Miles de toneladas de polvo llegan al Himalaya o el Karakórum oscureciendo y derritiendo la nieve
Se sabía que el
cambio climático, con su calentamiento global, está derritiendo los glaciares
de las grandes cordilleras asiáticas. También, que el hollín de la Revolución
Industrial había llegado al Himalaya, el Karakórum o el Hindú Kush (HKH). Y se
conocía que el humo de los coches de las populosas ciudades chinas, indias o
pakistaníes llegaba tan arriba. Lo que no se sabía, al menos su dimensión real,
es que la arena de los desiertos también lo hace y en enormes cantidades. Un
estudio muestra ahora cómo el polvo arábigo y hasta sahariano oscurecen la
nieve de las montañas más altas del planeta facilitando su deshielo.
Buena parte de
las playas del Caribe o de la tierra sobre la que crece la selva amazónica
procede de los desiertos africanos. Cada poco, los telediarios muestran
imágenes de enormes nubes de polvo, la calima, que cruza el Atlántico hacia el
oeste. Pero en primavera, en estas latitudes, los vientos van predominantemente
hacia el este y acaban en la pared que forma el complejo HKH. Hasta su parte
más occidental llegan las arenas africanas, pero también las del desierto
arábigo o el de Thar, menos conocido, pero el más grande de la India, con sus
200.000 kilómetros cuadrados. La región lleva al menos tres décadas perdiendo
hielo. La mayor parte de culpa se la estaba llevando el cambio climático. Pero
este estudio muestra que todo este polvo desértico también tiene su papel.
Al depositarse
sobre la nieve o el hielo, la arena reduce su albedo, facilitando su deshielo.
De la misma manera que la ropa oscura da más calor que la clara, la nieve
limpia refleja mejor la radiación solar (efecto albedo) que la sucia. Los
científicos creían que el negro de carbón u hollín procedente de las emisiones
de industrias y motores de combustión era lo que más oscurecía la nieve. Pero
le ha adelantado el polvo.
Impacto
“Es la primera
vez que cuantificamos el papel del polvo transportado a larga distancia en el
derretimiento de la nieve”, dice en un correo el investigador del Instituto
Indio de Tecnología de Madrás y coautor del estudio Chandan Sarangi. “Las
tendencias del deshielo en el Himalaya occidental tienen que ver con la
elevación, con una intensidad máxima de reducción en las zonas ubicadas entre
los tres y los cinco kilómetros”, añade. Los autores del estudio, publicado en
Nature Climate Change, concluyen que las emisiones humanas de la región no van
más allá de los primeros 3.000 metros. A partir de aquí, el polvo toma el
relevo.
Para estimar el
impacto del polvo desértico, los investigadores se apoyaron en las imágenes
tomadas por una serie de satélites. Misiones como la Calipso de la NASA usan
instrumentos como el láser para medir la presencia de partículas en la
atmósfera y ondas de radio para medir los cambios en la capa nevada.
El hollín
atrapa más radiación solar que la arena. Pero en estas altitudes hay entre 100
y 1.000 veces más de lo segundo que de lo primero. Los autores del estudio
recuerdan que las propiedades ópticas de la nieve dependen de características
propias, como su forma o edad (cuánto tiempo lleva en el suelo) y externas,
como la concentración de partículas o su grosor. Al derretirse, las primeras
capas de nieve se llevan el negro de carbón, más pequeño, pero dejan atrás a la
arena, que acelera el deshielo.
Albedo
“La nieve sucia
o envejecida absorbe la luz solar mejor que la nieve blanca y fresca”, dice en
una nota Yun Qian, científico del Laboratorio Nacional del Noroeste Pacifico y
coautor del estudio. La nieve recién caída refleja hasta el 90% de la radiación
solar. En este centro dependiente del Departamento de Energía de EE UU, Qian
fue el que modeló la interacción a pequeña escala de la nieve y las distintas
partículas.
Su colega indio
cifra la reducción media del albedo de la nieve entre un 4% y un 8% y, en
altitudes medias y altas, más de la mitad se debería al polvo. “Puede parecer
poco en términos absolutos pero, para tener una perspectiva, un 3% de la
radiación solar incidente (con un total de 1.000 vatios por metro cuadrado) se
traduce en 30 vatios por metro cuadrado, lo que supone un forzamiento climático
sustancial”, detalla Sarangi.
El impacto del
polvo del desierto en la nieve no se limita al complejo HKH. La arena del
Sáhara también derrite el hielo de los Alpes y, como dice Quian, “es probable
que estos resultados se repitan en otras grandes cordilleras como las Rocosas,
la de las Cascadas o las sierras en EE UU, y varias cadenas montañosas de Asia,
como el Cáucaso o los Urales”. Los autores temen que a medida que el cambio
climático eleve la línea de nieve, el polvo tome un protagonismo mayor en el
deshielo.
“En general, la
temperatura y las precipitaciones son los principales determinantes de la
cantidad de nieve que se derrite cada año”, recuerda el investigador del
Instituto de Geociencias de la Universidad de Potsdam (Alemania) Taylor Smith.
“Pero hay otros factores relevantes a considerar, como el momento de las
lluvias o [el aumento] de las temperaturas”, añade este científico, que no ha
intervenido en la investigación. Uno de estos factores está siendo ahora el polvo
de los desiertos.
Más información:
https://tc.copernicus.org/articles/13/1147/2019/
https://es.wikipedia.org/wiki/Albedo
https://www.nature.com/articles/s41558-020-00909-3
https://es.wikipedia.org/wiki/Forzamiento_radiativo
Nube de polvo en suspensión entre la India y la Cordillera del Himalaya.