La
UNESCO reconoce el valor único de este lugar clave de la cultura aborigen
canaria.
La cultura canaria y su legado aborigen han dado hoy
un salto sustancial en su reconocimiento internacional. En una reunión en
Azerbayán, Bakú, la UNESCO ha declarado patrimonio mundial al paisaje cultural
del Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña de Gran Canaria, un conjunto
arquitectónico y paisajístico situado en las cumbres de la isla, lugar
fundamental para entender la cultura de los aborígenes canarios, un pueblo
aislado durante quince siglos.
Un paisaje cultural, para la UNESCO, es una obra
conjunta entre la naturaleza y el ser humano. La naturaleza creó este
impresionante espacio de 18.000 hectáreas en la caldera volcánica de Tejeda que
Miguel de Unamuno describió como “tempestad petrificada” y donde sobresalen
inmensos roques como el Nublo y Bentayga, espacio ceremonial al aire libre de
la cultura aborigen. Y los bereberes llegaron en torno al siglo I de esta era a
la isla, desde el norte de África, probablemente desterrados, según algunos
historiadores. Con el tiempo formaron en esta zona poblados trogloditas en
cuevas naturales y otras artificiales que se construyeron horadando la toba
volcánica; en un lugar ideal para la observación del cielo, fundamental en la
cosmogonía aborigen.
En esa zona se encuentran retazos muy claros de una
cultura sometida, diezmada y obligada a mezclarse después de la conquista
castellana de las islas, a partir del siglo XV. Hay inscripciones en
líbico-bereber o grabados rupestres, y restos de las actividades de
subsistencia que realizaban los aborígenes, como alpendres para meter a las
cabras, lugares para almacenar el grano o bancales de tierra para cultivar en
altura.
Como espacio destacado del paisaje cultural está el
complejo sagrado de Risco Caído, en el municipio de Artenara, descubierto en el
año 1996 por el arqueólogo Julio Cuenca. En una de sus cuevas hay un
impresionante almogarén, lugar para la práctica de rituales religiosos. A pesar
de no tener instrumentos de metal, los aborígenes canarios construyeron este
espacio interior con base circular y una cúpula de cinco metros de altura.
Tiene una entrada de luz que probablemente sirviera como marcador astronómico
para determinar las épocas del año y organizar las cosechas. En sus paredes,
iluminadas a veces por la luz de fuera, hay varias inscripciones con triángulos
invertidos de forma púbica que simbolizan la fertilidad.
“Para
construir este templo, hicieron falta especialistas, gente con conocimientos de
geometría, arquitectura o materiales”, afirma José de León, doctor en Historia
e inspector de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria. De León
destaca “el conocimiento simbólico y abstracto” y la sofisticación técnica de
un pueblo que se hizo en el aislamiento. “La arqueología está abriendo nuevos
horizontes sobre lo que era esta cultura”, explica. “La idea que teníamos
estaba muy condicionada por los cronistas de la época, muy importantes, pero
mediatizados por una observación coetánea de los aborígenes en una etapa
terminal”. Para De León, este reconocimiento “es poner a la cultura aborigen
canaria al nivel de otras culturas aborígenes insulares, como las de Hawaï o la
Isla de Pascua”.
Hispanizadas las islas, la lejanía de esta zona
respecto a los nuevos asentamientos urbanos permitió que muchos de estos
elementos culturales permanecieran vivos, como el hábitat en las cuevas o el
pastoreo en trashumancia, dependiendo del lugar donde brota la hierba. O la
cerámica de barro hecha a mano. O el conocimiento sobre el territorio y las
plantas de la zona. “Esta cultura aborigen potente y excepcional permanece en
buena medida hasta la actualidad”, afirma De León.
Para el presidente del Cabildo de Gran Canaria,
Antonio Morales, el reconocimiento de la UNESCO “refuerza un sentimiento de
orgullo y pertenencia a un legado, pero nos responsabiliza a seguir
investigando y protegiéndolo”. Para Morales, este tipo de enclaves impulsan
también nuevas actividades económicas en las zonas rurales de Gran Canaria, con
un turismo alternativo al tradicional y masivo, de sol y playa. “Aunque tiene
que ser controlado y de calidad. Uno de los compromisos de este reconocimiento
es conservar el patrimonio”.
Roque Bentayga
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu opinión. Siempre es importante aprender de los demás.