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lunes, 28 de septiembre de 2020

Una pequeña raya de 11 centímetros para un proyecto pionero en Mallorca (España)

Una asociación facilita desde junio la incubación de decenas de ejemplares de huevos de tiburón y raya entregados por los pescadores.

Una hembra de apenas ocho gramos de peso y once centímetros de longitud. Son las medidas del primer ejemplar de raya nacida de un huevo recuperado de la pesca accidental en Mallorca. Podría ser el primero de muchos. La Asociación Cayume, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la conservación de la biodiversidad marina, puso en marcha el pasado mes de junio en Andratx (Mallorca) el innovador proyecto Eggcase 2020 que trata de recuperar los huevos de tiburones y rayas que son pescados de forma accidental por los marineros que faenan en la zona.

El objetivo es dar una segunda oportunidad a estos huevos permitiendo unas condiciones óptimas para su incubación y la posterior liberación de los ejemplares nacidos en el mar cuando han alcanzado la talla adecuada. Mediante un acuerdo con la Cofradía de Pescadores de Andratx, el personal de la asociación se encarga de recoger los huevos que las embarcaciones recogen de forma accidental y de llevarlos a las instalaciones del Laboratorio de Investigaciones Marinas y Acuicultura del municipio donde se mantiene el proceso de incubación hasta la eclosión de los huevos.

El primer ejemplar nacido del proyecto ha sido una raya hembra de la especie Roja Clavata que rompió el cascarón el 19 de septiembre y nació sin problemas aparentes. Ya ha sido trasladada a la zona de cría, donde se mantendrá alimentándose con la ayuda del personal de la entidad hasta alcanzar una talla óptima para ser liberada en el mar. “El tiempo de incubación depende de la especie, actualmente trabajamos con las 16 especies de tiburones y rayas ovíparas que hay en el mar balear. Algunas como la que ha nacido ahora tiene una incubación de tres o cuatro meses pero otras se prolongan hasta los once”, explica el presidente de la Asociación Cayume, Guillem Félix.

Los pescadores de la cofradía tienen perfectamente identificados los distintos tipos de huevo, muy característicos. “Los huevos de tiburón son más bien rectangulares y los de raya más cuadrados. Tienen bastante mano para su identificación”, señala Félix. Actualmente la asociación cuenta con casi una veintena de huevos en proceso embrionario, aunque han recuperado alrededor de 70 ejemplares. De éstos, tan solo tres son de tiburón, una especie de la que creen que podrán salvar más huevos con la segunda fase del proyecto, que prevé recuperar los ejemplares que se encuentren en el vientre de las hembras que lleguen a las lonjas.

“Somos conscientes de que muchos de estos huevos cuando llegan a nuestras manos están fastidiados y su desarrollo está parado. También hay muchos que no están fecundados, estas especies tienen una tasa de fecundidad muy baja”, destaca Félix, que espera que con el proyecto, que durará hasta el próximo mes de junio, puedan obtener la tasa real de recuperación de los ejemplares. La mayoría de las especies de tiburones y rayas del Mediterráneo se encuentran en peligro de extinción, de ahí la importancia del proyecto para proteger el mayor número de ejemplares posible.

El proyecto Eggcase 2020 se ha llevado a cabo con la colaboración del Gobierno de Baleares, que ha cedido las instalaciones del Laboratorio de Investigaciones Marinas y Acuicultura. La Fundación Marilles, que se dedica a la financiación de proyectos de mejora del mar balear, se ha encargado de la parte económica de la iniciativa.

Fuente y más información:
https://cayume-ib.org/

Proyecto Eggcase 2020

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