Desde cultivos
extensivos de cereal o pastizales, pasando por bosques típicos mediterráneos
(pinares o robledales), hasta prados puramente alpinos: el Prepirineo Central
Catalán supone la transición perfecta del paisaje.
Más de 57.000
hectáreas de esos ecosistemas tan diferentes integran el espacio “Prepirineo
Central Catalán”, un lugar incluido en la Red Natura 2000 y catalogado como
Lugar de Interés Comunitario (LIC) y como Zona de Especial Protección para las
Aves (ZEPA).
Ecosistemas
que se extienden a lo largo de tres provincias catalanas (Lérida, Barcelona y
Gerona) y que se elevan desde los 700 metros de altitud hasta casi 2.700, una
cota que en nada envidia a su “hermano mayor” (los Pirineos).
Valles y cumbres asimétricos
El Prepirineo
Central Catalán presenta relieves muy abruptos entre los que destaca el
modelado “kárstico” producido por la erosión del agua, pero las diferentes
sierras que integran este espacio y sus valles se caracterizan además por la
asimetría de su relieve y sobre todo por las altitudes que alcanzan algunas
cumbres.
Además de los
robledales, de los pinares o de la vegetación típicamente alpina, en el
prepirineo catalán se localizan algunas especies vegetales endémicas o “muy
raras” en el resto de Cataluña, como la orquídea conocida como “zapatito de
dama” o el “perejil de rebeco” una extraña planta que crece por encima de los
1.900 metros de altitud.
El espacio
reúne características zoológicas muy singulares, ya que conviven especies
típicamente mediterráneas con otras propias de cotas más altas, y precisamente
una de las peculiaridades del lugar es que es el límite del área de
distribución de algunas de las especies más emblemáticas de la península
Ibérica, como el rebeco, el urogallo o el águila real.
Especies alpinas junto a otras
típicamente ibéricas
Así, además
de por la evolución del paisaje, este espacio de la Red Natura 2000 destaca por
ser un área de confluencia de especies alpinas y de otras típicamente
mediterráneas.
Porque en el
prepirineo central de Cataluña conviven tritones o topillos propios de
altitudes muy elevadas con abejeros, milanos, alimoches, buitres, búhos y
águilas.
El espacio
está considerado como un lugar de gran interés debido a esa variedad de
ecosistemas y de especies y como una pieza “clave” e incluso “única” para que
la región alpina española esté suficientemente representada en la Red Natura.
La economía
de la zona se sustenta sobre las actividades forestales y ganaderas, la
piscicultura, la agricultura y la minería, pero además destacan los usos
turísticos y deportivos y de hecho dentro de este espacio están incluidas
instalaciones de esquí alpino.
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