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jueves, 5 de julio de 2012

El INTA estudia la incidencia del Sáhara en el cambio climático


La campaña Amisoc analiza las partículas procedentes del desierto africano a través de un sofisticado conjunto de equipos · La Universidad de Huelva participa en el novedoso proyecto de El Arenosillo

Las tormentas de arena que se gestan en el desierto del Sáhara alcanzan España cada vez que las condiciones climáticas se alinean para que, por acción de las corrientes, arrastren a miles de kilómetros todo ese polvo que tiñe de rojo la atmósfera y produce esas precipitaciones en las que se dice que llueve barro. Pero más allá de los inconvenientes que acarrea este fenómeno meteorológico, los científicos desconocen en profundidad la incidencia que estas micropartículas tienen en el balance energético de la tierra y, en consecuencia, en el cambio climático.

Dada su importancia se hace necesario continuar profundizando en el comportamiento de estos gases y partículas cuando les alcanza la radiación solar y, por ende, cómo éstas disipan o absorben la energía que les llega del astro rey.

De forma simplificada éste es el objetivo en el que trabaja el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) en la Estación de Sondeos Atmosféricos El Arenosillo, en Mazagón, que estos días desarrolla el grueso de una campaña denominada Amisoc, asociada a los programas de I+D+I del Plan Nacional de Investigación Científica y Tecnológica.

Benito de la Morena, director de la Estación de Sondeos Atmosféricos del INTA, explica que en el proyecto se han involucrado diferentes universidades. La de Huelva, aportando un medidor de polen; su homónima de León, con un Cimel para el cálculo de aerosoles; la de Granada, con un PSAP que evalúa la influencia de dichos gases en el balance en la radiación solar y, por lo tanto, en el balance energético; y la Universidad Politécnica de Cataluña, con instrumentos para captar el gas radón.

Asimismo, la Estación Biológica de Doñana (EBD) ha equipado una de las torres en El Arenosillo, una de las más altas que se disponen en España, de 100 metros de altura, con diversos equipos capaces de calcular una enorme gama de gases y partículas.

Precisamente, De la Morena señala que esta aportación se circunscribe al convenio de colaboración científica que firmaron ambas entidades en octubre de 2011 y que revela la "preocupación que despierta en la EBD cualquier incidencia medioambiental que concierna al Parque Nacional de Doñana".

De otro lado, el propio INTA suma a estos efectivos sus activos laborales e instrumental habitual para la medición del ozono superficial, nitroso, partículas ultrafinas, aerosoles, contenido total de ozono y radiación solar.

El jefe de Área de Instrumentación e Investigación Atmosférica del INTA en Madrid, Manuel Gil Ojeda, explica que oficialmente la campaña se concentra desde el 21 de mayo al 16 de junio, primordialmente debido a la plena "disposición del avión C 212 para realizar las mediciones puntuales en el aire, centradas en captar y analizar desde partículas nanométricas hasta otras más grandes de docena de micras, si bien las mediciones rutinarias desde tierra continuarán desarrollándose durante todo el año".

En este campo el pájaro de acero realiza un vuelo a baja altura y desde este punto en espiral ascendente, va recogiendo esas partículas y midiendo el ozono troposférico, así como el cloro, yodo, bromo y halógenos que pueden modificar a la capa de ozono que nos protege de las radiaciones ultravioletas que, en última instancia, provocan cáncer de piel y severos riesgos para la biosfera.

El máximo responsable del proyecto relata que a finales de año se obtendrán los primeros resultados, una vez se disponga de los informes en función de los datos que arrojen los diferentes instrumentos de medida y se cotejen para una interpretación global.

Ojeda enfatiza en que el desarrollo de campañas multidisciplinares obliga a poner en común todos los datos y la sapiencia de los diferentes científicos que son especialistas en sus instrumentos de medición.

Para la campaña de El Arenosillo se ha contado con un aparato laser de la NASA que emite más de 2.000 pulsos por segundo y que es capaz de rastrear la altura y espesor de las partículas en suspensión e igualmente ese polvo del Sáhara. Este aparato regresará l 1 de junio a Santa Cruz de Tenerife, lugar donde en 2013 se desarrollará la segunda fase del proyecto Amisoc.

Precisamente en las islas Canarias existe una fuerte carga de aerosoles, debido a que por su cercanía con el continente africano y el desierto, las intrusiones saharianas son frecuentes "y, lo que es más importante, puede realizarse observaciones simultáneamente e in situ en la Capa Límite Marina y la troposfera libre, gracias a la propia geografía de la provincia".

Traducido al argot de calle, en las islas se tomarán medidas en la punta del Teide, a 3.500 metros de altura; en el Centro de Investigación Atmosférica de Izaña de la Agencia Estatal de Meteorología, situado a 2.400 metros de altura; y un tercer análisis de la incidencia de las partículas saharianas al nivel del mar. De este modo se contarán con datos a distintas latitudes geográficas y diferentes niveles altura.
Más información:

Medidor situado bajo el ala del avión C212 con el que el INTA realiza pruebas atmosféricas de partículas saharianas en la provincia de Huelva.

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