La
investigación -desarrollada con la especie "Aedes aegypti", que
transmite el dengue y la fiebre amarilla- revela que los mosquitos ignoran la
sustancia denominada DEET, el ingrediente más habitual en los repelentes, una
vez han entrado en contacto con ella una vez.
La sustancia
fue desarrollada inicialmente por el Ejército de Estados Unidos, después de la
experiencia de sus soldados en zonas de selva durante la Segunda Guerra
Mundial.
Durante años,
el DEET se utilizó para ahuyentar a los mosquitos, a pesar de que no se
comprendía por qué ayudaba a mantenerlos alejados, y estudios recientes
demostraron que era el olor que desprende esa sustancia el que repelía a los
insectos.
A la segunda,
pierde su eficacia
Ante la
preocupación por el hecho de que los mosquitos se hagan resistentes a los
repelentes, los investigadores sometieron a los insectos a una prueba en el
laboratorio: les pusieron a su alcance el brazo de uno de los científicos
rociado con DEET.
Como
esperaban, el repelente hizo que los mosquitos no se acercaran al investigador
en primer término, si bien unas horas más tarde los mismos insectos ya no eran
ahuyentados por la sustancia.
Para entender
ese comportamiento, los investigadores instalaron electrodos en la antena de
los insectos.
"Hemos
sido capaces de monitorizar la respuesta de los receptores que tienen los
mosquitos en la antena y hemos comprendido que pierden sensibilidad ante la
sustancia", explicó a la cadena BBC James Logan, uno de los autores del
estudio.
El científico
señaló que "los mosquitos evolucionan a mucha velocidad" y subrayó:
"cuanto mejor comprendamos cómo funcionan los repelentes, seremos más
capaces de solventar el problema de la resistencia".
Fuente:
http://www.lshtm.ac.uk/newsevents/news/2013/mosquito_deet_research.html
Fuente:
http://www.lshtm.ac.uk/newsevents/news/2013/mosquito_deet_research.html
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