La Red Natura 2000, el principal instrumento de conservación de la biodiversidad que existe en la UE, ha crecido durante los últimos años en España hasta cubrir espacios que suman casi quince millones de hectáreas, lo que supone que el 30 por ciento del territorio nacional está dentro de esa Red.
España
se ha situado con esas cifras como el país europeo que más
superficie aporta a esta red, pero las encuestas realizadas por
algunas organizaciones ecologistas revelan que existe un elevado
desconocimiento (que ronda el 85 por ciento) sobre la red y su
significado.
Para
invertir ese porcentaje, y que los ciudadanos conozcan las bondades y
las restricciones de esos espacios, pero también las posibilidades
económicas y la compatibilidad que tienen con los usos tradicionales
del suelo, la UE financia sendos proyectos "Life+" en
España, que serán coordinados por la Sociedad Española de
Ornitología y por la Junta de Extremadura.
En
esos proyectos, dotados con unos cuatro millones de euros y que se
ejecutarán durante los próximos cuatro años, participan además el
Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, la Fundación
Biodiversidad, empresas como Red Eléctrica Española y los gobiernos
regionales de Andalucía, Castilla y León, País Vasco, Cantabria,
Navarra, Baleares, Castilla-La Mancha y Madrid.
La
Red Natura 2000 nació en 1992 como una iniciativa de la UE para
frenar la pérdida de biodiversidad, y su existencia de sustenta
sobre un complejo armazón legislativo de directivas y leyes
europeas, nacionales y de las comunidades autónomas.
RN2000, la iniciativa de conservación más ambiciosa del mundo
Para
el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, la Red
Natura es "la gran apuesta medioambiental" de la UE, el
espacio protegido más extenso del mundo y la iniciativa de
conservación más ambiciosa que existe, pero admite también que es
una figura de protección menos conocida y popular que otras (como
los parques nacionales o naturales).
En
declaraciones, Ramos ha recordado que esta red surgió como un
complemento a las figuras de protección que ya existían y que
tenían la consideración de "santuarios" de la naturaleza,
pero que la diferencia principal con éstos es que en la Red Natura
2000 la actividad humana es plenamente compatible con la protección
del entorno y con la conservación de la naturaleza.
El
secretario de Estado de Medio Ambiente considera que la complejidad
jurídica que ampara la Red ha dificultado su gestión práctica y ha
propiciado que los ciudadanos no perciban con nitidez su utilidad, y
ha subrayado que el reto principal al que se enfrenta es demostrar
que la conservación del medio no sólo es compatible con la
presencia humana y el desarrollo económico, sino que además esa
compatibilidad puede ser "exitosa".
ZEPAS, LIC, ZEC, un entramado de siglas
La
Red está formada por centenares de ZEPAS (Zonas de Especial
Protección para las Aves) y de LIC (Lugares de Interés
Comunitario), aunque estos lugares tienen que pasar un proceso desde
que son propuestos -en España por las comunidades autónomas y el
Estado- hasta que se convierten en "Zonas de Especial
Conservación" (ZEC) y se incorporan de forma oficial a la Red
Natura 2000.
Las
propias normas sobre las que se sustenta la red reconocen que el
suelo europeo está tan "humanizado" y determinado por la
presencia del hombre que muchas especies se han adaptado a esa
presencia (en prados, arrozales o dehesas) y que sería perjudicial
para ellas el abandono de las actividades tradicionales.
Desarrollo económico y conservación en la red
Sobre
uno de estos espacios trabaja el biólogo Ignasi Ripoll, responsable
de la reserva ecológica de Riet Vell, un espacio gestionado por la
Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) de casi 50
hectáreas en el corazón del Delta del Ebro donde conviven el
cultivo ecológico del arroz y la recuperación y conservación de
hábitats naturales de zonas húmedas.
Ripoll,
en declaraciones, ha observado que el propio Delta es un gran humedal
gracias a que desde el siglo XVIII es "un inmenso cultivo de
arroz". Ese arrozal -apunta- es una importante producción
agrícola; es un hábitat importante para una gran diversidad de
fauna; es un paisaje que atrae cada año a miles de turistas; y es
una reserva de caza.
"Esa
multifuncionalidad es la que hace que los espacios de la Red Natura
2000 estén muy bien valorados", ha asegurado Ignasi Ripoll.
En
la mayoría de los casos, esas actividades son, más que compatibles,
recomendables, ya que muchas especies se han acostumbrado tanto a la
presencia humana que su desaparición o la transformación del suelo
pueden afectar negativamente a su conservación, por no encontrar por
ejemplo los restos de ganado que necesitan para su alimentación o
los lugares más idóneos para la nidificación o el refugio.
Fuente:
Agencias
Agencias
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