son polinizadores característicos de climas fríos. Hacia los
trópicos, son más diversas las abejas, pero la mayor diversidad de
abejorros aparece en el Himalaya”, explica Obeso, ajeno al nuevo
estudio. Las abejas, señala, solo pueden volar con temperaturas por
encima de los 13 grados. Los abejorros, en cambio, pueden emprender
el vuelo a partir de los dos grados.
Los
abejorros prefieren climas más fríos, hacia los trópicos abundan
más las abejas
El
ecólogo, director de la Unidad Mixta de Investigación en
Biodiversidad en Mieres (Asturias), ya mostró en 2013 que el rango
de distribución de los abejorros de la cordillera Cantábrica se
estaba elevando, en respuesta a un calentamiento regional de 0,8
grados en las últimas dos décadas. Dos especies, Bombus cullumanus
y Bombus laesus, se extinguieron localmente. El nuevo estudio de
Science “es muy valioso para establecer pautas a escala global de
lo que ya sabíamos para determinados lugares de Europa y
Norteamérica”, según Obeso.
El
trabajo de Kerr, sin embargo, deja una laguna, a juicio del
investigador español: ¿por qué los abejorros huyen del sur y no
colonizan nuevos lugares más al norte? “Hay una hipótesis muy
clara. Para colonizar tienen que encontrar sus fuentes de alimento,
las plantas a las que polinizan, pero los vegetales no se desplazan a
la misma velocidad”, conjetura. Esta hipótesis obligaría a
planificar muy bien la migración asistida que plantea Kerr.
El
enemigo de los abejorros quizá no sea exactamente el calor, sino los
parásitos, aventura el ecólogo español. “Los abejorros en
lugares de mayores temperaturas presentan más parasitosis, aunque
esto de momento es solo una hipótesis”, reconoce.
Más
información:
http://www.sciencemag.org/content/349/6244/177.full
http://www.sciencemag.org/content/349/6244/177.full
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