El
agua más caliente contiene menos gas, por lo que se espera que el
cambio climático reduzca los niveles de oxígeno en todo el mundo y,
de hecho, las observaciones muestran que esto ya está ocurriendo en
muchos lugares.
Una
investigación realizada por expertos de la Universidad de
Washington, en Estados Unidos, muestra que el cambio climático, a
medida que debilita los vientos alisios, podría reducir el tamaño
de aguas extremas con poco oxígeno. "Los trópicos, en
realidad, deberían estar mejor oxigenados conforme el clima se
calienta", resalta el autor principal de este estudio, Curtis
Deutsch, profesor asociado de Oceanografía en la Universidad de
Washington, en Estados Unidos.
El agua
más caliente contiene menos gas, por lo que se espera que el cambio
climático reduzca los niveles de oxígeno en todo el mundo y, de
hecho, las observaciones muestran que esto ya está ocurriendo en
muchos lugares. La disminución durante los últimos 20 años en las
zonas tropicales de poco oxígeno, las aguas más bajas en oxígeno
del planeta, dio lugar a un estudio de 2008 que propuso que estas
zonas también empeoran con el tiempo.
Las
regiones tropicales están normalmente asociadas con abundancia de
vida, pero poseen algunos de los lugares más inhóspitos para los
habitantes del océano. Las zonas de oxígeno mínimo frente a México
y Perú contienen niveles de oxígeno demasiado bajos para albergar a
la mayoría de los animales, por lo que, a diferencia de otras zonas
de poco oxígeno, aquí no hay riesgo de matar a los peces.
Pero
cuando los niveles caen aún más, un grupo particular de bacterias,
que puede usar nitrógeno en lugar de oxígeno como fuente de
energía, prosperan. El nitrógeno es un nutriente esencial y muy
escaso para las plantas marinas. Cuando los niveles de oxígeno son
lo suficiente bajos para ese grupo particular de bacterias,
cantidades importantes de fertilizantes del océano consiguen fijarse
profundamente al fondo del océano tropical.
El nuevo
trabajo, que se publica en 'Science', muestra que el agua que fluye
en los trópicos es probable que sea más baja en oxígeno, rebajando
la oferta inicial de oxígeno, pero la demanda también disminuirá
por el cambio climático. Específicamente, conforme los vientos
alisios se debilitan, toda la secuencia de acontecimientos que
alimenta esta cadena alimentaria bacteriana se ralentizará y la zona
baja de oxígeno se reducirá.
"Si
queremos entender cómo los aspectos biológicos y químicos de los
océanos van a cambiar en el futuro, tenemos que prestar mucha
atención a lo que sucede con los vientos -argumenta Deutsch--. Los
vientos pueden llevar a conclusiones que son exactamente lo contrario
de lo que se espera".
Los
vientos alisios del oeste hacen que el agua profunda se filtre a lo
largo de las costas occidentales, con lo que los nutrientes surgen
desde las profundidades del mar. Estos nutrientes alimentan las
plantas marinas, las cuales son el alimento de animales marinos, que
se descomponen para alimentar a las bacterias que utilizan el oxígeno
restante. Cuando los vientos alisios se debilitan, se filtra menos
agua rica en nutrientes desde las profundidades y crecen menos
plantas en la superficie, de forma que pueden sobrevivir menos
bacterias que devoran oxígeno.
Deutsch
es un modelador climático que estudia la circulación del océano
tropical y aprendió de los núcleos de sedimentos recolectados
frente a México por los coautores William Berelson, de la
Universidad del Sur de California, y Alexander van Geen, de la
Universidad de Columbia, que mostraron una tendencia desconcertante a
más largo plazo. Los autores trabajaron juntos para interpretar las
muestras.
Los
resultados plantean que la mayor parte del tiempo desde 1850 la
población de estas bacterias comedoras de nitrógeno ha ido
disminuyendo, coincidiendo con el calentamiento de los océanos y el
debilitamiento de los vientos alisios.
"Creo
que es una cuestión interesante para comprender la forma en la que
funciona el océano en escalas de tiempo geológicas o climáticas",
afirma Deutsch. La mayoría de los modelos climáticos predicen que
los vientos alisios seguirán debilitándose en el futuro, reduciendo
zonas de oxígeno mínimo en el Océano Pacífico frente a las costas
de México, Chile y Perú, y en el Océano Índico, frente a
Australia occidental.
La
disminución de oxígeno en el océano más amplio sigue siendo una
preocupación importante, según Deutsch, igual que la pesca
excesiva, el calentamiento de las temperaturas del agua y la
acidificación de los océanos. "Este estudio muestra que lo que
ocurre con los vientos, que a veces se pasa por alto, es muy
importante para la predicción de cómo los océanos responden al
cambio climático", concluye.
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