A
pesar de compartir sus tres primeras letras, "economía" y
"ecología" no parecen compartir ningún objetivo ni
método. No obstante, durante unas jornadas de la Universidad Carlos
III que tuvo en Noviembre dedicadas a este tema, hemos preguntado a diversos expertos
si "economía ecológica" es un concepto descabellado o una
alternativa real.
¿Son
compatibles economía y ecología?
"No
veo ninguna distinción" asegura el director de la consultora
ambiental Logica'eco, Francisco
Romero,
quien también señala que la economía es "la ciencia por la
que se regulan los recursos, ésta no puede llevarse a cabo pensando
que son ilimitados". En la misma línea se expresa el presidente
de la consultora de formación Élogos, Mariano
Baratech,
que además de compatible, lo considera "absolutamente
necesario".
Se
trata de una coincidencia que se extiende a la mayor parte de los
entrevistados, en cuyas respuestas también trasciende la idea de que
la culpable de esta supuesta incompatibilidad es la política
económica actual.
¿Podría
explicar las diferencias entre economía actual y ecológica?
Aristóteles
distinguió entre "hoyconomía", entendida como la
administración de recursos y satisfacción de necesidades ,y la
"crematística" o "arte de hacer dinero", explica
el escritor, sociólogo y ecologista, Jorge
Riechmann:
"la segunda, como ya hemos vivido con la crisis actual, puede
resultar muy destructiva, pero la economía puede ser otra cosa".
¿Qué
es, entonces, "economía ecológica"?
"Integrar
el pensamiento ecologista en cualquier plantamiento -económico,
político o social- y acción humana", según la abogada y
escritora Liliana
Pineda.
"Esta economía no es más que un enfoque ecointegrador",
concreta el presidente de Attac España, Ricardo
Zaldívar.
¿Cómo
se define este enfoque ecointegrador?
Es
un planteamiento que critica el actual sistema financiero -
"crematística" según la argumentación de Riechmann-,
que persigue el rendimiento inmediato a cualquier precio, incluso por
encima del aspecto productivo, explica Zaldívar.
Añade
que "la economía ecológica es la integración de los planos
financiero, productivo y ecológico".
¿Es
posible implantar la "economía ecológica" o es una
utopía?
"El
sistema actual es tan destructivo y autodestructivo, que considero
una ilusión, pensar que va a mantenerse mucho más tiempo",
responde, tajantemente, Riechmann.
Una opinión muy similar a la del galardonado con el premio nacional
de Economía y Medio Ambiente José
Manuel Naredo:
"la utopía, o mejor dicho cacotopía, tal y como planteó el
ecólogo Patrick Geddes, es poder mantener nuestro modo de vida. Es
imposible".
¿Por
qué imposible?
"Porque
es imposible mantener un sistema de crecimiento continuo",
destaca Naredo.
"Por muy doloroso que resulte a algunos sectores sociales, el
planeta es limitado", completa el químico y experto en
energía Ladislao
Martínez,
quien también critica algunos problemas ambientales que han devenido
del modelo actual y concluye reclamando "un nuevo paradigma y
visión global".
¿Un
nuevo paradigma y visión global?
Uno
de los personajes históricos de la ecología, Kenneth Bouldig,
comparó a la Tierra con una nave espacial, en las que los
astronautas son conscientes del límite de recursos. El planeta
también tiene un límite y Zaldívar nos empuja a extrapolar el
ejemplo y asumir lo que él llama "economía de nave espacial".
Asimismo, Ladislao
Martínez apunta
que "no es muy racional que los ricos sigan enriqueciéndose a
costa de los más pobres y el medio ambiente".
¿Este
paradigma también conlleva cambios sociales?
Liliana
Pineda está
totalmente convencida y afirma que debemos hacer crecer "la
economía de los cuidados", un concepto muy relacionado con la
solidaridad. Naredo aporta también el concepto de "náufragos
de la competitividad" frente a otros "que sacan tajada de
ello".
¿Quiénes
serán los actores de los cambios?
Los
entrevistados coinciden de nuevo, en este caso al citar a los
individuos en el poder y a la población en general, aunque algunos
destacan el mayor peso de esta última, de la sociedad en su
conjunto.
"En
la historia siempre ha ido delante la tecnología y la economía,
detrás la sociedad y, por último, la clase política", según
el director de Elogos, Baratech.
"La ciudadanía no empuja, todavía, para cambiar la mentalidad
de los que pueden tomar decisiones", aporta Francisco
Romero.
¿La
población debe pujar por cambiarse a sí misma?
Se
trata de redefinir nuestros parámetros de felicidad, según
defienden Ladislao
Marínez y Liliana Pineda. El
primero tilda de "monstruoso" el modelo actual, "la
felicidad entendida como consumo desmesurado de bienes",
mientras que para la segunda, el futuro pasa por "aprender a
vivir mejor, con menos".
¿En
qué momento nos encontramos ahora?
"La
sociedad está más concienciada que años atrás", recalca
Riechmann, igual que los dos emprendedores "verdes", Romero
y Baratech,
aunque éstos no olvidan todas las dificultades a las que tuvieron
que enfrentarse para sacar adelante sus negocios.
Francsico
Romero no
tiene dudas: "la economía del futuro, del siglo XXI, va a ser
verde", mientras que Baratech cree que "toda la generación
de entre 20 y 40 años, debe dar un paso adelante y decir: quiero una
sociedad diferente".
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