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sábado, 6 de agosto de 2011

¿Queremos perder 50.000 millones de euros al año?

Las cifras de lo que proporciona la biodiversidad a la economía mundial dejan claro que su pérdida ocasionaría unos gastos que pocos países podrían afrontar. La sostenibilidad es también cuestión de dinero. 

 

Damos por hecho que la respuesta a la pregunta del titular es que no, que por supuesto que no. Pues entonces algo habrá que hacer, porque esa cifra astronómica es lo que malgasta el mundo cada año por pérdida de biodiversidad, según las conclusiones provisionales de La economía de los ecosistemas y la biodiversidad (TEEB, según sus siglas en inglés), que es el informe más moderno (data de 2010 pero aún no está cerrado) y completo de cuantos han tratado hasta el momento de cuantificar monetariamente la riqueza de la vida en la Tierra. El estudio, realizada para la Unión Europea, agrega que para 2050, "las pérdidas acumuladas de bienestar supondrán el 7% del PIB mundial".


El informe estimó la industria del turismo de África meridional, que depende del avistamiento de vida silvestre, en 3.600 millones de dólares.

Se calcula que los insectos que llevan el polen de un cultivo a otro aportan más de 200.000 millones de dólares por año a la economía mundial de los alimentos.

Consciente de que no hay nada como traducir algo a dinero para que empiece a valorarse, la investigación abruma con cifras: en 2000, la industria del turismo de África meridional (que depende en buena parte del avistamiento de vida silvestre) se estimó en 3.600 millones de dólares, mientras que en India "el ingreso real de los pobres aumenta de 60 a 95 dólares cuando se tiene en cuenta el valor de los servicios ecosistémicos, como la disponibilidad de agua, la fertilidad del suelo y los alimentos silvestres; costaría 120 dólares per capita reemplazar los medios de subsistencia que se perderían si se les negaran esos servicios a los pobres".
Pero hay más: "Se estima que los insectos que llevan el polen de un cultivo a otro, en especial las frutas y verduras, aportan más de 200.000 millones de dólares por año a la economía mundial de los alimentos".

También se estima "que la marisma Muthurajawela [humedal costero en una zona de alta densidad de población del norte de Sri Lanka] presta servicios en materia de agricultura, pesca y extracción de leña que ascienden a 150 dólares por hectárea; el valor de la prevención de daños por inundaciones se calcula en 1.907 dólares por hectárea; y el del tratamiento de aguas residuales industriales y domésticas, en 654 dólares". Igual que el delta del Okavango (África meridional) genera 32 millones de dólares al año a los hogares de Botswana por el uso de recursos naturales y los ingresos derivados la industria del turismo: el rendimiento económico total de las actividades asociadas con el delta se calcula en más de 145 millones de dólares, un 2,6% del producto interno bruto del país.

Los gobiernos no deberían seguir excluyendo esta economía de la biodiversidad del cálculo de su Producto Interior Bruto, su PIB, según interviene Luis Jiménez, director del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), que se hace eco de La economía de los ecosistemas y la biodiversidad en su informe temático Biodiversidad en España 2010. "Necesitamos un reverdecimiento de las cuentas nacionales", insiste: computar los costes ambientales, la contaminación, la destrucción de patrimonio natural (la que provoca, por ejemplo, la construcción de una carretera, el transporte, una industria, una promoción de viviendas) en el apartado del debe, y los beneficios de los "servicios ecosistémicos" en el del haber. La metodología existe, y países como Noruega, Estados Unidos, Japón o Francia están empezando a aplicarla, según apunta Jiménez. No así España. "Tendrían que arbitrarse pagos, compensaciones al mundo rural por los servicios ambientales que presta a toda la sociedad, y la custodia del territorio", opina además.

Algunos números más del informe mundial, y lo dejamos: las pesquerías emplean a unos 200 millones de personas en todo el planeta, aportan cerca del 16% de las proteínas que consumen sus habitantes y tienen un valor estimado de 82.000 millones de dólares. "Se ha calculado que la mediana anual del valor económico de las pesquerías ubicadas en los hábitat de manglares del Golfo de California asciende a 37.500 dólares por hectárea".
Autora:
Elena Sevillano

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