Una
investigación ha demostrado la existencia de grandes depósitos de
CO2 en el fondo del océano Austral durante el período de la Edad de
Hielo.
Una
investigación en la que ha participado el Instituto de Ciencias y
Tecnologías Ambientales (ICTA-UAB) ha demostrado la existencia de
grandes depósitos de CO2 en el fondo del océano Austral durante el
período de la Edad de Hielo, cuando los niveles de CO2 atmosférico
eran muy bajos.
La
investigación, que publica hoy la revista “Nature”, también
alerta de los elevados niveles de incremento de las concentraciones
de CO2 en la actualidad, que no tienen parangón en el pasado.
Hace
20.000 años, cuando los humanos eran cazadores nómadas y
recolectores, las bajas concentraciones de CO2 en la atmósfera
sumieron la Tierra en la Edad de Hielo.
Durante
décadas de investigación, los motivos por los que el CO2 fue tan
bajo durante este periodo han sido muy difíciles de descifrar.
Ahora,
esta nueva investigación, en la que ha participado el investigador
del ICTA-UAB Eric Galbraith muestra que buena parte de la respuesta
se encuentra en las profundidades del mundo.
“Las
muestras de sedimentos del fondo marino, obtenidas a más de 3
kilómetros bajo la superficie del océano cerca de la Antártida,
apoyan la antigua hipótesis que apuntaba a la existencia de más CO2
disuelto en el fondo del océano Austral cuando los niveles de CO2
eran muy bajos en la atmósfera.”
“La
huella química dejada en los sedimentos es la evidencia largamente
buscada que había grandes depósitos de carbono en el fondo del
océano cuando el CO2 atmosférico era inferior”, según ha
explicado el científico Sam Jaccard, investigador de la Universidad
de Berna y autor principal el estudio.
Los
investigadores saben ahora que este carbono adicional quedó atrapado
en las profundidades marinas por la materia orgánica muerta
acumulada, tal como habían sospechado durante mucho tiempo.
El
trabajo asegura que “ha quedado claro que esta acumulación y
emisión del CO2 almacenado en el fondo del mar durante la Edad de
Hielo fue provocada por lo que estaba sucediendo en el océano
alrededor de la Antártida”.
“El
nuevo estudio también muestra que estos mismos procesos se
encuentran detrás de una serie de oscilaciones naturales en las
concentraciones atmosféricas de CO2.”
Los
investigadores consideran que estas oscilaciones naturales
probablemente estuvieron causadas por cambios en la cantidad de polvo
depositado sobre la superficie oceánica, que fertiliza el
crecimiento del fitoplancton, así como por los cambios en la emisión
del carbono desde el fondo marino debido la variación de las
corrientes marinas.
Galbraith
ha afirmado que mientras que estas oscilaciones naturales se
produjeron en los océanos a lo largo de miles de años, las
concentraciones atmosféricas de CO2 han crecido en 20 partes por
millón en tan sólo 9 años debido a las emisiones humanas.
“Los
niveles actuales de incremento del CO2 son tan rápidos que resulta
muy difícil compararlos con las variaciones naturales”, ha
alertado Galbraith, quien ha afirmado que “estamos entrando en un
territorio para el que no tenemos un buen análogo climático en el
pasado”.
Fuente
y más información:
http://icta.uab.es/icta/
http://icta.uab.es/icta/
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