Un estudio
publicado en Science revela que la mosca de la fruta es capaz de
detectar la amenaza de las avispas parasíticas y actúa en consecuencia para
proteger a sus larvas de la infección.
Cuando la
hembra de la mosca Drosophila melanogaster ve una avispa en los
alrededores, deposita sus huevos en alimento que contiene niveles tóxicos de
alcohol, no soportados por el parásito, para prevenir que su descendencia sea
infectada.
Este
comportamiento en el cual los individuos, en presencia de elementos patógenos,
adoptan ciertos comportamientos para prevenir el contacto con ellos, es
denominado por los investigadores ‘respuesta de comportamiento inmune’. “Hay
muchos ejemplos de este tipo de comportamiento en diferentes especies” afirma a
SINC Todd Schlenke, uno de los autores del artículo “Algunos ejemplos son los
chimpancés, que comen ciertas plantas antibacterianas cuando tienen infecciones
de estómago o las mariposas monarca, que ponen sus huevos en asclepias (una
planta tóxica)”
Los
investigadores, de la Universidad de Emory (Atlanta, EE UU), colocaron dos
platos de comida para la deposición de los huevos: uno con alcohol y otro sin
él. En ausencia de avispas las hembras prefirieron para sus larvas el plato sin
alcohol.
Sin embargo,
cuando veían avispas alrededor, la gran mayoría prefirió el plato con alto
nivel de alcohol, asumiendo los perjuicios que este puede causar a sus larvas.
La mosca de
la fruta ha desarrollado una tolerancia al alcohol debido a que se alimenta de
comida en descomposición. Sin embargo, las avispas no toleran niveles altos de
alcohol y no pueden infectar a las larvas situadas en estos platos.
Utilizan la
vista para detectar el peligro
El estudio
también demuestra que las moscas son capaces de recordar la presencia de la
avispa hasta cuatro días después de que esta haya desaparecido, periodo durante
el cual continúan depositando sus huevos en el plato de comida con alto
contenido alcohólico. Esto significa que las moscas almacenan la información de
la presencia de la avispa en la memoria a largo plazo.
Los
investigadores afirman que las moscas literalmente ven a las avispas, pero no
solo eso, sino que son capaces de diferenciar unas especies de otras y los
machos de las hembras.
Cuando las
moscas fueron expuestas a avispas hembra de familias parasíticas, depositaron
sus larvas en el plato con alcohol, pero esto no ocurrió cuando las avispas
eran machos –que no son parasíticos– o individuos de especies no parasíticas.
Cuando las
moscas fueron expuestas a avispas hembra de familias parasíticas, depositaron
sus larvas en el plato con alcohol, pero esto no ocurrió cuando las avispas
eran machos –que no son parasíticos– o individuos de especies no parasíticas.
Esta capacidad de reconocimiento es innata en las moscas, pues ninguno de los
individuos utilizados en el experimento había visto antes una avispa.
El
reconocimiento de imágenes de forma innata es importante para la mayoría de los
organismos, que necesitan ser capaces de reconocer depredadores, comida y a
otros congéneres. “La mosca de la fruta, al ser un animal modelo de laboratorio,
puede ser utilizada para entender cómo estas imágenes se generan y se guardan
en el cerebro” afirma Schlenke.
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