Uno de los mayores
flujos de residuos que se genera en España es el que resulta de los procesos de
construcción y demolición, por lo que la gestión de los coloquialmente llamados
"escombros" se ha instalado en la agenda medioambiental como una
cuestión ineludible.
Sin embargo
está tratada de manera "insuficiente", tal y como denuncia el Gremio de Entidades del Reciclaje de
Derribos (GERD).
A pesar de
que España ha logrado grandes avances en la última década y el reciclado se ha
entendido como una alternativa necesaria a los tradicionales vertederos
incontrolados, sólo el 30 % de los residuos que se generan en obras,
excavaciones y vías de comunicación, entre otros, se someten a los
correspondientes procesos de tratamiento y valorización.
Esta cifra
queda muy por detrás de países como Holanda (80 % ) y Alemania (70 %), apunta
el GERD, y lejos de la normativa europea que exige a los países miembros
alcanzar unas tasas de reciclado superiores al 70 % antes de 2020.
Educación medio ambiental
Entre los
factores que explican esta diferencia entre países se encuentran
"condicionantes económicos, legislativos y de educación medio
ambiental", según el presidente del GERD, José Ignacio Tertre Torán.
La burbuja
inmobiliaria y la efervescencia del sector de la construcción hasta la llegada
de la actual crisis financiera han favorecido que cada año se generen en España
un promedio de más de 30 toneladas de residuos, de los que el 80 % pueden
valorizarse, es decir, someterse a un proceso de reciclaje que tiene como
consecuencia la reutilización del material.
Los residuos
pasan primero por una planta de clasificación y, posteriormente, se gestionan
en una planta de tratamiento, en la que el producto entra como un residuo y
sale como un material reciclado listo para reintegrarse en el medio.
Más baratos y ecológicos
Por otro lado
los materiales reciclados, que son principalmente pétreos-hormigones,
materiales cerámicos y asfaltos-, sustituyen a los materiales naturales e
incluso son más "baratos" y "ecológicos", según el GERD.
Las ventajas
de utilizar áridos reciclados, que son los materiales resultantes de los
procesos de reciclado de escombros, radican en un mayor ahorro energético, en una
disminución de la contaminación atmosférica y en la disminución de la
sobreexplotación de las canteras, de las que se extraen los áridos naturales.
Vertederos ilegales
A pesar de
que en España existen unas 200 plantas para tratar este tipo de residuos, el
GERD denuncia un "problema de competencias" y señala a los
ayuntamientos, que son los que otorgan las licencias de obra, como los
principales responsables de que muchos de estos escombros acaben en vertederos
ilegales.
El
cumplimiento de la legislación por su parte es "muy bajo", lamenta el
GERD, con lo que se da más cancha al vertido ilegal y se
"distorsionan" los precios en el mercado.
Las
comunidades autónomas tampoco escapan a las críticas de los grupos ecologistas,
puesto que algunas se han aferrado a la crisis para justificar la falta de
inversión y practican el depósito de residuos en las canteras, algo totalmente
ilegal según el GERD, ya que "ningún residuo de construcción se puede
aparcar sin un tratamiento previo", apuntan sus responsables.
Las plantas
de reciclado no compiten solo con la ilegalidad, sino que también han de
afrontar la grave situación económica que ha paralizado las obras públicas, a
las que destinan más o menos el 80 % de los materiales reciclados, con los que
se han construido infraestructuras como el anillo verde ciclista de la capital
o los accesos a la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas.
Ante la
situación actual, algunas de las empresas que aglutina el GERD, unas 80 en
España, abogan por la construcción sostenible, que supone "otra forma de
hacer las cosas" y que tiene en cuenta la necesidad de ahorrar energía y
la ventaja de utilizar materiales más duraderos y menos contaminantes.
Más
información:
http://www.gerd.es
http://www.gerd.es
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