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lunes, 14 de mayo de 2012

Las emisiones de óxido nitroso subirán un 16 % en la próxima década


La expansión de los cultivos y la demanda de carne para alimentar a la población mundial incrementarán las emisiones globales de óxido nitroso, N2O, en un 16 por ciento hasta 2022, según informa hoy la revista "Nature Climate Change".

Las emisiones de este gas -el cuarto responsable del efecto invernadero tras el dióxido de carbono, el metano y el ozono troposférico- pasarán de 6 a 7 millones de toneladas anuales entre 2012 y 2022.

La mayor parte de este incremento se deberá a la mayor utilización de fertilizantes a base de nitrógeno y tendrá lugar en países de Asia, Latinoamérica y África.

Agricultura emisiones

"La alimentación de una población mundial en crecimiento y el incremento del consumo medio de carne por habitante impulsarán al alza significativamente las emisiones causadas por la agricultura", explicó a Efe el investigador de la Universidad de Edimburgo (Escocia) David Reay, autor principal del artículo.

Aunque una parte de este gas es emitida a la atmósfera por fuentes naturales, entre el 40 y el 50 por ciento de las emisiones desde 1990 proceden de actividades humanas como la quema de biomasa, el uso de fertilizantes en la agricultura o una serie de procesos industriales.

Uso de fertilizantes

Según el estudio de Reay, en 2050 la agricultura aportará entre el 75 y el 85 por ciento de las emisiones de este gas, un porcentaje significativamente mayor que el 60 por ciento contabilizado en 2005.

Medidas como la racionalización del uso de estos fertilizantes y cambios en los hábitos alimenticios podrían evitar una parte de este incremento, recomienda Reay.

Pollo y coches

Así, reducir el consumo de pollo por habitante en los países desarrollados a los niveles de Japón (donde gran parte de la dieta es a base de pescado) permitiría reducir en más de 100.000 toneladas anuales las emisiones de óxido nitroso, lo que equivale a 46 millones de toneladas de dióxido de carbono, CO2.

"Esta medida nos permitiría disminuir la misma cantidad de emisiones que si retirásemos de las carreteras más de un millón de coches", precisó Reay.

Evitar la ingesta excesiva de calorías o disminuir la cantidad de comida desperdiciada, también supondría una reducción importante, afirmó Reay.

"Alrededor de un tercio de la comida producida en todo el mundo termina en la basura. Evitar este desperdicio permitiría alimentar a más personas y evitar emisiones", añadió este experto en cambio climático.

 Riesgos del "efecto perverso" de los combustibles bioenergéticos

Reay, quien defiende que la agricultura ha causado una "perturbación inmensa" en el ciclo natural del nitrógeno desde la revolución industrial, alertó sobre los riesgos del "efecto perverso" de los combustibles bioenergéticos para las emisiones globales de óxido nitroso.

En este sentido, estudios previos apuntan a que la utilización de estos combustibles crecerá de 160 millones de toneladas en 2010 a 200 millones de toneladas en 2020, por lo que se deberán destinar más tierras al cultivo de trigo, cereales secundarios y aceites vegetales.
La expansión de los cultivos y la demanda de carne para alimentar a la población mundial incrementarán las emisiones globales de óxido nitroso, N2O, en un 16 por ciento hasta 2022, según informa hoy la revista "Nature Climate Change".

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