¿Saben Raúl y el Barça
que el emirato es el mayor consumidor de recursos del planeta?
Kuwait, Emiratos Árabes
Unidos, Dinamarca y Estados Unidos completan los cinco países que no dejan
regenerarse al planeta
Cuando se
conoció que el FC Barcelona cambiaba su principal patrocinador y sustituía el
logo de Unicef por el de Qatar Foundation se le recriminó tal decisión, al
aceptar la publicidad de una entidad adscrita a un régimen que no respeta los
derechos de muchas personas, mujeres y homosexuales entre ellas. Se le
relacionó incluso con el islamismo radical. Pero ni entonces, ni ahora, tras el
fichaje del exjugador del Real Madrid y del Schalke 04, Raúl González, por un
club de Catar, se ha vinvulado a este país con su constatada mala fama
ambiental, al ser el que tiene la mayor huella ecológica. Si todo el mundo
consumiera como un catarí, se necesitarían siete planetas Tierra para regenerar
la demanda anual de recursos naturales.
Esta es una
de las lecturas que se extrae del informe Planeta vivo de 2012, una publicación bianual que
repasa el impacto que el ser humano tiene sobre la Tierra, especialmente en
numerosas poblaciones de especies a través del llamado Índice Planeta Vivo.
World Wildlife Fund (WWF), Zoological Society of London, Global Footprint
Network y la Agencia Espacial Europea (ESA) son las entidades que han elaborado
la presente edición, en la que no faltan conclusiones que evidencian la
enormidad de ese impacto: la biodiversidad de la Tierra ha disminuido un 30% en
los últimos cuarenta años (un 60% en zonas tropicales). La culpa recae sobre el
imparable consumo de recursos naturales y la huella ecológica que deja. Es aquí
donde Catar lidera con gran ventaja la clasificación mundial, ya que es el
único país que sobrepasa las 10 hag (hectárea global) de consumo por persona.
La medida hag representa una hectárea con una productividad biológica media.
Catar, con
sus 11,68 hag por habitante; Kuwait, con 9,72; Emiratos Árabes Unidos, con
8,44; Dinamarca, con 8,25; y Estados Unidos, con 7,19, son los cinco primeros
responsables de que en 2008 (fecha con los últimos datos completos) la huella
ecológica de la humanidad fuera de 18.200 millones de hag (2,7 por persona).
Esta cifra es superior a la de labiocapacidad de la Tierra, que mide la
capacidad de la naturaleza para producir recursos renovables y ofrecer
servicios de absorción, como el de carbono; es decir, mide la capacidad para
regenerar la huella ecológica. En 2008 era de 12.000 millones de hag (1,8 por
persona). “Este desfase –se señala en el estudio– significa que la Tierra tarda
1,5 años en regenerar completamente los recursos renovables que los seres
humanos utilizan en un año”. El desfase en Catar es mayúsculo, al tener 2,05
hag de biocapacidad.
No sorprende
que a este ritmo cada año llegue antes el denominado Earth Overshoot Day, es decir, el día en que la
demanda de recursos por parte de la humanidad excede la capacidad del planeta
para regenerarlos y absorber desechos en ese año. En 2011 llegó el 27 de
septiembre. Desde la década de los setenta del pasado siglo, la demanda anual
de la humanidad sobre el mundo natural ha superado lo que la Tierra puede
renovar en un año.
Miguel Ángel Valladares, director de Comunicación de WWF
España, afirma que “estamos ante datos fiables y completos, proporcionados por
los propios gobiernos, que demuestran que de seguir este ritmo necesitaríamos
tres planetas Tierra en 2050, de ahí que el informe haga hincapié en la
evolución de países como los denominados BRIIC [Brasil, Rusia, India, Indonesia
y China], para que no cometan los mismos errores de los países con una mayor
huella ecológica”.
Los países
ricos e industrializados están a la cabeza de la huella ecológica, son los que
mantienen una mayor deuda ambiental con el planeta. España se sitúa en el
puesto 25º, con una huella de 4,74 hag y una biocapacidad de 1,46 hag, por
encima de la media de la UE, que es de 4,05 y 4,88, respectivamente. Por el
contrario, países y territorios donde sufren periódicas hambrunas, catástrofes
naturales y guerras, son los que menos contribuyen a gravar la huella
ecológica. Es el caso de los territorios de la Autoridad Nacional Palestina
(0,46 hag), Timor Oriental (0,47), Afghanistan (0,54), Haití (0,60), Eritrea
(0,66) y Bangladesh (0,66). También hay que citar la impagable aportación de
los países con mayor biocapacidad: Gabón (28,72 hag por habitante), Bolivia
(18,39) y Mongolia (15,33). Según el informe, aquí están los recursos que
consumen Catar o Emiratos Árabes Unidos, con alta huella y poca biocapacidad.
Miguel Ángel
Valladares explica que “esto es como una cuenta de ahorro de la que ya has
sacado los intereses y empiezas a consumir el capital, con el riesgo de
quedarte en números rojos”. Es lo que ocurre con la huella ecológica y con la capacidad
de regeneración del planeta, “donde también comenzamos a ver los números rojos
a través de fenómenos cada vez más recurrentes: sequías, derretimiento de los
polos, desertificación…”, concluye el responsable de WWF. Aunque la verdadera
conclusión positiva la aporta el citado informe Planeta vivo, ya que
al final expone 16 propuestas para revertir esta tendencia, entre las que
destacan medir el éxito más allá del PIB, incluyendo índices sociales y
ambientales en los indicadores nacionales; apoyar y recompensar la
conservación, la gestión sostenible de los recursos y la innovación; cambiar
los modelos de consumo energético reduciendo la demanda energética un 15% para
2050 en relación a 2005; reducir de forma significativa los insumos y desechos
de los sistemas de producción; y aumentar de forma significativa la red mundial
de áreas protegidas.
En el informe Planeta
vivo se explica que “la huella ecológica mide el área de tierra y agua
biológicamente productiva que se necesita para producir los recursos que
consume un individuo, población o actividad y para absorber los residuos que
ello genera, considerando la tecnología y gestión de recursos imperante”. Todas
las actividades humanas utilizan tierra biológicamente productiva y/o zonas
pesqueras, y la huella ecológica es la suma de ellas.
Para esta
ocasión se han recogido datos de seis sectores:
Cultivos
Representa la
cantidad de tierra utilizada para cultivar alimentos y fibra para consumo
humano, alimento para animales y cultivos oleaginosos y caucho.
Pastoreo
Cantidad de
tierra de utilizada para criar ganado y obtener carne, productos lácteos, piel
y lana.
Tierra urbanizada
Cantidad de
tierra ocupada por infraestructuras, incluyendo transporte, vivienda,
estructuras industriales y embalses para energía hidroeléctrica.
Forestal
Bosque
requerido para proporcionar madera, pulpa y leña como combustible.
Zonas pesqueras
Producción
primaria estimada requerida para mantener las capturas de pescado y marisco,
tanto en aguas marinas como continentales.
Carbono
Cantidad de
terreno forestal que podría secuestrar las emisiones de CO2 procedentes de la
quema de combustibles fósiles, excluyendo la fracción absorbida por los
océanos.
Fuente:
www.elpais.com
Fuente:
www.elpais.com
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ResponderEliminarhola soy gay
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