Las palmeras
de la isla de Madagascar son un bien muy preciado para los habitantes de
la isla, especialmente para las poblaciones más pobres. Los palmitos
comestibles y determinados materiales para construir sus casas son para ellos
recursos vitales para poder sobrevivir. El problema es que la recolección de
éstos para usos agrícolas y la destrucción de hábitats por actividades como la
explotación de la madera se han convertido en las principales amenazas para
estas especies.
Según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para
la Conservación de la Naturaleza (UICN), el 83% de estas reinas
del mundo vegetal se encuentran en peligro de extinción. Se trata de un
tema muy delicado, pues tiene como consecuencia una amenaza a los medios de
vida de personas del lugar. Por ello, expertos en el campo lanzan un mensaje
de socorro ante la situación.
Las cifras son aterradoras, sobre todo
si se tiene en cuenta que dicha pérdida no afecta sólo a la diversidad única de
la isla sino también a su población
Así lo ha
expresado con preocupación el presidente del Grupo de Especialistas en Palmeras
de la CSE de la UICN y director de investigaciones sobre las palmeras en el Real Jardín Botánico de Kew, William
Baker.
El informe
de evaluación de las palmeras de esta isla se realizó en el marco
de un análisis de todas las especies de este vegetal. De hecho, las 192
evaluadas se encuentran exclusivamente en Madagascar y constituyen una
parte esencial de la diversidad biológica que allí habita.
Ante esto,
los ecologistas buscan ya soluciones para frenar la situación,
emprendiendo acciones directas sobre los terrenos de la isla. Proteger el
hábitat y llevar a cabo una moderada y conveniente recogida de semillas podrían
convertirse en el salvavidas de algunas de las especies. De hecho, el Jardín
Botánico de Kew, cuyos expertos también han colaborado con estudios a la hora
de evaluar resultados de la investigación, ha comenzado ya diversos proyectos
de conservación que logren proteger las especies más representativas allí
ubicadas.
Pero esto no
es suficiente, ya que, aunque algunas palmeras podrán salvarse, el futuro de
todas ellas sólo podrá ser garantizado, como asegura la Directora Mundial del
Grupo de Conservación de la Biodiversidad de la UICN, Jane Smart, mediante
la puesta en marcha de “acciones a gran escala”.
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