Cada día, en
la mayoría de los países se utilizan dispositivos para medir la calidad del
aire, a través de estaciones de monitoreo y sensores ubicados en puntos
estratégicos de las ciudades, y así saber si el nivel de partículas
contaminantes está dentro de determinados estándares y normativas legales.
En caso de
que se rebase el estándar que cada país determina, se supone que se toman
medidas para mejorar la calidad del aire, pues de lo contrario representa
riesgos para la salud. Estas mediciones se realizan a través de aparatos
complejos y mediciones que requieren ser interpretadas por especialistas para
transmitirse a la población en general.
Lo cierto es
que con estas mediciones en puntos estratégicos, surge el problema de que si
nosotros vivimos en alguna zona más, o menos contaminada que las monitoreadas,
tal vez el resultado no sea tan exacto para nuestro entorno.
Pues ahora un
grupo de estudiantes, tecnólogos, diseñadores, arquitectos de Nueva York y
Ámsterdam, crearon un proyecto llamado “Air Quality Egg”, que es un
sistema de sensores que permite a los usuarios monitorear de manera muy precisa
al salir de sus casas los datos sobre CO2 (dióxido de carbono) y NO2 (dióxido
de nitrógeno), que son los principales y más tóxicos contaminantes de la
atmósfera, y poder compartir los resultados de este monitoreo vía internet con
más usuarios.
Este pequeño,
pero útil invento, se compone de de tres partes: el sensor exterior para
monitorear la calidad del aire, una estación base (huevo) y transmisores que
envían los datos recolectados a una base de datos central por medio de una
conexión a internet.
El sistema
funciona con el sensor exterior que se puede colocar en una pared exterior del
edificio o casa donde vive el usuario, y el sensor toma medidas cada cierto
tiempo para transmitir a la base receptora, ubicada dentro de la casa, y
después las enviara a la base central, que es abierta y almacena las mediciones
además de facilitar la consulta de los datos por medio de internet. Los datos
generan gráficas en tiempo real del comportamiento de la calidad y se pueden
programar alertas vía sms ó twitter en caso de que se tenga una mala calidad
del aire.
El “Air
Quality Egg” fue financiado a través de Kickstarter, un sistema de
“crowdfounding”, donde los usuarios de una comunidad virtual pueden financiar
proyectos que les llamen la atención; y hace dos semanas alcanzó la meta
de financiamiento que necesitaba para poder fabricar el producto y
comercializarlo.
Sería
sensacional poder verlo a la venta en toda Latinoamérica, y ojalá tener un
aparato como éste nos ayudara a hacernos más conscientes de qué acciones
podemos hacer o dejar de hacer a nivel individual, familiar, y laboral para
disminuir cada día la contaminación ambiental en nuestro entorno.
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