Las aves limícolas son bioindicadores del cambio climático y especies amenazadas en peligro de extinción.
Ayer lunes se celebraba el día de las aves limícolas, de las aves que viven en el limo o en el barro. Un grupo de especies que se encuentra entre las más amenazadas del mundo, principalmente debido a la destrucción o contaminación de sus hábitats: deltas, lagos, manglares, marismas y lagunas.
Las aves limícolas constituyen uno de los grupos de aves más
atractivos y populares del mundo por su gran capacidad para recorrer grandes
distancias en su migración y por los hábitats que ocupan, principalmente los
humedales que sufren grandes amenazas y alteraciones, siendo estas aves un gran
indicador de su salud ambiental.
Según Carlos Molina, responsable de los programas de anillamiento científico de SEO/BirdLife en la Oficina Técnica de la ONG en Doñana, “por quinto año consecutivo hemos obtenido datos científicos sobre la biología y la ecología de estas aves migratorias. Las aves limícolas son bioindicadores del cambio climático y estudiar su comportamiento migratorio nos aporta información sobre los efectos que el calentamiento global está produciendo sobre las especies y la capacidad de resiliencia de las poblaciones”.
Tal y como han explicado, algunas aves limícolas se encuentran entre las especies más amenazadas de extinción del mundo, principalmente debido a la destrucción o contaminación de deltas, lagos, manglares, marismas y lagunas.
Durante el desarrollo de las jornadas de trabajo, que han tenido lugar del 6 al 8 de agosto y del 2 al 4 de septiembre, se han recapturado aves anilladas en el Reino Unido, Holanda y Suecia. Así se ha podido incrementar el conocimiento sobre las rutas migratorias que unen el centro y norte de Europa con África. La mayor parte de las aves limícolas ocupan las franjas costeras del planeta y su conservación está asociada por completo a la de los humedales como Doñana o marismas mareales como la del río Odiel.
Se distribuyen prácticamente por todo el mundo y ocupan una
gran variedad de hábitats desde el altiplano andino hasta las costas
subantárticas. Casi todos ligados a medios acuáticos en algún momento de su
ciclo vital, principalmente durante la invernada. Por otro lado, presentan una
gran variedad de tamaños desde el correlimos común que pesa 20 gramos hasta el
zarapito real que puede llegar a pesar los 900 gramos.
Carlos Davila, coordinador de la Oficina Técnica de
SEO/BirdLife en Doñana, destaca “las marismas mareales, como la Reserva de la
Biosfera Marismas del Odiel se encuentran entre los lugares con mayor
biodiversidad del mundo y tienen una enorme capacidad para capturar y almacenar
carbono, eliminando gases que generan el efecto invernadero. El estado de las
poblaciones de aves limícolas son un indicador de la salud de las marismas, por
lo que la información que aportan las campañas de anillamiento es de gran
importancia para su conservación”.
Fuente y más información:
https://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/portal/web/ventanadelvisitante/detalle-buscador-mapa/-/asset_publisher/Jlbxh2qB3NwR/content/marismas-del-odiel-10/255035
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