Compasión
por los demás, comunicación, uso de herramientas, lenguaje, cuidado
de los mayores y las crías, chantaje… poco a poco, casi todas las
actividades o sentimientos que se consideraban propios del ser humano
han encontrado equivalentes en el mundo animal. Y la última es la
idea de lo que es justo o no. Es la conclusión de un trabajo hecho
en el Yerkes National Primate Research Center de la Universidad de
Emory (Atlanta, EE UU) que publica PNAS.
El
estudio ha consistido en una adaptación del juego Ultimatum game. En
él, uno de los participantes debe elegir un objeto (una ficha que
tiene colores diversos) que lleva asociado un premio, pero la
obtención de la recompensa debe efectuarla otro concursante. Por
tanto, ambos tienen que negociar cómo se reparten lo que van a
ganar, porque si no el segundo no cooperará con el primero.
En
la investigación se usaron seis chimpancés, y se comparó su
comportamiento con el de 20 niños (de dos a siete años). A los
animales se les recompensaba con comida, y a los chicos con
pegatinas. Según el color de la ficha que el primero de los
componentes de cada pareja eligiera, así se repartiría el premio
entre él y el otro componente. La conclusión es que en ambos casos,
simios y personas, la tendencia era a usar el sistema más justo: el
que facilita un reparto al 50%.
“Hemos
concluido que los chimpancés no solo tienen un sentido de la
justicia muy cercano al de los seres humanos, sino que los animales
toman exactamente las mismas decisiones que nuestra especie”, ha
dicho Frans de Waal, uno de los coautores del artículo. La necesidad
de colaborar es común a muchos animales, desde insectos a los más
evolucionados o con mayores capacidades intelectuales, como delfines
o simios. En los chimpancés, animales grupales que viven en
sociedades fuertemente jerarquizadas y que son muy interdependientes,
esta capacidad es fundamental.
Pero
el parecido con los humanos llega también al grado de la injusticia.
Porque si de alguna manera el individuo que hacía la elección
primera podía imponerse al otro, entonces en ambos casos, niños y
primates, elegía la opción con la que recibía una recompensa
mayor.
Más información:
http://www.yerkes.emory.edu/animals/index.htmlhttp://www.pnas.org/
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http://www.yerkes.emory.edu/animals/index.htmlhttp://www.pnas.org/
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