Seguramente
fue por televisión, en películas de terror como “La
pequeña tienda de los horrores”, series como “La familia Adams”, o
dibujos animados como “Jayce y los
guerreros rodantes“, donde casi todos conocimos la imagen, exagerada y
temible, por cierto, de alguna “Planta carnívora”. Bueno pues la realidad es
que existen en el mundo más de seiscientas especies de ellas y en algunos
países son muy comunes.
También se
conocen como “plantas cazadoras”, ya que a diferencia de las demás plantas,
ellas atraen, atrapan y digieren a su presa; por tanto no dependen de que
en la tierra donde crecen haya minerales como nitrógeno, fósforo y calcio
en gran cantidad, pues los obtienen de los animales que comen o a través
de reacciones químicas.
Lo cierto es
que la mayoría de las llamadas “carnívoras” en realidad son insectívoras. Pero
recientemente se ha descubierto una especie de planta que se alimenta
además de otros animales vertebrados.
Se encontró
en la Isla de Borneo, que se ubica al sudeste de Asia y es la tercera más
grande del mundo. Los bosques y selvas de Borneo están llenos de vegetación
exuberante y animales exóticos y desconocidos en otras partes del planeta, y
cada mes se descubren en promedio tres especies animales o vegetales más, lo
que la convierte en uno de los centros de biodiversidad más importantes
del mundo. Y que por cierto, es necesario proteger, porque cada vez se ve
más amenazada por grandes talas para la producción de caucho, aceite de
palma y celulosa.
La “Reina de
corazones”, nombre común de la planta de la que hablamos hoy, es uno de
los vegetales carnívoros más grandes del mundo, con flores que en promedio
mides 30 cms de largo y 10 cms de diámetro, pero pueden llegar a medir
incluso hasta 2.5 metros.
Tiene una
especie de boca o cántaro y una cubierta interior con manchas dispuestas
en forma de tablero de ajedrez, que es lo que atrae a los insectos; y aunque
fue hallada a finales de los años ochenta, es hasta ahora que se le ha
clasificado como nueva especie.
Lo más
curioso es que a esta especie, que por cierto se encuentra en peligro de
extinción, además de los insectos, también le resultan un manjar
apetitoso las ratas, ranas, lagartijas y ratones que tienen la mala suerte de
caer en sus fauces, a quienes digiere en el transcurso de varias semanas con
ácido clorhídrico y enzimas similares a las del estómago humano.
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