TNU recicló el año
pasado 51.800 toneladas de neumáticos fuera de uso, una acción que permite
dejar de emitir medio millón de toneladas de CO2 y ahorrar 218 millones de
litros de petróleo.
Según informó
este sistema de gestión de neumáticos fuera de uso, durante el pasado año se
gestionaron más de 7 millones de neumáticos usados.
El citado
registro se sitúa un 4 % por encima de su compromiso de responsabilidad en la
recogida anual preestablecida entre sus empresas adheridas.
Este sistema
de gestión volverá a poner en circulación uno de cada ocho neumáticos usados
que recoge, que son sometidos a un estricto control de calidad, pues se les
cambia la banda de rodadura.
Los
neumáticos rechazados para un nuevo uso se someten a un proceso de
granulización o trituración y el resultado se destina a actuaciones como
superficies para campos deportivos, césped artificial, planchas de seguridad,
aislantes para viviendas y bloques eléctricos y guardarrailes, entre otros.
Los
neumáticos que no se pueden reciclar ni recauchutar se utilizan como
combustible para hornos de cemento, lo que añade un ahorro energético
considerable.
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