La antigua abundancia en los campos del mochuelo le hizo protagonista del viejo dicho que manda a cada cual "a su olivo", y ahora un proyecto busca recuperar su vigencia poniendo freno al marcado declive en las poblaciones de esta pequeña rapaz nocturna.
Para
que el mochuelo "vuelva a ser lo que era", la organización
Brinzal lanzó el año pasado -con financiación de la Fundación
Biodiversidad- la iniciativa "un
mochuelo en cada olivo",
que busca implicar a agricultores de una zona del sureste de Madrid
en la conservación de estas aves.
"El
mochuelo siempre ha sido un ave muy común en nuestros campos, pero
sus poblaciones están disminuyendo alarmantemente", ha
asegurado Patricia Orejas, la coordinadora de Brinzal.
En
la última década, el número de mochuelos ha caído un 40 % -la
población estimada es de 50.000 ejemplares- "principalmente por
el abandono de los cultivos tradicionales y los cambios en los usos
de la agricultura", ha apuntado Orejas.
La
bióloga destaca el impacto de la intensificación agraria, que
provoca que desaparezcan las lindes de los cultivos, los árboles
viejos, los setos y los posaderos donde el ave encuentra refugio y
alimento.
Los
agricultores que quieran sumarse al proyecto tendrán que cumplir una
serie de requisitos para que sus usos agrícolas sean compatibles con
la presencia del ave: por ejemplo, no roturando los olivares más de
una vez al año o controlando el uso de fitosanitarios.
También
colocan pequeñas estacas donde puedan posarse los mochuelos, "porque
una de las cosas que echan de menos son los posaderos desde los que
cazan sus presas", ha comentado Orejas.
A
cambio de su participación, la asociación etiquetará los productos de los
agricultores con un sello que certifique su carácter "favorable
al mochuelo".
Sin
olvidar que esta pequeña ave nocturna es una gran aliada de los
agricultores, ya que combate gratis y de forma natural las plagas de
roedores y langostas.
De
momento, el proyecto abarca 300 hectáreas -principalmente de olivar,
pero también viñedos y huertos ecológicos- de cultivo entre Morata
y Perales de Tajuña, una zona agrícola del sureste de la Comunidad
de Madrid.
Como
parte de la iniciativa, se han liberado en el área unos 25
mochuelos, "pacientes" de su hospital de rapaces nocturnas
o juveniles criados en cautividad en sus instalaciones.
Brinzal
es una asociación dedicada desde 1986 al estudio y la conservación
de las rapaces nocturnas, y su principal actividad es la
rehabilitación de estas aves en su "hospital" de la Casa
de Campo de Madrid.
Más información:
http://brinzal.org/un-mochuelo-en-cada-olivo/
http://brinzal.org/un-mochuelo-en-cada-olivo/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu opinión. Siempre es importante aprender de los demás.