Así, el CSIC explica que
las bacterias genera carbonato cálcico, que se acumula en la periferia del
animal a modo de protoesqueleto.
Las bacterias
calcificadoras pudieron ser las creadoras del esqueleto de algunos animales, ya
que se han encontrado en el interior de las células de algunas esponjas
marinas, los animales más antiguos de la Tierra, según una investigación del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) recogida en la revista
científica Evolution.
Así, el CSIC
explica que las bacterias genera carbonato cálcico, que se acumula en la
periferia del animal a modo de protoesqueleto. Concretamente, dentro de las
células de esponjas de los géneros Hemimycale y Crella residen miles de
bacterias productoras de precipitados de carbonato cálcico (CaCO3) que se
acumulan en la periferia del animal a modo de protoesqueletos.
Además, la
investigación señala que, a diferencia de la mayoría de las bacterias, estos
microorganismos, bautizados como calcibacterias, carecen de pared celular.
Estas calcibacterias se dividen en el interior de las células de las esponjas
hasta que quedan atrapadas por la envoltura calcárea que ellas mismas producen.
"Este es
el primer registro de bacterias que calcifican en el interior de células
animales", afirma el artículo de Evolution, que añade que las
calcibacterias son transportadas por las células de las esponjas hasta la
superficie del animal donde las liberan.
La
investigadora del Centro de Estudios Avanzados de Blanes del CSIC Iosune Uriz,
que ha dirigido el estudio ha precisado que la acumulación de cientos de miles
de estos corpúsculos de menos de una micra de diámetro, da lugar a una especie
de exoesqueletos externo que es rudimentario.
Las
calcibacterias no sólo viven en el interior de las células de las esponjas,
sino que, además, son transferidas a la progenie de los poríferos las durante
la formación de los embriones.
De acuerdo a
la investigación, de esta forma se asegura la perpetuación de la producción del
protoesqueleto calcáreo a lo largo de las generaciones de esponjas.
Asimismo,
apunta que la abundancia de estas bacterias en el cuerpo de las esponjas es muy
elevada y que las envolturas calcáreas representan entre el 30 por ciento y el
60 por ciento del peso en seco del animal.
A pesar de
ello, no se ha detectado ningún perjuicio en la esponja huésped derivado de esta
asociación. Al contrario, el género Hemimycale ha demostrado crecer más rápido
que otras variedades de esponjas del mismo hábitat.
Por otro
lado, el estudio del CSIC vincula esta simbiosis con la teoría evolutiva de la
simbiogénesis, de la bióloga evolutiva Lynn Margulis en 1981 y que propone el
origen de las células de animales y plantas como resultado de la asociación
íntima entre distintos tipos de bacterias.
Por lo tanto,
algunos microorganismos como los encontrados en el interior de las esponjas
podrían haber producido calcificación en las células de animales primitivos,
del mismo modo que otras bacterias dieron lugar a las mitocondrias y al núcleo.
Esta
investigación ha sido financiada por el Plan Nacional de I+D+i del Ministerio
de Economía y Competitividad y ha contado con el apoyo de la Generalitat de
Cataluña.
El
equipo de investigación del CSIC quiere dedicar este trabajo a la memoria de
Margulis, que colaboró en la interpretación de los resultados y falleció en
noviembre de 2011.
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