Medio Ambiente lanza en
la finca pública más emblemática la gestión cinegética privada
El organismo busca
triplicar los ingresos privados tras los recortes
Quintos de
Mora, lo más parecido al Camp David español, la finca más emblemática de
Parques Nacionales, lugar de acogida de líderes extranjeros, tendrá a partir de
otoño cazadores privados disparando a venados y jabalíes. En un cambio drástico
en la gestión, el Organismo Autónomo de Parques Nacionales, dependiente del
Ministerio de Medio Ambiente, ha sacado a licitación los recechos y monterías
de la temporada 2012-2013. Hasta ahora, solo los guardas controlaban el exceso
de ciervos. El departamento que dirige Miguel Arias Cañete abre así una vía que
terminará en la autorización de la caza privada en los parques nacionales.
El
presupuesto de Parques ha bajado de 99 millones en 2011 a 66 este año (un
tercio menos). Pero aún más ha caído la transferencia directa del ministerio a
Parques, que baja de 90 millones a 38 (un 58% menos frente a la caída del 31,2%
de todo el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente). El resultado es que
para cuadrar las cuentas Parques Nacionales debe triplicar sus ingresos
privados, de 9 a 28 millones.
La situación
se agrava porque una de sus principales fuentes de ingresos, la venta de madera
de los montes de Valsaín (Segovia), se ha desplomado y ahí deja de ingresar
unos tres millones. Así que Parques ha paralizado las compras de fincas
—alrededor de las Tablas de Daimiel— y se ha lanzado a vender monterías en sus
propiedades. Con eso y el remanente de caja espera poder superar el año, aunque
nadie sabe cómo será el próximo ejercicio.
La primera es
la de Quintos de Mora, 6.800 hectáreas adquiridas por el Patrimonio Forestal
del Estado en 1942 en Los Yébenes (Toledo). El lugar en el que Felipe González
y Baltasar Garzón pactaron la entrada del segundo en política y donde Aznar y
Zapatero recibieron a Vicente Fox, George W. Bush y Lula da Silva, entre otros.
Junto con Las Marismillas, en Doñana, es la finca pública más simbólica.
El Boletín
Oficial del Estado publicó el jueves la licitación por un procedimiento
al alza del “aprovechamiento de monterías y recechos durante la temporada
cinegética 2012-2013”. El precio de salida es de 82.600 euros para las
monterías y 7.375 para los recechos. La cantidad es muy baja, según fuentes del
sector, para la caza de unos 300 venados y jabalíes.
Desde que en
1996 Aznar llegó a La Moncloa no ha habido caza en Quintos de Mora —antes
realizaba batidas una sociedad cinegética local—. El expresidente frecuentaba
la finca y pidió que acabar con ello. El exministro de Justicia Mariano
Fernández Bermejo sí cazó allí en 2009 pese a que no estaba permitido.
Como las
fincas colindantes tienen vallados cinegéticos —Juan Abelló posee propiedades
alrededor—, hay poco movimiento de predadores y los ciervos se reproducen sin
control. Miguel Ángel Hernández, responsable de conservacíón de especies de
Ecologistas en Acción, explica que actualmente los guardas de Parques y de la
Junta de Castilla-La Mancha abaten ejemplares uno a uno o los capturan en
trampas y luego los sueltan en otros lugares.
Hernández
insiste en que aunque el resultado sea el mismo, la forma es relevante: “Los
guardas cazan eligiendo los ejemplares que abaten. Pero ahora harán monterías,
en las que rehalas de perros barren una zona enorme. Los cazadores van a pasar
el día en todoterreno, algo que tiene un impacto enorme. Espero que no piensen
en abrir caminos y tiraderos”.
Además, recuerda que “los guardas abaten
principalmente hembras para controlar la población, pero los cazadores quieren
machos, con lo que no sirve para eso”. En Quintos de Mora anida la cigüeña
negra, el buitre negro y el águila imperial, entre otras especies protegidas,
además de ser un lugar idóneo para reintroducir el lince en los Montes de
Toledo. Dentro de Parques hay gente que recela del cambio y habla del “giro
copernicano” que supone pasar de hablar de “control de poblaciones a gestión
cinegética”.
El presidente
de la Real Federación Española de Caza, Andrés Gutiérrez Lara, considera que al
fin el Gobierno les hace caso —era una histórica reclamación de los cazadores—,
pero considera que “el ministerio podría conseguir mucho más de 90.000 euros”.
El temor de
los ecologistas no solo es por Quintos de Mora. “Hay fincas menos emblemáticas
pero con mejores valores ambientales”, opina Juan Carlos del Olmo, de WWF.
Lugar Nuevo y Selladores, en Jaén, por ejemplo, donde hay un programa de lince.
Y después irán los parques nacionales, aunque para eso hace falta cambiar la
ley, donde se podrían cazar ciervos en Monfragüe (ya se hace sin cobertura
jurídica en fincas privadas), cabras en Sierra Nevada o lobos en los Picos de
Europa.
Los
ecologistas ahí sí auguran batalla, ya que argumentan que los parques
nacionales son la joya de la corona y suponen menos del 1% del territorio. Una
fuente del sector resume el sentir de los que se oponen: “Puede que el impacto
sea el mismo si lo cazan los guardas o los cazadores. Pero no me gustaría ver
en una revista anuncios de monterías en Doñana”.
Ecologistas
en Acción reclama que si Parques Nacionales tiene que recortar puede hacerlo
fácilmente en la gestión cinegética de la Encomienda de Mudela, una finca
privada en Ciudad Real y en la que el ministerio cría perdices para que cace el
Rey. “Deberíamos dejar de financiar con dinero público esa caza, intensiva y
contraproducente”, afirma Miguel Ángel Hernández, de Ecologistas en Acción.
Esa es la
típica partida de los presupuestos no asignada a la Casa del Rey. Medio
Ambiente paga las perdices y Patrimonio el mantenimiento del palacete. Los
contratos rara vez se publican en el BOE porque se usa un procedimiento
reservado alegando motivos de seguridad, según fuentes de Parques. El actual
director del organismo, Basilio Rada, ha sido durante los últimos ocho años el
responsable de la gestión en Mudela. Medio Ambiente afirmó ayer que el contrato
vigente expira en octubre de 2013 y que hasta entonces todo se mantiene.
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