De este 19% de reptiles en peligro de extinción, el 12% se sitúa en la categoría “en peligro crítico de extinción”, el 41% “en peligro” y el 47% en “Vulnerables”.
De las especies “en peligro crítico de extinción” habría tres que ya prácticamente habrían desaparecido como el lagarto corredor que fue localizado en varias zonas de Bolivia. Según el estudio, el nivel de amenaza sigue siendo “particularmente alto” en las regiones tropicales sobre todo por la conversión de los hábitats a usos agrícolas y la explotación maderera.
Otra de las especies que corren un riesgo “especialmente elevado” serían las tortugas de agua por el alto nivel de amenaza al que se enfrenta la biodiversidad del agua dulce del planeta en general. Así, el 30% de los reptiles de agua dulce estarían próximos a desaparecer, un porcentaje que se eleva hasta el 50% en el caso de las tortugas de agua dulce, afectadas por el comercio nacional e internacional.
Respecto a los reptiles terrestres, “sus áreas de repartición con frecuencia limitadas, su movilidad restringida y sus específicos requerimientos biológicos y ambientales” los convierten en particularmente vulnerables a la presión atrópica. Es el caso del lagarto Anoli en Haití, donde seis de las nueve especies estudiadas corren un elevado riesgo de extinción por causa de la deforestación.
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